Melany les guio hacia la casa de Gryffindor mientras hablaba con emoción, Antlia no queria romperle la ilusión al decirle que ya conocia.
— ¡grajeas rojas! — el cuadro de la señora gorda se abrio — cada dia se cambia de contraseña.
— Oh... — dijo Antlia asintiendo — interesante.
— no te vi en el tren — comentó Elena, su amiga rra muy astuta y eso lo sabia perfectamente desde que la conoció.
— Viene desde Hogsmeade en carruaje —respondió.
— Por aquí se va a la habitación de mujeres — Melany sonreía — de aseguro compartirán habitación.
— ojalá.
— esta es mi habitación, comparto con Hermione, Ginny y Parvati.
Las tres siguieron subiendo — creo que no compartiremos — dijo Antlia viendo que Elena tenia su nombre en otra habitación — ya vi la mía, tengo que irme, le daré de comer a Pickett.
— Hasta mañana — canturreo Melany.
Al llegar vio el cuarto destrozado, Pickett chillaba indignado. Antlia movio su varita y ordeno todo en un par de segundos.
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Al día siguiente se levantó temprano, ingresó al baño, cuando salió aún envuelta en su bata, fue a su pequeña cocina e hizo la comida de los escarbatos y de Pickett.
Mientras ellos comían, ella se cambió, está vez él color escarlata y dorado brillaban en su uniforme — no es por presumir pero me quedan muy bien — se dijo mentalmente.
Se pinto las uñas de color dorado y de adorno uso piedritas de color escarlata. Deslizó su cepillo con mucho cuidado en su cabello. Esta vez agarro un mechon regular grueso de lado de su oreja y lo trenzo, como si fuera una cinta lo pasó alrededor de su cabeza dejando el resto de cabello suelto, sólo se pintó los labios de un color rosa y puso sombras de color marrón en sus ojos.
Agarró su mochila y salió de la habitación junto a Pickett y los escarbatos. Cuando llegó a la sala vio que Ron, Hermione y Harry estaban desayunando.
— Hola — dijo el azabache cuando la vio.
— hola — respondio sentándose a su lado — gracias — dijo cuando Hermione le pasó su horario.
— no nos despertaste — dijo Melany haciendo un puchero, a su atras llegó Elena, ambas se sentaron a su al frente.
Unas manos le taparon los ojos —¿quien soy? — pregunto.
— un troll — pregunto sonriendo, su cabello fue cambiando a lila.
— no estoy tan feo — espetó haciendo reir a Antlia.
— Ced — respondió y el la soltó.
— ven — le dijo tomando su mano.
— voy a des...
— lo harás — dijo insistiendo y ella se levanto.
— las veo en clases — dijo sonriente.
— diviertanse — dijo Melany ocultando su sonrisa.
Al llegar al lago negro, él señaló un arbol — dia de picnic — dijo Antlia sonriendo.
— y eso no es todo — de su capa sacó a su pequeño escarbato — vino a mi, quise dártelo pero ya te habias ído.
— creo que Ceddy encontro a Cedric — dijo riendo.
— ¿osea que se llama como yo?— preguntó llevándola hacia el árbol.
Ambos se sentaron y Cedric se ancargo de servir el desayuno. Conversaron muy poco ya que la peli lila tenia clases, el Hufflepuff la acompaño hasta la casa de Hagrid y se despidió con un beso en su mejilla.
— suertuda — dijo Melany lanzándole una mirada pervertida y ella solo nego.
Hagrid presentó a los escregutos, les pidio que iba a criar y cuidar a uno.
— ¿Y por qué tenemos que criarlos? — preguntó Draco. Crabbe y Goyle reían.
Hagrid abrió la boca, según parecía haciendo un considerable esfuerzo para pensar.
— Ni siquiera trrminan las clases y ya estas preguntando tonterias Malfoy — espetó Harry.
—no creo que te de miedo ¿o si?— preguntó Antlia con inocencia.
— Claro que no— respondió Draco negando — sólo tenía curiosidad.
— La curiosidad en ocasiones no es buena — respondió la ahora peli verde sonriendo y Hagrid dio un asentimiento como agradecimiento.
— Hoy sólo tienen que darles de comer. Pero tendrás que probar con diferentes cosas. Nunca he tenido escregutos, y no estoy seguro de qué les gusta. He traído huevos de hormiga, hígado de rana y trozos de culebra. Prueben con un poco de cada uno — dijo Hagrid y Antlia lo miró con sorpresa.
— Primero el pus y ahora esto— murmuró Ron.
Antlia al mirar a los escregutos no se le iba de la cabeza que la idea de aquello era completamente absurda, porque los escregutos ni siquiera parecían tener boca. Nunca antes habia escuchado de esta criatura o visto algo acerca de esto en su sotano.
— ¡Ay! — gritó otro chico, unos diez minutos después —¡Me ha hecho daño!
Hagrid, nervioso, corrió hacia él.
— ¡Le ha estallado la cola y me ha quemado! — explicó enfadado, mostrándole a Hagrid la mano enrojecida.
— No es para tanto gallina- dijo Malfoy aventando un poco de higado de rana a su escreguto.
— Son tan feos — dijo Antlia agarrando un escreguto — me encantan — Hagrid se puso pálido al ver a la Gryffindor agarrando a ese animal, por suerte no le hizo daño al contrario se dejaba cariñar por la joven.
— !Ay! — exclamó de nuevo otro Gryffindor — Hagrid, ¿para qué hacemos esto?
— Bueno, algunos tienen aguijón — repuso con entusiasmo Hagrid, Lavender se apresuró a retirar la mano de la caja — Probablemente son los machos... Las hembras tienen en la barriga una especie de cosa succionadora... creo que es para chupar sangre.
— Ahora ya comprendo por qué estamos intentando criarlos — dijo Malfoy sarcásticamente— ¿Quién no querría tener una mascota capaz de quemarlo, aguijonearlo y chuparle la sangre al mismo tiempo?
Antlia solto una risita — El que no sean muy agradables no quiere decir que no sean útiles— replicó sonriendo — La sangre de dragón es increíblemente útil por sus propiedades mágicas, aunque nadie querría tener un dragón como mascota, ¿no?
— ¿crees que tengan alguna utildad?— preguntó Draco.
— Quizá — respondió cariñando al escreguto — sólo se necesita una investigación exhaustiva.
— Esa investigación tendra que durar años y muchos años — dijo Melany dando de comer a su escreguto lanzandole higado.
Cuando terminaron las clases las tres amigas se dirigeron al gran comedor para almorzar.
