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Emma estaba en total shock, sus ojos se encontraban completamente abiertos y los labios estaban algo estirados de la impresión. Esa pequeña oración la había dejado atontada, ¿a qué diablos venía eso? Ella se preguntaba. En la vida le había dicho algo así, y tan directo, le habían dicho de todo en su vida, que si era el amor de su vida, que si su futura esposa, que si su enamorada, pero algo tan así no.

Tenía demasiadas ganas de golpearlo por eso, francamente se sentía ofendida en cierta parte pero a la vez no, era algo sumamente extraño, hasta su estomago daba vueltas.

-Eeh... ¿cómo que mi culo es suyo? No sea así de asqueroso

-Si si, lo que has escuchado, tu culo es mío muñeca, ¿te ha quedado claro ahora?

-¿Y eso a qué coño se debe? ¿Desde cuando tengo dueño?

-Desde que te conté gran parte de mi maldita vida, desde ese momento tienes dueño, y adivina quién es... oh si, yo, capulla

-Fantástico, lo que me faltaba, ahora soy la perra de alguien

-Aquí te equivocas, porque no eres de cualquier gilipollas, eres del Superintendente, de mi para ser exactos

-Eso cree, no soy de nadie, ¿ahora le ha quedado claro a usted?

-Tsss, ya lo veremos muñeca, pero eso si, si te pillo haciendo el gilipollas con cualquier otro, no te la acabarás conmigo - Aquí Conway la tomó del cuello con algo de fuerza haciendo que lo mirase a la cara, estos estaban a unos centímetros de distancia - ¿te ha quedado claro?

La chica miró a otro lado, dando a entender que estaba más que claro lo que había dicho, no era la clase de persona que se dejase manipular rápidamente, pero Conway era otra cosa. Era ese tipo de persona que te obligaría a hacer lo que menos quisieses en la vida. Ni su padre era así de estricto.

-Bien, vamos con el cumpleañero

-Ya iré yo, necesito algo de tiempo

-Como gustes muñeca, ya sabes dónde encontrarnos - Dijo y se fue de regreso a donde los demás.

Emma seguía sorprendida, a lo que hizo una llamada a uno de sus amigos más cercanos, aparte de Gustabo y Horacio; esta llamó a Rogelio.
El chico tardó un poco en coger el teléfono, esto hizo pensar que a lo mejor estaba con su primo Segis, liandola como siempre.

-Hola buenas - Se escuchaba la tan peculiar voz de Rogelio por el móvil.

-Rogelio, ¿qué haces guapo? - Dijo en tono burlón.

-Ya sabes, aquí con mi primo

-Eso supuse

-¿Y qué pasa? ¿Sucede algo?

-Pues... quería saber qué hacían, digo porque yo estoy en la fiesta de Greco en el casino, y la verdad ya me estoy aburriendo un poco - Mentía simplemente para salvarse del Superintendente, no lo quería ver en todo el rato que quedaba.

-Estamos de caza, ¿quieres que pasemos por ti o algo?

-Te confirmo en cinco minutos, vale?

-Para mi las ovejas y cabras no son animales, son personas

-¿Cómo? - Preguntó confundida.

-Lo siento, le hablaba a mi primo

-Ah vale, ya me había asustado

-No, tú tranquila, me llamas en cinco minutos entonces

-Si, hasta luego Royels

-Adiós cabrilla - Emma siempre sonreía cuando Rogelio la llamaba así, le parecía muy tierno.

Ahí fue cuando se planteó el qué debía hacer, si seguir en la fiesta de su compañero o pirarse. No quería irse ya que Greco era una persona muy linda, y dejarlo solo por aquello que había pasado con Conway era absurdo, pero tampoco le parecía tener que verlo.
Debido a esto, tuvo que hablar con Horacio. Lo apartó de todos los demás y le comenzó a contar lo que había pasado con Conway. Horacio estaba en shock, básicamente igual que Emma, pero con la diferencia de que este la tenía que ayudar.

-Emma sabes que te aprecio mucho, pero considero que debes quedarte, y ¿sabes por qué?

-¿Por qué?

-Porque los problemas te los comes, al igual que yo. Así que, quédate y solo evádelo, así como hago yo con Volkov

-Supongo, gracias mi niño, eres el mejor

-Es que soy el puto amo

Rieron por un momento, y luego Emma llamó a Royels para avisarle que se quedaría, Rogelio de todos modos le comentó que si pasaba algo, le dijese. Para eso eran amigos al fin y al cabo.



Eran aproximadamente las 11PM, la mayoría ya estaba en bancarrota y cansados, así que decidieron irse ya a casa. Menos ciertos agentes, que aún querían beber algo. Como siempre, sería en casa de Volkov. Los únicos que irían serían, Greco, Conway, Horacio, Gustabo, y Emma. Así casi como en la ocasión pasada.

Se habían dividido en dos grupos para irse en dos coches obviamente; en uno irían Greco, Conway y Emma, mientras que en el otro Volkov, Gustabo y Horacio.
Ya al llegar al departamento, todos se fueron a la sala. Volkov volvió a ofrecer bebidas y todos pidieron Vodka, Greco se ofreció a ayudarle con las bebidas.

Así fue la noche, todo iba perfecto, risas por aquí, risas por allá, hasta que un Horacio ebrio salió.








Espero les haya gustado el cap :D
Nos vemos en el próximo y os quiero mis calvos y calvas ❤️

Let's Fuckin' Go • Superintendente Jack ConwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora