Nuevamente he mantenido una pelea con Alexis.
Siempre repetimos lo mismo, a él le sigue costando abrirse conmigo sobre los problemas que está teniendo en la empresa y para colmo de males su amiga Pía no deja de hablarme cada vez que coincidimos de Clarisa y todo lo que hacía Alexis con ella.
Aunque él me ha jurado y per jurado que me ama a mí, tengo mis dudas.
Hay cosas que hacía con Clarisa que conmigo no hace, y a decir verdad muchas veces me siento sola e incomprendida. Como si ese cariño que se ha ido formando al principio se estuviera lentamente desgastando.
Por lo que he tomado la decisión de separarme de él el tiempo que tenga que estar en Turín trabajando para así poder poner distancia entre nosotros y pensar en lo que en verdad significa este matrimonio para nosotros.Había hecho la maleta aprovechando que Alexis se encuentra en una fiesta importante para irme a casa de Anne y salir mañana hacia Turín.
El viaje se me hace eterno, y para rematar pierdo mi monedero donde tengo toda la documentación.
Y por si fuera poco, el merluzo este del chófer no deja de meternos prisa.
Agobiada, propongo a Anne que se marche ella primero para que pueda conocer a la clienta y después nos reunimos en el hotel para que me ponga al corriente de todo.Afortunadamente he podido encontrar mi monedero y tras revisarlo no falta nada.
Salgo a la calle para coger un taxi.
Al subirme al taxi le doy la dirección del hotel al taxista que me mira algo raro. De pronto siento como una especie de presentimiento.
Miro por la ventanilla pensando en Alexis.
En ese instt el taxista pega un frenazo.
No sé porque pero siento miedo.— Señor por favor puede ir más despacio. Mire que no llevo prisa.
— Disculpe señora pero no puedo ir más despacio, tengo un aviso y tengo que estar en diez minutos.
El taxista no termina la frase cuándo una motocicleta sale de la nada haciendo que el conductor no pueda controlar el vehículo y acabemos derrapando de un lado a otro de la carretera para terminar chocando contra algo.
Abro los ojos aturdida, desorientada sin saber dónde estoy y qué hago con una botella de suero y varios cables puestos.
Una enfermera me saluda e inmediatamente toca un botón donde aparece de la nada dos médicos.
Uno de los médicos comienza a hablarme y examinar con una luz pequeña mis ojos, me hace de abrir la boca y me hace varias preguntas que no sé responder.
Solo le digo que me duele la cabeza.— Es normal señora que le duela la cabeza, usted ha tenido un accidente, por suerte no se ha roto nada, solo tiene algunas heridas leve. Pero debe dar gracias de que el feto no ha sufrido daños graves. Y según las pruebas realizadas no tiene nada grave en su cabeza. Pero debe permanecer un día más en observación, seguiremos haciéndole más pruebas.
— ¿Me bebé? ¿Acaso estoy embarazada? — Pregunto despacio sin entender que está ocurriendo exactamente.
Otro médico me pregunta si recuerdo algo. Comienzo a pensar y no sé ni mi nombre. A lo que no tardo en ponerme nerviosa y empezar a llorar.
¿Qué me está sucediendo?— Soy el doctor Sabino Arana, usted es mi paciente y los días que esté en el hospital yo mismo me encargué de tí.
— ¿Porqué tanta molestia? Yo tendré familia, amigos...
— Ahora debes de descansar y confiar en mí Patricia. Porque yo soy tú amigo. Tú no recuerdas nada pero nos conocimos hace años. No sabes cuánto me alegro de verte de nuevo.
Me quedo observando a ese señor que dice ser mi amigo.
En estos momentos estoy sola, embarazada y sin poder recordar nada.
¿Me puede pasar algo peor?
Y sin quedarme de otra, debo de confiar en Sabino.Permanezco unos días más en el hospital hasta que me dan el alta.
Sabino se ha portado muy bien conmigo.
Ha estado al pendiente de mí en todos estos días, aunque no lo recuerdo no sé ve mala gente.
De hecho, cuando me dan el alta me lleva hasta un pequeño apartamento que tiene.
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TUS LOCURAS, SON MI DELIRIO #PGP2021
RomancePara que quiero complicarme la vida con hombres que solo buscan lo que una quiere y cuando me da la real gana me acuesto con él. Pues no estoy yo tan ricamente bien soltera y trabajando organizando bodas a otros. Aunque ya estoy un poco hasta el moñ...