°Como nunca había querido°

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Joaquin

Toque la puerta temeroso, esperaba que no hubiera nadie en casa o por lo menos que no me abrieran pero lamentablemente mi hermana me abrió con cara de pocos amigos y me dejo entrar.

-Pasa, papá y mamá están en la sala- Dijo cerrando la puerta.

Antes de pasar a la sala tome a Angie del brazo y la detuve.

-¿Les dijiste? ¿Así de mala hermana eres?- Tenía rabia en mis ojos.

-Si, si les dije ¿qué vas a hacer? Ahora te toca explicarles porque lo hiciste.

La mire mal para después soltarla bruscamente, me acerque a la sala. Mi madre me miraba entre preocupada y asustada a diferencia de mi padre que me miraba con odio y sabía que no quería que yo estuviera ahí, se me hizo un nudo en la garganta pero me lo trague. No iba a mostrar debilidad ante ellos.

-Ya nos dijo tu hermana que te están molestando en la escuela, que desapareciste y que te saliste de la escuela ¿qué es esa cobardía Joaquin?- Alzó la voz y yo me estremecí.

No podía hablar porque sentía que lloraría. ¿Cómo esperaba mi padre que me defendiera? Era toda la escuela en contra mio o al menos así lo veía yo.

-Joaquin podemos ir a hablar a la escuela, si tu quieres- Dijo mi madre en tono bajo para tratar de mantener la calma en el lugar.

-¿Por qué fingen que les importo? Bueno tu mamá, mi padre al menos es honesto en el desprecio que me tiene, mi padre me corrió de la casa y tu no hiciste nada por mi, no peleaste por tu hijo- La señale y después volví mi mirada a mi padre - De ti no tengo nada que decir solo que a partir de este momento dejo de llamarte papá.

Mi padre se levantó con furia hacía mi, sabia que me pegaría pero sinceramente ya no me importaba. Así fue, me dio una cachetada para después empujarme.

-¡Me parece perfecto, yo no quiero un hijo como tu!- Se fue hacia su habitación y yo me quedé helado.

No sabia si soltarme a llorar o irme con la poca dignidad que me quedaba.

-¿Por qué lo dejas mamá? ¿Por qué dejas que me pegue? Así como sin nada, de verdad me parece increíble que no hagas nada por defenderme- Mi voz se empezó a cortar.

Mi madre solo me esquivaba la mirada y ahí me di cuenta que no iba a decir nada, di un suspiro conteniendo todos mis sentimientos y me fui hacía a puerta para dejar atrás esta casa que ya no se siente como un hogar para mi.

Salgo del lugar y cierro la puerta, me rompo totalmente y me siento en el tapete sin importarme lo sucio que este. Intento relajarme ya que no quiero tener un ataque de pánico ahora, poco a poco mi respiración vuelve a la normalidad y comienzo a caminar hacía el parque que esta cerca.

Me siento en una banca y mis sentimientos vuelven a ahogarme.

Emilio

Después de terminar mi cita con la psicóloga me voy a casa con mi padre, en cuanto llegamos el pidió que habláramos acerca de la sesión.

-¿Cómo te fue Emilio?- Dijo acercándome un vaso de agua.

-Bastante bien, platique acerca de mi mamá un poco más tranquilo y la doctora me dejo tarea- Estaba muy entusiasmado.

-¿Cuál?

-Pues dijo que debería saber bien la historia de como falleció mi madre además de que debía hablarlo con otras personas- Carraspee un poco para alejar el nudo que se formo en mi garganta, lo cual funciono.

Regla No.5//EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora