CAPÍTULO 2

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—¿Qué te asegura que todo lo que te rodea es real?

Los libros apilados contra la pared del dormitorio le indicaron a TaeYong que John estuvo toda una eternidad leyendo, pasando de libro en libro sin haber acabado uno primero para continuar otro

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Los libros apilados contra la pared del dormitorio le indicaron a TaeYong que John estuvo toda una eternidad leyendo, pasando de libro en libro sin haber acabado uno primero para continuar otro.

La cama estaba hecha un desastre, cosa que era extraña, ya que John solía ser exigente con la limpieza. Lo raro era que ya haya pasado una semana y que todo siguiera así de desordenado. Las prendas estaban amontonadas en la silla del escritorio y por la enorme cama del americano, además de que había algo de ropa desparramada por la alfombra, amontonándose por la ignorancia del alto.

Era extraño porque al alto no le agradaba el desorden... le daba pánico.

Sabía que John había llegado mucho antes de lo que le pedían al comité hacerlo para coordinar las actividades de bienvenida, los horarios, las nuevas elecciones y los grupos. Tenían muchos más deberes, solo que esos eran los más importantes para los miembros de consejo.

TaeYong había llegado e invadido la habitación del enorme chico, sorprendiéndose por el desorden poco común del extranjero, quien estaba en el suelo, desgarbado, ordenando enormes pilas de papeles en un portafolio grueso, presionando algunas hojas sueltas con objetos que tuvieran el suficiente peso para evitar que el viento que atravesaba la ventana abierta se llevara las hojas.

YoungHo murmuraba cosas bajas con una expresión de concentración, sus ojos pasaban de hoja en hoja como si buscase un orden estricto para poder acomodarlas, desgraciadamente él tenía más trabajo que el mismo presidente del comité. O sea, YoungHo era el vicepresidente por su culpa y a veces el alto se enojaba tanto con lo que él hacía que terminaba arrebatándole las cosas para hacerlas por su cuenta.

Era un tonto, siempre terminaba igual o más estresado de lo que estaba comúnmente y jamás torcía el brazo, era un terco de primera que por más presión y ayuda que necesitara, jamás se rendía ni pedía apoyo. Lo hacía todo sólo y lo lograba orgullosamente. No quiso decirle nada tampoco porque podría empezar a gritarle o despotricarlo como lo hacía siempre, estaba seguro de que notó su presencia y lo ignoraba desde que se conocieron, por eso decidió caminar hacia la cama y comenzar a doblarle la ropa.

Poco a poco las prendas dejaron de cubrir ese mueble, TaeYong pasó las prendas al armario abierto del estadounidense. El alto era demasiado estricto en eso, tenía favoritismos por los cinco uniformes iguales que tenía, por los zapatos y cualquier otra mierda que le perteneciera. Lo vio tantas veces acomodar sus cosas que aprendió el orden como debía y dejó de recibir las exclamaciones de molestia que John le dedicaba cuando encontraba el mínimo error.

No le molestaba, YoungHo siempre fue así con él y con otros, la única diferencia es que solo a él le permitía hablarle y acercarse, a los demás con solo una mirada los amenazaba silenciosamente con arrancarles los dedos.

NEO ACADEMY || PRIMER LIBRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora