Capítulo 13

2.4K 264 35
                                    

Pero...¿Qué demonios está haciendo Patricia, Corina y Anne?
Las observo desde lejos como bailan las tres juntas tambaleándose.
Le hago una señal a Dante para que me ayude con este par de borrachas.
Hablo con Patricia evitando de alguna manera  que siga haciendo el ridículo. La agarro por su cintura y me la llevo a parte lejos de las miradas de mis amigos.

La ayudo a sentarse en una tumbona para que se le pase un poco la borrachera que tiene. Estoy muy enfadado con ella y su comportamiento, no termino de comprender como no puede controlarse cuando está en una fiesta y menos no utilice la cabeza para dejar de beber alcohol.

— ¿Estás enfadado conmigo Alexis? — Su voz suena arrepentida.
Y sí, estoy muy molesto con ella.
No le respondo, estoy tan enfadado que prefiero callar porque si no le llegaría a decir cualquier barbaridad.

Al rato, el chófer que trabaja en la casa de Corina llega y se lleva a las tres.
Al menos me quedo tranquilo de que se hayan ido medio bien.

A continuación, paso de nuevo hasta el jardín para despedir a los últimos invitados.
Al marcharse todo el mundo, me voy hacia la habitación, me dejo caer en la cama de espaldas agotado.
No quiero pensar en nada, salvo en poder descansar un rato.

Al cerrar los ojos, me encuentro con unos ojos azules y una sonrisa que me desarma.
Quiero creer que es un sueño, la pelirroja es una misteriosa mujer que me trae loco en todos los sentidos.
Me levanto y me voy a dar una ducha, necesito dejar de torturarme por lo que siento hacia ella. No la conozco, no sé su nombre, ni siquiera sé como es su rostro.
Entonces, ¿Qué hago pensando en ella?
Lo más sensato que puedo hacer es centrarme en seguir buscando a mi alma gemela.

De nuevo en mi habitación, apago la luz para poder mirar el manto de estrellas que tanto me recuerdan a Clarisa.
Miro su foto porque no quiero olvidarme de su rostro ni de los bellos momentos que pasé con ella.
Pienso que debo darme por vencido, jamás volveré a conocer a otra mujer que me haga sentir como Clarisa.
Ella murió, y una parte de mi pobre y triste corazón la acompañó en su partida.

Soy consciente de que debo de seguir adelante con mi vida, porque lo que más deseo es que me quieran y volver amar nuevamente.
Hasta ahora no lo he podido conseguir, porque esa enigmática mujer que me llena, me hace enloquecer con su manera de expresarse en silencio y tanto me dice me tiene preso de nuevas emociones.
Sí o sí necesito investigar quién se esconde bajo esa máscara.

Antes de desayunar recibo la visita de Patricia.
Al ver su aspecto desaliñado puedo imaginar de que no haya tenido buena noche.

— Hola Alexis.

— ¿A qué has venido? ¿Qué te se ofrece? — No lo puedo evitar, las palabras me salen solas cargadas de decepción.

— Venía a disculparme contigo por haberte dejado en vergüenza delante de tus amigos.

— Te equivocas Patricia.
A mí no me dejaste en vergüenza con mis amigos. Tú sola demostraste lo que eres. Se supone que eres una mujer madura, con trabajo y responsable de tus acciones. Puedes divertirte pero con cabeza, sabiendo lo que haces. Anoche me demostraste que tienes una mentalidad de una cría de doce años. No tienes control sobre ti misma, hablas sin pensar y te dejas de llevas por tus impulsos basándote en lo que te han hecho.
Déjame decirte, que hay dolores peores que cuesta mucho aliviarlos y aún así se tratan de superarlos a como dé lugar.

— Vaya, gracias por decirme que soy una descerebrada. Pero sabes una cosa, yo soy así y no pienso cambiar. Podré gustar o no a la gente, cada cual que me juzgue.

— ¿Qué edad tienes Patricia?

— Taitantos. ¿Por?

—   Supongo que tendrás más o menos unos treinta y cinco, y aún no sabes lo que quieres en la vida. Te falta madurez.  ¿A qué vino el beso? ¿Querías acaso que te respondiera?

TUS LOCURAS, SON MI DELIRIO #PGP2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora