—Nena… —La cogió de la muñeca obligándola a ponerla sobre la mesa. —¿Qué haces con el dinero?
—¡Se lo envío a mi madre!
Esas palabras sí que le sorprendieron.
—¿Por qué?—¡Porque al hijo de puta de su marido le han echado del trabajo hace tres años y desde entonces es un vago que no se levanta del sofá!
Jongin apretó las mandíbulas.
— Mantienes a tu familia.—Mantengo a mi madre y a mi hermano.
—Aunque no te llevas bien con ella.
—¿Es que tengo que contarte toda la maldita historia?
Él apretó la muñeca.
—¿Por qué les ayudas?—Porque son mi familia y Minho no tiene la culpa de tener ese cabrón por padre.
—Lo odias.
—Sí, lo odio. Lo odio por encima de todo —dijo con rabia.
—¿Por qué, nena? ¿Qué te hizo?
—¿Qué me hizo? Mientras fue el novio de mi madre se portó estupendamente conmigo. Regalos en mi cumpleaños e incluso dijo que me enseñaría a conducir. Pero en cuanto mi madre dijo sí quiero, intentó dominar todo lo que hacía. El mismo día de la boda me sacó del salón donde se estaba celebrando, diciendo que el escote de mi vestido era demasiado bajo. Yo como siempre me había llevado bien con él, me puse una chaqueta a pesar de que el vestido lo había elegido mi madre. Entonces vino todo lo demás. No podía salir con amigas, no recibía dinero para ningún capricho porque eso conducía a las drogas, incluso un día me encerró en mi habitación porque un chico me había llamado por teléfono.
—Entonces te revelaste.
—Pasó un año y un día llegué a casa con el pelo rojo. —Sonrió maliciosa. —Casi le da un infarto.
—¿Y tu madre?
—Se ponía de su parte. No se me olvidará el día que me dijo que estaba embarazada. Parecía que tenía miedo a mi reacción, pero a lo que tenía miedo era a la bronca que él le echaría como yo hiciera algo inapropiado.
—¿Qué ocurrió?
—Lo que tenía que ocurrir. Un día exploté y me escapé una semana. Se montó una grande pues hasta involucraron a la parroquia en mi búsqueda y la policía me estuvo buscando. Salí en las noticias estatales y estaba en la casa del árbol de una vecina observando el espectáculo.
—¿Y después?
—Tenías que verle la cara cuando bajé de la casa del árbol y bostecé ante la prensa en mitad de un lacrimógeno discurso porque no sabía dónde estaba su hija. Todos me miraron atónitos y grité. ¡Hoy cumplo dieciocho! Y lo deje con la boca abierta.
Jongin se echó a reír a carcajadas y la besó sin poder dejar de reírse.
—Me hubiera encantado ver su cara.—Está en la youtube. ¿Quieres verla?
—Ahora no. ¿Qué ocurrió después?
—Me fui a casa de una tía hasta la universidad, porque él no quería ni verme. Minho tenía tres años y es lo único que echaba de menos.
—¿Te pagaron la universidad?
—Mi padre había dejado un fondo para mis estudios y el muy idiota no podía tocarlo —dijo satisfecha.
—¿Y tu madre?
—Me llamaba a escondidas — dijo con desprecio ocultando el dolor que sentía.
Jongin la observó en silencio.
— ¿Qué hubieras hecho tú en su situación?—Hubiera cuidado a mi hija por encima de todo. Por muy enamorada que estuviera de mi marido, a mi hija la he parido yo. Nunca dejaría que alguien la despreciara como él hizo conmigo.
—Yo te he humillado. Yo te he dicho que vestías como una zorra y muchas más cosas. —______ le miró asombrada perdiendo todo el color de la cara. —Es interesante que a mí no me hayas hecho algo.
En silencio cogió un antiséptico y le empapó los puntos con una gasa con sumo cuidado mientras ella estaba sumida en sus pensamientos. Él levantó la mirada durante un segundo antes de seguir con su trabajo y cogió una gasa colocándola cuidadosamente antes de coger el apósito y despegar la parte de atrás.
—Nena, yo te lo he dicho para que reacciones.
—¿Como él?
—Te he visto borracha subida a una mesa, mostrándole el culo a veinte hombres que estaban debajo. ¿A quién intentabas retar en ese momento? Todo se te ha ido de las manos. Intentabas justificar que eras así, revelándote contra cualquier límite que te hubiera impuesto tu padrastro en el pasado y los has sobrepasado con creces.
—¿Y ahora los límites los vas a poner tú?
—Sí. Ahora los voy a poner yo —respondió mirándola a los ojos— Y hasta que no estés controlada, no saldrás de esta casa.
—¿Por qué te importa?
Él entrecerró los ojos.
—Soy dominante. Para mí eres un reto. Supongo que eso es lo que me motiva.—Llevas pensando esa frase toda la noche, ¿verdad?
Jongin sonrió.
—No lo sabrás nunca. Ahora haz el desayuno mientras me ducho. —Se levantó cogiendo la caja y la besó en la frente antes de salir de la cocina.
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Catch - KJI
FanfictionAhora eres mía. Así que será mejor que aprendas a comportarte bien y dejes de ser una calienta pollas.