𝗠𝗲𝗲𝘁 𝗬𝗼𝘂 𝗔𝗴𝗮𝗶𝗻 | また会いましょう
Un castillo, una huida, una fiesta y un roce de manos fue lo que necesitaron para que se encontrarán, como imán y metal que, sin siquiera analizarlo, se unían al más mínimo acercamiento.
Sin embargo, c...
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El aire mañanero y los suaves sonidos de los animales a la distancia fue tu bienvenida al despertar, tallando tus ojos con pesadumbre y estirándote en la cama, intentando enfocar el día soleado de afuera a través de la ventana que ondeaba sus cortinas blancas por el aire.
Habías pasado hasta tarde leyendo uno de los libros que Fuyumi te había prestado y, en medio de tu somnolencia y cansancio por correr por el castillo todo el día, habías olvidado cerrar la ventana.
Restregaste tu mejilla por la almohada cubierta por una funda de seda, disfrutando los rayos de sol que apenas pasaban por la ventana, sonriendo inmensamente por estar en un lugar diferente que no fuera tu habitación.
Los golpecitos en tu puerta te hicieron despabilarte, pronunciando un «adelante» cuando una de las jóvenes que atendía el castillo pedía permiso para entrar.
—Buenos días, señorita —saludó ella con una pequeña reverencia—. El desayuno está listo, el joven Todoroki la espera en el comedor.
—Muchas gracias, Yui —agradeciste con una pequeña sonrisa, avergonzado a la muchacha, cosa que no te sorprendía conociendo el humor de los Todoroki. La chica dio otra reverencia, pero antes de salir, volviste a llamarla—. Espera, ¿tienes algo que hacer ahora?
—¿Disculpe? —Preguntó con una expresión tan extrañada que solo te hizo sonreír.
De un saltito bajaste de la cama, tus pies descalzos haciendo contacto con el frío azulejo y caminando a paso veloz hacia ella, metiéndola en la habitación y cerrando la puerta.
—Necesito que me ayudes en algo —anunciaste caminando a tu armario donde descansaban los vestidos que tu padre te había obligado a llevar.
—¿En qué puedo ayudarle, señorita?
—Primero que nada, puedes decirme (Nombre) o Hashimoto, como gustes, pero nada de señorita —pediste sacando un vestido café caoba y deslizando tus brazos por las mangas de este, siendo ayudada un segundo después por Yui al ver que te habías atorado un poco con la tela—. Gracias. Cómo decía, necesito tu ayuda, ¿conoces a Midoriya Izuku?
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