Capítulo 22

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Había pasado cerca de dos meses desde que volví a casa.
Por motivos de trabajo Alexis tuvo que volver de nuevo a Milán y yo me tuve que quedar en casa para organizar mi boda.
Por supuesto, mi vestido es diseñado por Dantesco, y aunque me cae como una patada, admito que está haciendo buen trabajo.
De hecho, ha viajado hasta Luxemburgo donde trabaja junto a un conocido suyo en mi vestido.

Anne, junto a mi madre, Alysa, Mery, Erika y creo que no me falta nadie más, han comenzado con los preparativos de la boda.
A decir verdad a mí me están volviendo loca, ahora comprendo mejor a las novias cuando hablan emocionadas de lo que van a querer para el día de su boda.
Aunque nosotros queremos un vida sencilla, las consuegras se han empeñado en hacerla por todo lo alto.
Al final me doy por vencida y dejo que se encarguen ellas de todo.
Yo he decido darle una sorpresa a mi futuro marido.
Ya quiero verle la cara cuando me vea después de tantas semanas separados.
De momento,  agarro mi maleta y pongo rumbo a Milán.

Acabo de llegar a Milán y voy directa hacia la casa de Alexis para prepararle una sorpresa.

Al llegar a su casa, subo directa hacia su habitación donde me dejo caer en la cama.
Madre mía qué recuerdos me trae esta cama.

Un rato después cuando ya he descansado un poco, comienzo con mi plan.
Llamo a Valentino poniéndome de acuerdo con él para que tenga todo listo esta noche.

Y así es, como por la noche llego al pub donde conocí por primera vez a mi hombre enmascarado, el cual me flechó y sin él no estaría haciendo todo esto.
Me disfrazo con una peluca rubia, me pongo una máscara que me cubre toda la cara, solo dejo mis labios al aire y mi nariz para respirar, si no cara me va costar la bromita.
Con un traje de cuero rojo marcando mis curvas, y unas botas altas por encima de mí rodilla me presento ante Alexis.
Él por supuesto no me reconoce, pero yo sigo insistiendo sacando mi lado más fiera de seducción.

Madreee que ganas tengo yo de comérmelo con patatas.

A pesar de mis intentos por querer atraer su atención, no lo consigo. Alexis pasa totalmente de mí.
Vaya, ahora que lo pienso bien puedo quedarme tranquila.
Si aquí el monumento de marido que me voy a echar es fiel, pero fiel.
Vamos ni una mirada me dedica. Solamente mantiene las distancias conmigo,  apartándose de toda mujer que lo busca.

Reconozco que Alexis no sólo me hace de chorrear las bragas también hace que lo ame aún más. Es que vamos, le cogía ahora mismo de los mofletes y me lo comía a besos.

Aprovechando que está solo en la barra, me pongo a su lado bajando la cremallera de mi traje para mostrarle mi canalillo. Menudas tetas me hace el traje además de hacerme sudar.
Pero ni con estas. Él se aleja de la barra y se marcha.

Vale, ya he entendido la inderecta. Me ama. ¡Qué bello!

Lo sigo hasta nuestra habitación, espero la señal de Valentino y paso dentro cerrando la puerta.
Solo me queda rezar para que no salga corriendo.
Camino como una pantera hambrienta directa hacia él, sin darle tiempo a que se pueda mover del sofá me siento encima de él apoderándome de su boca.
Lo que en un principio se negaba a darme a ese beso que tanto me gusta, al final acabo recibiéndolo y vaya como lo recibo.
Sus ojos ahora brillan más lujuriosos, sus manos vagan peligrosamente por encima de mí traje, sin dejarlo de mirar me levanto y voy quitándome el traje quedándome completamente desnuda para él.
Sus mirada penetrante me excita y su mano buscando mi tesoro para después jugar con su lengua con él consiguiendo volverme más loca y deseosa de lo que estoy.
Tanto que al ponerse detrás mía me agarra del pelo pronunciando mi nombre.

— Patricia — No respondo porque en estos momentos no soy yo.

Quiero que me haga suya de todas las maneras escritas y por haber escritas.
Mi cuerpo ya está como una antorcha, deseoso, insaciable y con más ganas de marcha que una vieja en una discoteca.

TUS LOCURAS, SON MI DELIRIO #PGP2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora