Nakamoto Yuta es un policía con una misión importante, debe infiltrarse como alumno en aquella escuela para buscar pistas sobre el asesinato de una mujer, un caso que se cerró de manera misteriosa en el pasado.
No obstante, Yuta se ve involucrado en...
Los hermanos estaban prohibidos. Y rompió las reglas, la misma persona que las hizo.
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—Estuve con Chittaphon antes de todo, se quedó a dormir en la oficina de YangYang—confesó el de cabello rosa con todas las miradas encima, menos la del tailandés debido a su estado de inconsciencia—, le llevé un chocolate caliente y charlamos, luego fuimos al jardín de flores—susurró sintiéndose nervioso—, y-ya después... lo llevé de vuelta a la oficina, salimos cuando todos dormían, él no quería que nadie lo viera.
TaeIl asintió escuchando cada palabra por parte de aquel chico. Le hizo un rápido ademán a YoonOh para que se levantara, señalando con su pulgar el cuarto de baño.
—Hay un botiquín en el armario, desinfecta a Ten—ordenó sin recibir respuesta, Jung se fue directamente al baño para traer el botiquín.
—¿Y qué hacías despierto a esta hora? No es la primera vez que te encuentro deambulando por los pasillos en la madrugada—alzó las cejas.
TaeYong se vio nervioso en su lugar removiéndose sobre el asiento y rascándose el brazo sin saber qué decir, mordiéndose el labio con mucha fuerza.
—E-Es que escucho c-cosas raras, me despiertan—se encogió de hombros—. Me d-da curiosidad saber quién hace ese ruido o de dónde proviene, aunque me da miedo. Igual, tengo insomnio.
Moon suspiró rendido con el angelito de la escuela que realmente no le caía excelente, solo le daba igual. Le era extraño que alguien como él estuviera ahí, y peor aún, que fuera muy cercano a Suh.
YoonOh había escuchado la respuesta del presidente. ¿Pero no había dicho que su labor como presidente estudiantil era vigilar que todos estuvieran durmiendo?
Ellos cuatro seguían despiertos tratando de resolver el misterio en el que XiaoJun no quería colaborar, se veía aterrado, su palidez y tembladera indicaban que no estaba actuando. Sabía la relación que tenía con YangYang, la cual escondían de todo el internado, aunque eran demasiado obvios.
Fingían no ser nada cuando esa misma tarde en la clase de deportes Liu sostenía a Hendery de la cintura mientras Jun le daba filosas miradas desde su lugar. ¿No podían ser menos obvios?
—Xiao DeJun, si no hablas me veré obligado a llamar a YangYang.
El chino se levantó alarmado por la amenaza negando una y otra vez con su cabeza tratando de convencerlo de que no lo hiciera, tomando a TaeIl del cuello de su pijama y soltándose a llorar de nuevo.
—No, p-por favor, no lo hagas, por favor—sollozó. Joder, Xiaojun nunca lloraba frente a otros, era extraño verlo así de aterrado. ¿Qué le ocurría?
YoonOh ya había regresado con el botiquín en las manos sentándose en la orilla de la cama enorme para comenzar a pasarle un algodón por la herida piel del tailandés. Se sorprendió cuando aquel chico se despertó de golpe y se retorció de dolor, llamando la atención de los otros tres.
