FIRESTONE (Blue Fire)

~Chapter 20~

En ese momento, entre las palabras que salieron de su boca, sus mejillas rosadas y sus ojitos mirándome como si aquella frase le diera miedo, provocaron que sonriera como hacía tiempo que no lo hacía.

Billie sonrió tímida, y mi corazón latía tan feliz que la atraje hasta mi, abrazándola con fuerza y rodé en la cama mientras escuchaba su risa.

-Tu a mi también me gustas, mucho. -contesté sobre su cuerpo. -¿Sabes qué vamos a hacer?

-¿El qué? -dijo mirando mis labios y luego hacia mis ojos.

-No nos presionaremos, ¿vale? Yo también tengo miedo, y mucho. -sus manos acariciaron mi espalda y se quedaron ahí. -Paso a paso, tiempo al tiempo.

Sonrió mostrándome su dentadura perfecta.

-Me parece bien. -dijo. -Tienes que tenerme paciencia Ash, y yo... yo quiero hacer bien las cosas contigo.

Acuné sus mejillas.

-Lo harás, tanto tu como yo. -besé fugazmente sus labios. -Ahora vete, porque sigues desnuda y me cuesta resistirme.

Rió sonoramente y se abrazó a mi, besó mi coronilla.
Estar entre sus brazos se volvió un lugar seguro para mi, un sitio donde nada ni nadie puede hacerme daño.

Nos vestimos entre miraditas y sonrisas, y una vez presentables bajamos al salón.

-Billie ya se va. -le dije a mis padres. Como dije... tenían la TV a todo volumen.

-Vuelve cuando quieras bonita. -le dijo mi madre.

-Gracias. -contestó y sonrió. -Hasta otra.

Se despidió con la mano y mis padres repitieron el gesto. La acompañé a la puerta, donde puse las llaves por fuera y cerré.

-Si vuelve a ocurrir algo, sólo tienes que llamarme. No te vuelvas a esconder durante cinco días, por favor. -dije preocupada.

Suspiró con una sonrisa, sus manos se fueron a mi cintura.

-Te llamaré tanto si pasa algo como si no. Nos vemos pronto. -dijo cerca de mis labios.

-Nos vemos. -contesté abrazando su cuello.

Nos miramos a los ojos y a la vez, soltamos una risita nerviosa.
Esto era tan extraño para mi como para ella.

Finalmente se acercó, acortando la distancia, y nos fundimos en un tierno beso cargado de ganas y cariño.
Besarla era tan placentero que mis piernas flaqueaban con cada toque.

Cuando nos separamos y mi corazón latía nervioso en mi pecho, nos sonreimos y comenzó a alejarse.

Me quedé apoyada en la puerta, observando su forma de caminar y su melena moviéndose de un lado a otro.
Suspiré, por fin algo tenía sentido en mi vida y no quería que se estropeara.

Antes de que subiera al coche, se giró y me lanzó un beso. Con una sonrisa estúpida se lo devolví y entré a casa.

Suspiré de nuevo.

-Es muy guapa. -dijo mi madre desde el sofá.

Salí de mi trance y la miré con las mejillas ardiendo.

-S-sí, lo es. -dije.

Mi padre palmeó a su lado. Rodé los ojos con una sonrisa y me acerqué, sentándome junto a ellos.

-¿Sois novias? -preguntó papá pasando su brazo por mi hombro.

-Eh... no, ella me-me dijo que yo le gustaba y ella a mi también me gusta. -respondí. -Pero no vamos a forzar las cosas y vamos a ir lento, porque tanto ella como yo somos...