Había pasado ya unos días desde la partida de los héroes de Karmaland para completar la misión de buscar a Vegetta, claro que los aldeanos no sabían este último detalle. Cerdus Gil se había encargado de administrar el pueblo e la ausencia del alcalde. Su primera orden fue terminar las instalaciones del pueblo, encargo a Kristina, Lana y Amidala para embellecer el lugar con plantas, Monica junto a Akira y Dulce de decorar los establecimientos públicos. Si bien Nieves se había ido a un pueblo cercano, hasta el momento no la habían vuelto a ver, pero sabía que a chica se podría cuidar sola y que estaría bien al llegar... o eso esperaban.
A simple vista podrían ser unas doncellas que fueron rescatadas por nuestros héroes karmaladienses, dulces e inocentes, que equivocados que estaban, las apariencias engañan.
Tal vez piensen que por pasar la mayoría se tiempo en casa no estaban al tanto de los sucesos de Karmaland, que si bien podían haberse ido desde el primer día prefirieron quedarse allí y de cierta forma volver a acostumbrarse a una vida normal fuera de las torres en las que estuvieron atrapadas durante años. Aun si no salían seguido al poblado estaban muy bien enteradas de todo ningún secreto se les escapaba, o al menos eso creían.
Ya sea por los rumores, que vuelan más rápido que Vegetta diciendo Uis... cuando algo les salía mal a sus compañeros, o por medio de sus parejas o amigos, con quienes compartían casa. Se habían vuelto los confidentes de los guerreros, habían obtenido su confianza baste rápido -unos más que otros- así que estaban al tanto de todo lo que ocurriera en el exterior sin necesidad de irse.
Tenían valiosa información que podrían arruinar la reputación y confianza de los pueblerinos; es decir, si hablaban de eso en público se abriría una caja de Pandora bastante difícil de cerrar, sabían varias cosas más no todas, sabían sus pasado y temores, batallas y misiones riesgosas, acciones que se arrepienten de hacer...
Complementaban la información entre ellas, se reunían cada semana para charlas de sus vidas y lo otro.
Hoy era una de esas reuniones, mas esta sería distinta a las otras y decidirían el rumbo se sus vidas pues planeaban dejar el pueblo y vivir juntas en otro lugar...menos e explosivo y peligroso como Karmaland, estaban a gusto en las casas de los chicos, pero querían su propio espacio y sin preocuparse de que en cualquier momento podría estallar le una mina, paz y tranquilidad, eso necesitaban.
Dulce y Lana tenían un debate mental, pues no estaban seguras de dejar a sus amados, seguían confundidas al no saber que elegir.
Ahora se preguntarán ¿Dónde se reunían? Pues nada mas ni nada menos que debajo de la casa del señor simetría, específicamente en la playa. Dulce y Kristina iban por los túneles de la hermandad oscura para llegar a la casa de Rubius, donde se encontraba con Nieves y Mónica, Lana esperaba a Amidala en la fortaleza de lava e iban juntas, Akira ya tenían preparado el lugar y una trampilla en caso algún curioso pasará de casualidad por allí y las descubrieran.
Volviendo a la actualidad, las doncellas ya se encontraban reunidas, Nieves llegó unos minutos tarde, pero aun así la esperaron para iniciar.
—Es bueno volver a reunirnos todas... aunque como en anteriores veces probablemente no nos volvamos a ver -tomó la palabra la joven de cabellos rubios y ojos lilas- algunas nos iremos un poco lejos, aun no sabemos si a las afueras o un lugar mas alejado para comenzar de cero, otras os vais a quedar por distintos motivos como sus parejas -todas asintieron
(...)
Si a su yo de hace un año le hubieran dicho que sus noobs eran personas responsables y cuidadosas se hubiera reído a carcajadas como si no hubiera un mañana, hasta ahora no se creía que estuvieran haciendo todo esto por él.
Se sentía como un niño pequeño el cual necesitaba atención y muchos cuidados; desde que había despertado nunca estaba solo, por sus heridas y para evitar más daños no debía esforzarse mucho como no luchar, no correr, no hacer ejercicio ni construir... en otras palabras no podía nada de lo que le gustaba hacer, además que dos de sus amigos lo ayudaban a caminar.
Había permanecido recostado en una cama durante unos cuantos días -para los noobs fue una eternidad- y su cuerpo estaba como adormecido, caminar le costó un poco, sobre todo si tenía que bajar escaleras, pues donde había estado dormido todo ese tiempo fue en una casa del árbol.
Le hacía gracia ver a sus compañeros nerviosos y cuidándolo 24/7, se podría decir que se la estaba devolviendo, pues él los soportó por todo un año, a los 4 más su mano derecha y Alexby. Ese último nombre le hizo recordar cómo llegó hasta allí.
Aun no le hacían el interrogatorio del por qué llegó en esas condiciones y qué hacia en el bosque en ese estado, posiblemente para no presionarlo, aunque tenía el presentimiento que lo harían en cualquier momento.
- Oye Vegetta...¿puedes venir un momento? queremos preguntarte algo importante -lo que más temía llegó.
- ¡Megda! -susurró entre dientes, si aún tenía alguna duda respecto a su suerte...ahora está un 777% seguro que tiene MUY mala suerte.
Vegetta, Vegatta, Vegettita, Vegettoide, Vege, Veg , Samuel, Samu, Sam, De Luque, Triple Duque, Triple Siete, , Lobo Nocturno, , Señor simetría, Don perfecto, Maquina moradita... y un millón de nombres y apodos que a lo largo de sus viajes y aventuras fue adquiriendo, una gran persona a veces un poco orgullosa pero amigable y dispuesto a ayudar.
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Secrets [Premios Karmaland 2020]
FanfictionAU (Alternative Universe) de KARMALAND: Al final la verdad siempre sale a la luz, una palabra lo puede cambiar todo. Despues de una guerra entre los heroes karmalienses al estilo Civil War, deberan afrontar las consecuencias de esta junto a la apar...
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