Aburrida se sentó en el banco de abdominales con las piernas cruzadas tarareando cualquier canción que recordara.
Tenía hambre y recordó que no había lavado la taza y el platillo. Se levantó para hacerlo cuando escuchó caer algo en el piso superior. Sin aliento miró hacia arriba, porque si él tenía tanto trabajo era imposible que estuviera allí cuando apenas habían pasado ni tres horas. Se quedó allí de pie durante un rato esperando oír algo más, pero nada.
¿Se habría equivocado?
—¿Hola? —gritó todo lo que pudo—. ¿Hay alguien ahí? ¡Necesito ayuda! —Esperó unos segundos más. — ¿Hola? ¡Por favor, ayúdeme!Escuchó el pitido insistente de un claxon en el exterior y miró hacia la ventana. Jadeó al oír lo que parecía un portazo y corrió hacia la ventana intentando mirar hacia el exterior. Pegó un salto para ver un taxi y que alguien cerraba la puerta del pasajero. Volvió a saltar repetidas veces y el taxi rodeó una especie de fuente antes de alejarse. Al mirar a la luna trasera del taxi, no pudo distinguir si era un hombre o una mujer. Juró por lo bajo porque tenía que haber gritado más alto para que el taxista se diera cuenta de que estaba allí.
Se alejó de la ventana.
¿La habría engañado? ¿Le habría dicho que no estaría en la casa para ver cómo se comportaba? Sí, era así de calculador.
Fue hasta la puerta del sótano y la empujó con fuerza casi cayendo hacia atrás cuando esta se abrió la puerta de golpe. Asombrada vio la escalera de caracol. ¿Le había abierto la puerta? No pensaba quedarse para averiguarlo. Se acercó a la escalera mirando hacia arriba donde se veía luz natural. Se sujetó a la barandilla y empezó a subir. Descalza como estaba, no hacía el menor ruido en la escalera metálica.
Al llegar arriba, asomó la cabeza con cuidado para ver una cocina enorme. Era muy moderna y estaba tan limpia que allí se podía operar a corazón abierto. Las encimeras de granito gris claro brillaban impolutas. Subió un par de escalones más para ver los armarios en madera oscura con tiradores modernos alargados en esas barras que a ella le gustaban tanto. Puso un pie en el piso y vio que el suelo también era de mármol gris. Esa cocina costaba más de lo que ella ganaría en toda su vida. Miró a su alrededor y vio dos puertas. Rodeó una mesa de la misma madera que los armarios y se dirigió a una puerta que daba a un salón indecentemente grande.Dios, aquella casa era inmensa, pensó viendo los tres sofás colocados en forma de U ante la chimenea. También era un comedor y pasó una mesa de cristal para veinte comensales intentando escuchar si había algún ruido en la casa. Atravesó el salón y al ver el jardín se dio cuenta que había ido en sentido contrario hacia la salida. Salió por la puerta contraria a la cocina y entró en una especie de despacho. Palideció al ver que estaba patas arriba y que un ordenador estaba tirado en el suelo.
Dios, la iba a matar.
Asustada salió al hall y vio una escalera en el centro que daba al piso de arriba, pero ______ corrió hacia la puerta principal abriéndola de golpe.
Gritó al ver a Jongin al otro lado y corrió escaleras arriba. Furioso cerró de un portazo.
—Te lo advertí, nena. No debían llamarme.
Subió los escalones de dos en dos tirándola al suelo cuando llegaron al pasillo.
—¡No! ¡No he sido yo! —Intentó patalear, pero fuera de sí la cogió por el cabello tirando con fuerza. Gritó de dolor mientras la levantaba del suelo.
—¿No has sido tú? ¿Y cómo estás aquí? —Tiró de ella hacia las escaleras y ______ palideció con temor a que la empujara.
—¡Te lo juro no he sido yo! Escuché un golpe arriba y vi que alguien se iba en un taxi. Fui hasta la puerta. ¡Estaba abierta! ¡Lo juro! —Se echó a llorar. —¿Cómo la iba abrir desde dentro si tú la cerraste?Jongin entrecerró los ojos y siseó
—No te muevas de aquí. —Le vio descender la escalera e ir hacia la izquierda para entrar directamente en el despacho. Muerta de miedo se puso a temblar al escuchar que juraba y cuando regresó del despacho parecía mil veces más furioso. —Baja, ______.
—No. —Negó con la cabeza muerta de miedo.
—¡Baja aquí! —gritó poniéndole los pelos de punta.
Sin dejar de llorar bajó los escalones lentamente y Jongin la cogió por la muñeca de mala manera llevándola de nuevo hacia la cocina.—¡No! —gritó ella intentando evitarlo—No, por favor. ¡No he hecho nada! —Al ver que no le hacía caso, dobló las rodillas tirando de su brazo intentando detenerlo hasta que su trasero tocó el suelo.
El golpe en la mejilla con el dorso de su mano ni lo vio venir y la cogió por la nuca gritándole a la cara mientras una gota de sangre caía de su labio inferior.
—¡Harás lo que yo te diga!Sus ojos le miraban llenos de pánico y Jongin apretó los labios antes de cogerla del brazo y levantarla. La empujó hacia la escalera y ______ temiendo que la tirara por ella, bajó los escalones casi corriendo sujetándose a la barandilla. Entró en el gimnasio y asustada se quedó allí de pie mientras él cerraba de un portazo.
______ se echó a llorar tapándose la cara.¡Había sido una idiota! ¡Tenía que haber sido más rápida!
ESTÁS LEYENDO
Catch - KJI
FanficAhora eres mía. Así que será mejor que aprendas a comportarte bien y dejes de ser una calienta pollas.