05. Heridas y detalles

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EADLYN

—¿Lista para nuestra segunda clase con el señor Grey? —me pregunta una alegre Chani, una vez que me dejo caer a su lado sobre la silla.

—No me puedo creer que te hayas referido al señor Zaidi de tal forma —me río mientras observo el pequeño pasillo que hay entre la pared y mi mesa, para dejar pasar al profesor si este lo precisa.

Si pudiera pegar la mesa a la pared, me pegaría una buena sobada.

Todo el jaleo que había en clase desapareció de pronto, y sin desviar mi mirada a la entrada, ya sabia que el señor Zaidi acababa de entrar en clase.

—¿Acabo de entrar en una clase de universidad o en un cementerio? —se burla al tiempo que deja su pequeño maletín negro sobre la silla, y se sienta en el borde de la mesa, como al parecer, es habitual en él.

Sus miradas repasan el aula en general, asegurándose de que mas o menos estemos todos presentes. Su mirada se detiene en mi y siento un escalofrío recorrer mi cuerpo. A mi mente llegan los recuerdos de ayer, y como reflejo, acaricio con la yema de los dedos la pequeña venda que recubre mi mano derecha.

—Bueno, antes de empezar, quiero anticiparles que pronto habrá una salida a un museo —para mi sorpresa, se escuchan risas y aplausos que interrumpen su frase, aunque con un leve gesto de mano, el silencio vuelve a reinar en la clase —. Esta vez si preciso que lleven lápices y esas cosas para que tomeis nota de lo que cada uno interpreta de las pinturas que allí estarán expuestas.

Intercambiao un choque de puños con Chani, contentas por la excursión, en especial si esta programada por Zaidi.

—¿Y cuando será? —pregunta un chico situado detrás de mi. Si mal no recuerdo su nombre es Frederick.

—En un mes espero —le responde. Todos permanecemos callados en espera de que continúe hablando—. Como ya les había comentado en nuestra primera clase, el arte es subjetivo... Así que les propongo algo diferente a lo habitual.

Zaidi le da la vuelta a la mesa y se pone de cuclillas. Percibo el sonido de un cajón abriéndose y poco después se vuelve a anderezar con una gran cantidad de folios en sus manos que comienza a repartir a los de delante, indicándoles que deben coger uno, y pasar para atrás.

—Quiero que cada uno de ustedes dibuje a su compañero que este a su derecha, pero no haciendo un retrato exacto, sino con algún objeto o animal que les recuerde a su compañero. Para el final de la clase, quiero que escriban detrás del dibujo su nombre y apellidos, y debajo el nombre y apellidos de su compañero, luego, los dejaréis de forma ordenada sobre mi mesa y podréis retiraros —tras su explicación, se escuchó el sonido de las cremalleras de decenas de estuches al ser abiertos, y el sonido de los lápices al empezar a trazar lineas sobre el papel.

Observo a Chani que esta situada a mi izquierda, que saca ligeramente su lengua hacia fuera, debido a la concentración que ejerce en dicho dibujo. Cruzo mirada con mi compañera que esta delante de mi pero un escalón mas abajo, sin saber que hacer.

A mi lado esta la pared. ¿Le dejo el folio en blanco y se lo entrego o como?

Finalmente opto por alzar la mano llamando su atención. Sus ojos me miran sorprendido ante tal gesto, y frunce su ceño centrado en alguna parte de mi que desconozco.

—¿Si, señorita Lodge?

—¿A quién se supone que debo dibujar si tengo una pared al lado? —algunos rieron, pero sé que no soy la única que se encuentra en esta misma situación.

—A mi.

¿Qué?

—A los que están junto la pared, deberán hacer un retrato de mí, ya quiero ver que hacen —dice con cierto humor en su tono de voz.

Rayan [en pausa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora