°Ideas tontas°

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¿Nos gustamos? Si...

-¿Qué le preocupa al Emilio del presente?- Me pregunto Joaco con tono suave al parecer noto que me fui a las nubes.

-Amm nada- En mi tono se notaba que eso había sido una total mentira.

-Vaya que eres malo mintiendo Emi ¿Quieres contarme?- Hizo que me sentara en la cama y se arrodillo frente mio, tomo mi mano y comenzó a acariciarla suavemente con su dedo indice ese gesto me estaba dando una tranquilidad inexplicable.

-No ser suficiente- Solté de pronto, el no paro su caricia en mi mano- No ser lo que mi mamá esperaba que fuera y me da miedo... me da miedo el hecho de que me estés gustando- El paro y me miro con sorpresa y algo de vergüenza, después bajo la mirada y siguió con lo de antes.

-Pues quizás el Emilio del presente debería dejar de cuestionarse tanto y comenzar a sentir- Dijo en un susurro solo para mi.

-Pero al Emilio del presente todo esto le asusta demasiado como para permitirse sentir- Aparte mi mano de la suya porque no me estaba dejando pensar con claridad, el me miro con una expresión de reclamo y tomo mi mano de vuelta.

-¿Y al del pasado?- Sentí un nudo en la garganta por esa pregunta.

-La muerte de su mamá... quedarse solo, eso le preocupa al Emilio del pasado- Intenté sonar lo más neutral posible pero mi voz se quebró al final de mi frase.

-¿Sabes? Dicen que el tiempo lo cura todo pero yo no lo creo, nunca sabes como lidiar con la pena del todo. Si, el tiempo ayuda pero no lo cura, el dolor siempre esta ahí recordándote que te falta algo que no puedes tener, esa espina llamada sufrimiento es algo que no puedes arrancar con nada y que ni con todo el tiempo del mundo se disuelve, pero puedes aprender a vivir con ello, puedes ser feliz aunque tu no lo creas Emi, puedes recordar a tu mamá con felicidad en vez de con dolor, pero eso toma tiempo y lo que te dije es verdad, el tiempo no cura nada pero ayuda, ayuda a sobrellevarlo y yo estoy aquí contigo, si me lo permites yo puedo ser tu tiempo, yo puedo ayudarte a sanar- Me lo dijo mirándome a los ojos, una mirada llena de verdad y llena de ganas, de ganas de ayudarme y de estar conmigo.

-Si... y gracias, hace mucho nadie me hablaba con esta sinceridad- Me apene un poco y baje la cabeza, es verdad que esta situación es reconfortante, sus palabras realmente me hicieron sentir mejor pero me apena estarle contando todo esto.

-Emi, esta bien- Tomo mi barbilla con su mano y me obligo a mirarlo- Todos tenemos problemas y te agradezco que me hayas tenido la confianza para contarme- Nos sonreímos mutuamente y ahora me toca preguntar a mi.

-¿Y tu? ¿Qué le preocupa al Joaquin del presente?- El se tensa y se sienta en el piso delante de mi.

-Nada, esta tranquilo- Se que me esta mintiendo, la manera en la que esquiva mi mirada me lo hace saber pero no voy a presionarlo, me acerco a el y lo abrazo.

-Aquí estoy contigo- Le susurro y el se acurruca en mi pecho lo más que puede.

-¿Pero sabes algo que al Joaquin del presente le agrada?

-¿Qué cosa?- No estaba listo para la respuesta.

-Que me estés gustando de esta manera- Lo dijo en un tono tan inocente que me pareció realmente tierno, suspire y lo acerque lo más que pude hacia mi.

Eramos como niños pequeños apenados por decirle al otro que le gusta, con nuestros corazones al mil cuando estamos cerca y con esas miradas que no mienten. Estoy aterrado por el hecho de que sea un chico pero quizás Joaco tenga razón, debería dejar de cuestionarme tanto y comenzar a sentir y es que a su lado solo quiero dejarme llevar, quiero perderme en sus ojos y en sus palabras, quiero nadar en sus brazos y decirle cuanto lo quiero, pero no, esas palabras aun no salen de mi boca, no se cuando lo harán pero sera en el momento adecuado por ahora así estamos bien.

Regla No.5//EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora