Catch 15.00

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Pasó tres días en casa de Miyeon, que no la presionó más para saber qué había ocurrido. Seguramente su amiga se había dado cuenta que no diría nada, así que no insistió más.
Intentó que se lo pasara bien mientras estaba allí, repitiéndole una y otra vez que no limpiara la casa. Pero lo hacía para entretenerse mientras que ella estaba en la oficina.

El día en que se fue a su casa acompañada de su amiga, Miyeon le dijo en el ascensor —No ha ido a trabajar estos días, ¿sabes?

—¿Quién?
—Tú ya sabes quién.
Apretó los labios asintiendo y cuando llegaron a la puerta de su apartamento vieron un sobre pegado con cinta debajo del número. Lo arrancó y lo arrugó sin leerlo.

—¿No quieres saber lo que dice?
—No. —Entraron en la casa y vieron un gran ramo de rosas rojas en la mesa de centro. —Ha debido meterlas la dueña del apartamento.

Miyeon se acercó y cogió la tarjeta.
—Esta no me la quitas. —Leyó la tarjeta y la volvió a meter en el sobre.
—¿Qué dice?
—Léela tú misma si te interesa.
—No me interesa.
—Pues eso. —La besó en la mejilla. —Me largo, que tengo una cita.
—Ten cuidado —le advirtió divertida.
Miyeon asintió.
—Si  me necesitas, llámame.
—Gracias.

Cuando se quedó sola, miró el ramo de rosas y entonces se dio cuenta que tenía las llaves de su casa. Tenía que cambiar las cerraduras. Entonces vio su bolso sobre el sofá y se acercó a toda prisa revisando que lo tuviera todo. Incluso estaban las llaves. Frunció el ceño mirando la carta que tenía aun en la mano y la abrió lentamente con las manos temblorosas.

Hola preciosa ¡Vuelve a casa!
-Jongin


Volvió la hoja atónita y enfadada se levantó para leer la tarjeta que ponía exactamente lo mismo.
—¡Idiota! ¡Ni borracha!


Se estaba duchando después de limpiar la casa y escuchó ruido en la habitación. Salió de la ducha y se envolvió con una toalla saliendo al pasillo. Escuchó el ruido de nuevo y cuando llegó a la habitación no vio a nadie. El sonido se repitió y chilló al ver una cola marrón bajo la cama. Al escuchar el ruido, la cola se escondió y ______ dio un paso hacia él. Estaba segura de que no era una rata porque la cola era peluda, pero se estaba planteando seriamente llamar a control de plagas. Escuchó como las uñas arañaban el suelo y salió de la habitación corriendo cerrando la puerta de golpe.

Madre mía, lo que le faltaba.

Corrió hasta el móvil pensando a quién llamar. Miyeon estaba descartada porque era una paranoica de los bichos. Lo sorprendente era que con toda la mierda que había en su casa, no estuviera llena de cucarachas. No, a ella no podía recurrir. Pasó los nombres de la agenda del teléfono y levantó las cejas al ver el nombre de Jongin que él debía haber grabado. Él lo solucionaría. Se mordió el labio inferior. No podía llamarle para algo así. Escuchó un gruñido en la habitación antes de que algo cayera al suelo y pulsó el botón verde. No tenía a quien recurrir y ella no pensaba entrar ahí para averiguar que era.

—Hola, nena. ¿Cuándo vuelves?
—¡Necesito que vengas a mi casa!
—______, ¿por qué estás tan nerviosa?
—¡Un bicho ha entrado en mi casa y ha ocupado mi habitación!
—¿No me digas? —preguntó divertido.
—Jongin, no tiene gracia. Está bien, llamaré a control de plagas. ¿Una ardilla del parque llegaría hasta aquí? Las ardillas son como las ratas, ¿no? Transmiten un montón de enfermedades y muerden, ¿verdad? —Abrió los ojos como platos. —¡No se habrá cagado en mi piso! ¿Eso no transmite algo?

Escuchó como Jongin retenía la risa y eso la puso aún más de los nervios.

—Estoy ahí en un momento. Yo me encargaré. Tú no entres en la habitación.

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