Capítulo 26

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Estoy demasiado enfadado por no haber tenido aún noticias sobre Patricia.
Ya han pasado varios días y el detective sigue sin tener claro su paradero.
Hasta el momento solo sé que tuvo un accidente pero no sabemos en qué hospital ha estado o sí le haya podido pasar algo malo.
Pensar en esa posibilidad hace que tenga más ganas de salir en su busca. Estoy tan angustiado y desesperado que no dejo de llamar al detective. Incluso Anne y yo estamos buscando por nuestra cuenta.

Hasta que pasadas cuarentena y ocho horas, al fin el detective me llamó y me pidió poder reunirse conmigo para decirme exactamente dónde se encuentra Patricia.

Una hora y media después, llegué al lugar acordado donde ya me estaba esperando el detective.
Con un folio marrón sujetándolo firmemente y con voz grave éste hombre me dice la dirección donde se encuentra Patricia y con quién está.
Sabino Arana. Ese nombre, donde lo he escuchado antes.
Me digo así mismo viendo algunas fotos donde se ve a Patricia con ese señor.
Esas imágenes son para mí cuchillos afilados.
¿Cómo me ha podido engañar Patricia de este modo?
¿Acaso ya no me ama?
No, imposible. Patricia me ama de eso estoy seguro.
Ella no es capaz de engañarme, me lo hubiera dicho antes.

Mientras conduzco junto a Anne la cual me ha dicho que ese tal Sabino es el mismo hombre que Patricia se enamoró y le hizo tanto daño.
Supuestamente aquel pringado vivía en Milán pero lleva años trabajando en Turín.
Maldito desgraciado, ¿Cómo ha podido dar con el paradero de Patricia?

No quiero pensar en que Patricia y ese miserable tengan algo que ver.
Notando como mi ira se carga lentamente hacia mi pecho espero sentando en el auto hasta que veo salir de un bloque de pisos a ese desgraciado.

Me bajo del auto caminando directo hacia él, Anne me sigue de cerca. Pero aunque ella trata de hablar conmigo yo hago oídos sordos.  Solo tengo un propósito y es agarrar a ese mal nacido y darle un escarmiento.

Antes de que este individuo llegue a montarse en su auto, lo agarro por detrás de su hombro seguido de su pechera para apoyarlo contra la puerta de su auto.
La densidad de mi ira solo aumenta y ver de cerca a este hombre como su mirada se refleja el miedo y como tiembla ante mi estado tan exaltado. Hace que me entren más ganas de matarlo.

— Por favor no me haga nada malo. — Me súplica el muy bastardo.

— Dime donde está Patricia ahora mismo o te mato. — Furioso le golpeo más contra la puerta de su auto.

— Alexis por favor cálmate. — Me pide Anne que haga, algo que no estoy por la labor de hacer hasta que no vea a mi esposa.

— ¿Usted es su marido? —Vaya si está bien el informado el desgraciado este.

— Sí, soy marido y ahora mismo dígame dónde está Patricia si no quiere que te mate ahora mismo.

— Por favor señor déjeme que le explico porque no es lo que usted cree. — Lo suelto de mala gana mirándole fijamente dejando que me dé una explicación el desgracias éste.

— ¿Tú eres Sabino el que le destrozó el corazón a mi amiga? La conoce, díganos porqué están juntos. — Sujeto del brazo a Anne antes de que le dé por darle un bofetón.

— Sí, yo soy Sabino aquel hombre del cual me enamoré de ella pero no quería divorciarme de mi mujer por mis hijos. Y después cuando mi mujer se enteró de mi infidelidad acabó por divorciarse de mí y yo llevo años viviendo y trabajando en esta ciudad.
Debo decirle que yo no tengo nada que ver con Patricia, si ella está en mi casa es porque sufrió un accidente de tráfico, la llevaron al hospital donde trabajo y por su estado decidí ayudarla. De hecho, iba ha ir a la policía para poner una denuncia. Yo solo pretendía ayudarla.

TUS LOCURAS, SON MI DELIRIO #PGP2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora