Capítulo 6.

1K 124 389
                                    

Capítulo seis: dulces sueños.

. . .

El entorno en la heladería Monzen, generalmente, es considerado tranquilo y gratificante para la mayoría de los clientes que asisten con frecuencia al local. En la actualidad, esa imagen se consume en cenizas cada vez que cierto dúo de chicas expresa libremente sus pensamientos en voz alta, como si un megáfono estuviese atorado en sus gargantas y multiplicara por diez el volumen de sus cantarinas voces. En resumen, se asemejan a dos loros chillones que, al principio, son soportables, pero sacan de sus casillas a cualquier persona cuando comienzan a repetir incesantes frases sin ser capaces de detener su cotorreo ni para tomar un respiro.

―Estoy segurísima de que ambas conseguirán un solo, denlo por hecho ―Sasha eleva su copa de helado media vacía, exclamando en un tono vivaz su brindis improvisado―. ¡Por Petra y Mikasa!

― ¡Rueguen para que mañana no les baje la regla o será un verdadero desastre! ¡Amén! ―añade Isabel, aguantándose la risotada que no consigue quedarse estancada en su garganta y resuena por el local. Los individuos cercanos a su mesa no le quitan la vista de encima y un gesto de desagrado en sus rostros da a entender lo desubicado que les cae el comentario―. Fuera de bromas, ¡buena suerte, chicas!

―Gracias ―responden al unísono las abochornadas felicitadas, extendiendo sus brazos para chocar las cuatro copas y acabar con las dedicatorias rápidamente antes de que todo se torne más raro o escandaloso de lo habitual.

―Démoslo todo en esa audición, Mikasa ―el agarre suave de Petra alcanza a su mano y los ojos de Mikasa se topan con una genuina mirada de dulzura―. Espero que ambas quedemos. Lo digo en serio.

Petra Ral es una de sus contrincantes para las audiciones que toman lugar al día siguiente. No lo ve como algo malo, claro que no, menos con su amiga más cercana. Lo confirma el ecuánime hecho de que se han ayudado mutuamente durante el mes y medio aprovechado al máximo para ensayar y crear una coreografía capaz de impresionar a los jueces, brindando sus conocimientos si alguna falla en algún paso que a la otra se le facilita. Es inexistente cualquier clase de rencor entre ambas, Mikasa también posee la esperanza de que Petra ingrese en las nacionales con un solo en su poder. Sin embargo, ninguna de las dos ignora que más personas batallarán con determinación por el mismo objetivo, dando todo de sí mismos para ganarles el lugar. Por lo menos, la mitad de la clase se encuentra inscripta, incluido Levi Ackerman. Aunque este último también la ha auxiliado a base de regaños durante los ensayos, es amable y considerado solo con ella a su peculiar e intensa manera.

―Yo también lo espero ―corresponde la azabache, entrelazando los dedos con los de su amiga y suavizando su expresión.

. . .

Es sábado, siete de septiembre, también denominado como el día más aclamado y esperado por los bailarines de ballet de la academia Sina. No obstante, ni siquiera ese detalle es apto para obligar a que Mikasa despierte temprano. El fin de semana es calificado estrictamente como algo sagrado y usado con el propósito de dormir hasta tarde. No hay ser existente en el universo que la haga cambiar de parecer. Además, no hay por qué atiborrarse de ansias, ya que las audiciones acaparan espacio por la tarde y apenas son las once de la mañana.

―You like my hair? Gee, thanks, just bought it ―canturrea mientras echa la ropa oscura del canasto en el lavador. La canción de Ariana Grande se la ha pegado como calcomanía en su mente gracias a Isabel y no logra sacársela de la cabeza ni a patadas. Es como una clase de maldición que la persigue a cada segundo del día.

Mikasa apuesta el escaso dinero de su alcancía a que sus compañeros han de estar mordiéndose las uñas en ese preciso instante, practicando cada paso perteneciente a sus coreografías hasta cansarse. En cambio, ella lo digiere con suma calma, llevando a cabo la limpieza del hogar con música a todo lo que el teléfono da como método de sosiego. ¿Que si se siente nerviosa? Por supuesto que sí, no se consideraría humana de lo contrario. Cada persona dentro del estudio "E" es talentosa e increíble, la chance de quedar seleccionada entre tantos es demasiado estrecha, pero también sabe el desperdicio que implica exasperarse en su situación. No necesita darle mucha cuerda al asunto, entre menos lo piense, mejor.

Cristal. (RivaMika)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora