06. Lencería erótica.

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EADLYN

La fina tela blanca se adquiere a mi cuerpo como una segunda piel, dejando a la vista unas detalladas curvas que nunca antes había visto en mi cuerpo. Muerdo mi labio y me río recordando el comentario de Chani.

¿Para que te pones ese conjunto si nadie te lo va a ver?

Para sentirme bonita, por una vez en la vida: le respondí en mi cabeza, mas las palabras no llegaron a salir de mi boca. 

Observo la ropa estirada sobre el colchón de mi cama y empiezo a vestirme con un poco de vagancia. El simple echo de saber que Chani no asistirá a la fiesta me echa un poco para atrás, pero no puedo decepcionar a Rosalya, además me dijo que me presentaría a un par de amigos.

Cojo el pequeño bolso donde cargo el móvil, junto las llaves del apartamento y la cartera. Una vez que mi cuello está rociado de colonia al igual que mis muñecas, me observo por última vez ante el espejo de cuerpo entero.

Preciosa.

Satisfecha, salgo de la habitación y bajo las escaleras a paso rápido cuando de pronto la pantalla del móvil se ilumina dejando a la vista un mensaje de Rosa, avisándome que están fuera esperando.

Era mi primera fiesta. La primera vez que tomaba alcohol. Hoy se me cumplían muchas primeras veces, y aunque eso me gustaba, también me hace temblar de miedo.

¿Llegaré a la habitación igual de borracha que mi padre cuando llegaba del bar?

¿O no apareceré hasta el día siguiente como mi hermano?

Un fuerte pitido me saca de mis pensamientos, y por la ventanilla de un coche antiguo pero en perfectas condiciones, distingo el rostro de mi amiga quien agita su mano de manera exagerada. Le respondo de la misma manera y retomo mi camino hasta el pintoresco automóvil.

—Sube —me invita a entrar la teñida con evidente entusiasmo.

Una vez dentro del coche, observo a la despanpanante joven de piel morena y de aspecto hindú sentada a mi lado. Su pelo largo y castaño a juego con su tono de piel, resalta sus misteriosos ojos que me hacen temblar, y trago grueso antes de mostrarle una tímida sonrisa.

—Eadlyn te presento a mi amiga Priya, y a mi novio Leigh. Nos conocemos desde el instituto, y hemos permanecido juntos desde entonces —me explica Rosalya, mientras su pareja hace funcionar el coche. 

Al igual que el coche, Leigh viste un atuendo de la época victoriana, algo que no acaba de ser de mi agrado, pero que de una manera u otra parece encajar con él, al igual que su extraño y peculiar corte de pelo. Sin duda ambos forman una pareja diferente a las demás.

—Un placer conocerte Eadlyn —me saluda Priya para a continuación darme dos besos que yo malamente correspondo. Priya huele a una mezcla de canela y un perfume suave, que resultan ser una mezcla un tanto erótica, pero que no me desagrada en absoluto.

Como es costumbre en mi, me fijo de manera detallada en sus ojos azules que resplandecen sin duda, y que te hacen ver cuan segura está de si misma. Mi mirada se centra en los tatuajes de hena que lucen condenadamente bien en sus manos.

—Vaya son preciosos —le alago permitiéndome coger su mano para verlos mas de cerca.

Como era de esperar, se tratan de una especie de pequeños mandalas color ocre que van a juego, y encajan perfectamente con su piel y el pequeño punto rojo de su frente. Sin duda debe ser india, una india de infarto.

El coche se estaciona en un aparcamiento que esta a desbordar, y nada más salir puedo apreciar la música proveniente de la playa. Noto mis manos sudar y me las limpio contra la tela del pantalón. Un brazo se engancha al mío y le muestro una sonrisa a la propietaria.

Rayan [en pausa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora