Nada más despertarme, me encuentro sentada con la mirada puesta en la nada a Corina con sus brazos cruzados debajo de su pecho.
Me estiro todo lo larga que soy antes de preguntar cómo se encuentra.
Ella con una serenidad que hasta miedo me da, comienza a decirme lo que ha estado pensando.— Creo que ya va siendo hora de que tome las riendas de mi vida. Siempre he actuado bajo las órdenes de mi familia dejándome llevar por todos y nadie me ha tenido en cuenta para nada. Normalmente siempre he mirado más por mí familia que por mí misma. Si quiero cambiar mi vida debo comenzar ya.
— Corina me alegro mucho de que pienses así. Porque ya eres muy grande para saber lo que quieres y a quien quieres y me apuesto un euro a que no amas a Angelo.
— No. Siempre he estado enamorada de Dante, pero yo misma le pedí que se aleje de mí. Y todo por no querer lastimarlo, le mentí para que busque a otra mujer y sea feliz.
— Y ahora te arrepientes.
— Mucho. Porque no puedo dejar de pensar en él, de mirar sus fotos y estoy llegando a pensar que nuestro amor se va alejando y todo por no luchar por él, por conquistar esa felicidad que desde niña he estado soñando y no verme ahogando mis penas en un vaso de agua y cada vez que lo veo debo de bajar la mirada porque ya no queda nada de qué hablar. Lo único que me queda son las ganas de llorar por haber sido una estúpida.
— Escúchame Corina, yo voy hablar con Dante. Si en verdad él te ama luchará por ti, pero también debes de poner de tu parte, no puedes dejarlo solo en la estacada. Si en verdad sientes ese gran amor que dices sentir por él, ahora es el momento de huir juntos, bueno es un decir.
— Llevas razón. Agradezco mucho el haberos conocido, porque vosotras sois unas magnificas personas y amigas. No sé ni cómo agradeceros lo que estáis haciendo por mí.
— Pues mira, tengo un plan, solo debes de actuar como si nada, hasta que pueda hablar con Dante, yo misma le daré tú mensaje, después tú deberás hacer el resto.
— Haré todo lo que esté en mi mano por poder librarme de esas cadenas que por tanto tiempo me han atado a unas circunstancias que ni yo misma he podido manejar.
— Nunca es tarde si la dicha es buena. Ahora venga, tú madre nos espera para desayunar. Eso sí, cabeza alta, hombros hacia atrás cargados de orgullo porque has comenzado a librarte de aquello que te estorba. —Corina me abraza como lo haría a una hermana.
Yo acepto el abrazo con gusto porque aunque me falte un tornillo, me siento bien cuando puedo ayudar a una persona.
Espero que San Pedro vaya tomando nota de mis buenas acciones, porque vamos, últimamente los problemas me buscan y yo no sé por que me encuentro en medio de todo.Nada más bajar a desayunar nos sentamos en la mesa como si fueramos niños de comedor.
Nadie habla, todos nos miramos en silencio escuchando el ruido de los cubiertos o arrastrar la silla.
El presidente, que al fin se ha dignado a sentarse en la mesa solo lee el periódico, Corina come su desayuno en silencio mirando Anne y a mí de vez en cuando, mientras su madre no es capaz de mirar a su hija prefiere mirar el teléfono antes de darle la cara a su hija.
Entonces vine lo que menos me esperaba de esta madre, reprocharle a su hija por haber discutido anoche con Angelo.
Su padre al escuchar lo que dice su esposa deja el periódico a un lado para fijar la vista en ambas mujeres.
Corina no dice nada, sigue haciendo oídos sordos a las palabras de su madre mientras termina su desayuno, y es ahí cuando su padre intervine. Por supuesto poniéndose a favor del yerno del oro.—Corina, no quiero un escándalo a estas fechas cuando vais a casaros. Sabes perfectamente cual es tú papel, Angelo ocupará mi sitio en la presidencia cuando yo me retire. Él es muy buen político y buena persona, de hecho te quiere mucho, se preocupa de ti y te cuida. No quiero que discutáis por fotos que salen en las revistas, esta basura es todo falso. Sabes perfectamente que lo hacen para perjudicar su imagen.
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TUS LOCURAS, SON MI DELIRIO #PGP2021
RomancePara que quiero complicarme la vida con hombres que solo buscan lo que una quiere y cuando me da la real gana me acuesto con él. Pues no estoy yo tan ricamente bien soltera y trabajando organizando bodas a otros. Aunque ya estoy un poco hasta el moñ...