Catch 13.00

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Los siguientes quince días fueron un sueño para ______. Era increíble lo unida que se sentía a él y la manera en que hacían el amor a todas horas. A veces era muy intenso y apasionado mientras que en otras ocasiones era tierno y la adoraba de arriba abajo.
Se hicieron a una rutina. Levantarse y hacer el amor antes del ejercicio, Jongin se iba a trabajar y ella se encargaba de la casa. 
Eso sí, cuando discutían era explosivo,  pero siempre lo solucionaban antes de dormir con alguno de los juguetitos de Jongin. 

El domingo de su segunda semana,  él  estaba  leyendo  unos documentos sentado en el sofá y ______ estaba leyendo un libro que él le había regalado.
Jongin sonreía cada vez que la oía jadear, que era muy a menudo porque era un libro de temática sexual.

—¡Cariño, tenemos que hacer esto! —dijo impresionada sin dejar de leer.
—¿No me digas? —Divertido pasó la hoja.
—Sí, ahora que estoy en forma con tanto ejercicio, seguro que puedo sujetarme a ti boca abajo mientras me sujetas por la cintura.
—Eso es mucho más cómodo que hacerlo tumbados. ¿Y desde cuándo haces ejercicio?
—Tanto sexo tiene que contar. — Jongin se echó a reír moviendo la cabeza de un lado a otro y ella levantó la barbilla. —Pues estoy más delgada.
—Eso es cierto. No adelgaces más.
—¡Si es culpa tuya!

Llamaron al telefonillo y él se tensó levantándose.
—Nena, sube a la habitación.
—¿Pero no vas a preguntar quién es?
—Da igual quien sea. ¡Sube arriba!

Esas palabras la hicieron perder el color de la cara y sin rechistar subió las escaleras mientras él contestaba a telefonillo del hall mirándola de reojo.  Cuando llegó arriba fue hasta la ventana y apartó discretamente la cortina para ver entrar un Jaguar gris del que salió una atractiva pareja con una botella de Don Perinong. La chica era morena y tenía el cabello largo hasta la cintura. Iba preciosa vestida de negro y ______ suspiró mirándose la camiseta gris que llevaba.
Dejando el libro de lado, se sentó en la cama apoyando la espalda en el cabecero y esperó. Cuando pasaron más de dos horas allí sentada mientras escuchaba las risas en el piso de abajo, no pudo evitar sentirse decepcionada y triste,  aumentando esa tristeza a cada minuto que pasaba.

Al parecer era una molestia, aunque no sabía de qué se extrañaba porque ya le había dejado claro que no le gustaba nada de ella.  Puede que esas dos semanas hubieran sido perfectas para ella, pero al parecer para Jongin no había sido así.

Escuchó el timbre del telefonillo y corriendo fue hasta la cortina. Cuando vio en la puerta una furgoneta de uno de los catering más caros de la ciudad,  apretó los labios mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. Volvió a la cama y esperó a que él le subiera algo de cenar.  Cuando llegó la una de la madrugada, se metió en la cama dando la espalda a la puerta sin poder evitar ya las lágrimas.  Nunca se había sentido tan dolida y defraudada como en ese momento.  Intentó reprimir el llanto, pero no pudo evitarlo. Como no se podía dormir, se levantó y fue al baño porque odiaba que él pensara que eso la había afectado. En el armario pequeño había unas pastillas para dormir y se tomó una. Afortunadamente veinte minutos después sintió que le pesaban los párpados y poco a poco se quedó dormida.


A la mañana siguiente escuchó como Jongin se levantaba, pero ella no se movió de su sitio. Lo escuchó salir de la habitación y ella fue hasta la ducha.  Se dio una ducha fría para despejarse y con el cabello húmedo fue desnuda hasta el vestidor donde cogió una camiseta roja. Cuando llegó al hall, vio que el salón estaba hecho un desastre. Todos los envases del catering estaban repartidos por la mesa de centro y las mesas auxiliares. Se mordió el labio inferior viendo la botella de champán vacía al lado de otras dos. Al parecer la habían más que bien.

______ se acercó lentamente y vio una invitación sobre la mesa. Las letras doradas indicaban que era la invitación a una fiesta de aniversario de un club llamado Gold and Diamonds y la fiesta era el sábado siguiente. Se le cortó el aliento al leer en letra pequeña al final de la invitación “Invitación especial: Derecho a habitación Vip del club”  Dejó la invitación sobre el sobre y sin saber qué pensar, empezó a recoger los  envases.
Al  ver  el  sushi desperdiciado y los camarones salteados que habían sobrado, su disgusto fue a más porque aunque había sobrado comida no se había preocupado de que ella cenara. Solo le hubiera llevado dos minutos coger un par de envases y subírselos arriba con cualquier excusa. 
Estaba dejando los envases sobre la encimera de la isla cuando él subió del gimnasio.
Jongin carraspeó al ver lo que estaba haciendo.
—Nena…
—Buenos  días  —susurró saliendo de la cocina de nuevo. Él la siguió y vio como recogía. Cuando iba a salir con las botellas en una mano y las copas en la otra vio que no la dejaba salir. —¿Me permites?
—No podías bajar con tu vestuario —siseó viendo en sus ojos que estaba a punto de llorar.
—Muy bien.
—No me digas muy bien cuando es obvio que estás disgustada.
—¡Pues muy mal! ¿Ahora me dejas pasar?

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