~Chapter 30~

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-De verdad que no pasa nada, chicos. Alguien tendrá que dormir ahí algún día... -dijo mi madre en el pasillo, frente la habitación de Harper.

Lauren me miró.

-Mamá, les es un poco... incómodo. -dije. -Podemos ir a buscar los dos colchones del garage y ponerlos en mi habitación. Cabemos todos.

Mi madre asintió y cerró la puerta de la habitación que fué de mi hermana.
Todas sus cosas estaban guardadas en cajas, en esa habitación solo estaba un armario vacío, un escritorio y una cama.
Ya no había nada de Harper allí, solo los dibujos que hizo en el colegio colgados en la pared.

Entendía a mis amigos, a mi tampoco me gustaba entrar en esa habitación, sentía como si estuviera ocupando la privacidad de Harper.

Con la ayuda de Billie, Justin y Lauren, fuimos a buscar los dos colchones y los tendimos en el suelo de mi habitación.
Obviamente le dije a Billie que durmiera conmigo.

Una vez todos cambiados con ropa que les presté para dormir, apagamos la luz e intentamos dormir.
Al rato, Justin roncaba por lo bajo, y conocía demasiado a Lauren como para saber que esa respiración tan calmada significaba que estaba durmiendo.

Sentía el brazo de Billie sobre mi cintura y su calmada respiración chocando en mi nuca.
No podía dormir.

Me giré lentamente, quedando cara a cara con ella y gracias a la poca luz que entraba por la ventana, pude ver su rostro a pocos centímetros del mio.
Sus ojos estaban cerrados y su brazo seguía rodeando mi cintura.

Sonreí como una estúpida y llevé mi mano hacia su mejilla. La posé allí, sobre su suave piel y con mi pulgar la acaricié.
Era preciosa, Billie podía simplemente respirar y con eso dejarme sin habla.
Me acerqué a ella y dejé un tierno beso sobre su nariz. Cuando me separé, vi que en sus labios se había formado una sonrisa y sus ojos estaban abiertos.
Aunque la oscuridad no me dejara ver su hermoso azul, seguían siendo sus ojos.

-¿No puedes dormir? -susurró.

-No. -contesté. -Estaba bastante entretenida viéndote dormir.

Volvió a sonreir y se acercó más a mi. Su agarre en mi cintura desapareció y luego sentí su mano acariciar mi brazo descubierto.
Nos miramos a los ojos sin decir nada, simplemente sonreíamos mientras nos acariciábamos.

Su mano cogió la mia en su mejilla y la llevó sobre su pecho sin desviar la mirada de mis ojos.
Sentí el latido de su corazón igual de acelerado que el mio, y la sonrisa en mis labios augmentó.

-No te volveré a fallar, Ash. -susurró. -Créeme que cuando te digo que te amo, lo hago de verdad. Me da miedo, lo admito. Pero contigo todo es tan fácil...

Mis ojos se humedecieron.
Quise contestarle, decirle que yo también la amaba. Pero estaba tan distraída mirando sus ojos y sintiendo el latido de su corazón, que me quedé sin habla.

-Somos bipolares, violentas, vengativas... -dijo posando su mano sobre la mia en su pecho. -Tenemos un pasado difícil el cual cargamos cada día a nuestra espalda. Lloramos por las noches, nos sentimos tristes. Pero me he dado cuenta de que el amor puede darnos felicidad, y no tenemos que privarnos de eso. Lo sentimos las dos, yo sé que tu también me amas. Asi que démonos una oportunidad para poder sonreir y ser felices entre tanta mierda.

Me deshice del agarre en mi mano y acuné su mejilla. Iba a llorar, las lágrimas estaban acomuladas en mis ojos. Pero en vez de eso, me acerqué aún más a ella y posé mis labios sobre los suyos.
Sentí su pecho y el mio inflarse a la vez, como si ese beso nos hubiera llenado de amor por dentro.

Su mano se fué a mi nuca y con su otro brazo, se apoyó en su codo, quedando a medias sobre mi.
Se separó y me miró desde arriba con esa sonrisa que me robaba el aliento.

-Nunca pensé que llegaríamos hasta aquí. -dije llevando mi otra mano a su otra mejilla. -Pero cuando te conocí supe que algo especial podría suceder, y quiero que sepas que eres la única que ha sido capaz de romper la maldita coraza que tenía en mi corazón. Era un escudo para no sufrir, y lo he derrivado por ti. Si ponemos las dos de nuestra parte estoy segura de que esto puede salir bien, y si algún día tengo que estar con alguien, quiero que sea contigo y nadie más. -sentí una gota caer sobre mi mejilla, y no era mia. -Y sí, yo también te amo y nunca dejaré de repetírtelo.

Juntó su sonrisa con la mia y nos besamos como hacía días que queríamos. Con amor, con lentitud, disfrutando del placer que ese beso nos brindaba.
Su cálida lengua enredándose con la mía provocó que miles de fuegos artificiales estallaran en mi corazón, haciéndome sentir feliz, amada y segura.

Al final resultó que esa chica tan hermosa y atrevida que se acercó a mi en esa discoteca, acabó siendo la mujer que robó mi corazón y que lo guardaba entre sus manos.

***

A la mañana siguiente todos nos despertamos más temprano de lo normal. Teníamos instituto y debían ir a sus respectivas casas para vestirse.

-¿Te veré en la tarde? -le pregunté a Billie cuando la acompañé a la puerta.

Justin y Lauren se fueron hacía pocos minutos.

-Primero estudia un poquito, y si quieres cuando oscurezca me llamas. -contestó abrazando mi cintura y acercándose con una sonrisa.

Abracé su cuello y sonreí.

-Tienes razón, primero los estudios. -dije robándole un beso. -Que vaya bien tu día.

-Lo mismo digo. -contestó robándome otro beso, pero esta vez nuestras lenguas entraron al juego y me dejó de pié en la puerta con las piernas temblando.

Desde que la conocí, Billie causaba ese efecto en mi. Era irremediable.

La mañana en el instituto fué larga, las horas no pasaban y nos pasamos el día repasando los apuntes para los examenes.
Gracias a Dios quedaban solo dos días para terminar el curso.

-Lo dejaremos aquí por hoy. -dijo el profesor Martinez. -Recordad que mañana, después del examen hablaremos sobre el baile de fin de curso.

Me emocioné, no me acordaba del famoso baile de graduación, donde muchos pasábamos a la Universidad y unos pocos repetían curso.
Espero ser de las que pasen, otro año aquí sería una tortura.

FIRESTONE (Blue Fire) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora