Secrets [Premios Karmaland 2020]

•°•° DIECISEIS °•°•

Todo era oscuridad absoluta, no sentia nada. De un pestañeo se encontraba en un campo lleno de flores: lilas, violetas, geranios y margaritas. Habia una pequeña brisa, el ambiente era fresco  junto al radiante sol. Vio un arbol, ¿un helecho,roble?, no le presto mucha atencion; se acercó y automáticamente se sentó.
El lugar era tranquilo y lleno de paz

¿Estaba muerto? ¿Así se sentía estar en el paraíso?

Sentía una inexplicable calma que le daba un mal presentimiento.
Era una persona tranquila...mientras todo salga perfecto, pero él, al igual que  sus compañeros solian estar a la defensiva, atentos a cualquier movimiento o acercamiento de un posible enemigo, su día a día. Estar alli sin hacer nada lo ponia un tanto nervioso. Suspiró, debia relajarse, si iba a estar alli durante toda la eternidad tendria que acostumbrarse al lugar.
Cerró sus ojos....ahora se encontraba en ¿el limbo?
Se encontraba en una delgada cuerda. A su derecha la muerte, y a la izquierda la vida.
Si moria...
- Aurora- susurro mientras la observaba del lado de la muerte, sus ojos empezaron a humedecerse y las lagrimas se asomaron cayendo como cascadas sobre sus pomulos, y las gotas caian en su chaqueta y a al vacio.

....

—¡Elyas! –llamó alertado el chico con apariencia de helado

—Ya volví ¿Qué pasa? ¿Vege tiene algo?

—Sus párpados, los está cerrando con fuerza pero no ha despertado en sí –dijo el "tomate"

—¿Qué? –había regresado lo más rápido posible al escuchar los gritos, solo había ido por unas vendas nuevas pues a pesar que habían cosido las heridas, las vendas según con color carmín, es decir que estábamos sangrando, por suerte los No obstante se encargaron de detener la hemorragia y limpiarlo. La situación era crítica todos tenían los nervios en punta, solo esperaba que el peligro despertará,

—¿E-Está llorando? –preguntó preocupado el menor de los cinco. Llamando la atención del resto que volteó a ver el cuerpo del ojimorado centrándose en su rostro, corroborando lo que Arsilex decía al ver que finas lágrimas empezaban a resbalar por los pómulos con algunas cicatrices– eso buena señal, ¿no? –preguntó con preocupación 

—Eso creo, nos demuestra que no está en coma ...recuérdenme por qué no llamamos a un médico o curandero antes 

—Porque el único que había entre los tres pueblos que hay relativamente cerca, salió un día antes que lo encontráramos y se supone que vendría en dos semanas, no hay curandero ¡porque nunca ha habido cerca! —habló con obviedad Jesus

—Tenemos la suerte de que sepamos lo básico y suficiente como para curar sus heridas y haberle cocido algunas —el líder -Elyas- suspiró— dejemos el que pudiéramos haber hecho de lado, ¿vale? lo importante es que sea lo que sea que le haya ocurrido, lo hemos encontrado curado, sigue vivo y pronto despertará

[...]

Aurora era una pequeña a la cual el alcalde le encargo cuidar junto a Willy, sabia que no era su hija y que no la tendrían por mucho tiempo, pero era difícil no encariñarse desde el primer momento con ella. Guille y él eran como sus padres, le construyeron un cuarto especialmente para ella. Cuando la visitaban tocaba el piano, a veces Willy se le unía y hacían un dueto, aunque no fuera el mejor pianista se la pasaba bien. Vegetta junto a la chica cantaban karaoke o lo primero que se les ocurriera, varios momentos divertidos  pasaron juntos. Siempre, antes de dormir o cuando la  dejaban, giraban la manecilla de la caja de madera dándole unas cuantas vueltas y empezaba la dulce melodía de la cajita musical. Incluso llegó a ir con el traje de lobo nocturno, claro que sin ella supiera -o eso pensaba-  y le regaló un lobo.
Akira se convirtió en su confidente y una gran amiga. Le había contado todo sobre la hermosa niña a la cual cuidaba junto al albino y quería presentársela.

Lastima que nunca pudo hacerlo, al menos no en persona.

Lo recuerda perfectamente, unos días después de que cenara con la de ojos lilas. Desde hace unos días que no la veía, puesto que estaba realizando las misiones que le otorgaron los dioses.
Llamó a su compañera para que lo acompañara, bajaron al túnel subterráneo debajo de su almacén y primera casa. Le mostró el lugar secreto, la habitación estaba camuflada con las paredes del lugar, tema de seguridad según Lolito.
Grande fue al sorpresa cuando entró.

—Hija mía te presento a... -no continuó al ver que le hablaba a la nada, el lugar estaba vacío— ¿Aurora? -pregunto sin recibir respuesta- ¡Aurora! -volvió a llamarla nuevamente nadie contestó.

—Tal vez esta escondida, hay que buscarla -sugirió Akira al ver la preocupación en el rostro del ojimorado

—T-tienes razón,  debe estar en alguna parte, ¡AURORA! -gritó hasta al cansancio, ya había revisado todo el lugar, detrás de las paredes, el cuadro...no había señal agua de donde podría estar su pequeña.

Suspiró con una nudo en su garganta, le dolía recordarlo, se sentía culpable por no haber estado a lado de ella cuando más lo necesitaba, de haber sabido de su enfermedad y el poco tiempo de vida que le quedaba...hubiera hecho hasta lo imposible para que no se fuera, bueno, al menos que pasara sus últimos días lo más feliz que pudiera y haber salido a pasear juntos por Karmaland. Como cascadas las lágrimas se deslizaban por sus pómulos, sollozos y las palabras de Akira tratando de calmarlo era lo único que se escuchaba en aquel lugar.
Como quisiera estar con Aurora, verla por ultimo a vez, despedirse.

Si elegía ese lado...volvería a verla y dejaría de sentir esa culpa de que no estuvo al lado de quien consideraba su hija.

(...)

En otro lugar....

Un albino se preparaba para la nueva reunión, buscar a Vegetta era su misión, si tan sólo supiera que el ojimorado quería irse.
Alistó su mochila, llevaba provisiones, un mapa, un brújula su cantimplora con agua a tope y... el pedazo de tela perteneciente a al capa que solía utilizar Staxx, no le había dado tiempo a mostrarles el hallazgo a sus compañeros, seguramente si lo veía iría directo a darle un buen puñetazo seguido un golpe en al cabeza y uno que otro insulto, para luego calmarse y entablar un conversación formal y así resolver de una vez por todas el conflicto que tenían desde hace tres años.
Tal vez primero lo dejara inconsciente por la ensalada de puñetazos que se llevaría pero esos era detalles menores. Volviendo a lo anterior se acomodo su boina verde y se dispuso a salir, no sin antes despedirse con un simple adiós de Kristina y claro, un buen abrazo a Trotuman, quien la noche anterior había llegado de improvisto a su casa-árbol y obviamente lo recibió con los brazos abiertos.

Se sentía alegre y listo para lo que sea, y como esa mentalidad salió de una vez de allí, aunque ahora que lo recordaba...¿Dónde era la reunión? No estaba seguro si era en el pueblo o en la isla flotante. Frustrado de no saber a dónde ir, abrió el chat para escribirle a Fargan donde era el lugar que tenia que ir; sin embargo este sólo le respondió con un "nos vemos allí" sus manos hicieron un extraño movimiento y de su boca no salía ni una palabra pues no sabia que decir o como reaccionar a la "respuesta" de su amigo emplumado.

-¡¿Qué?! -por fin pudo decir

Mientras que cierto 'búho' junto a un chico con casco de stormtrooper se descojonaban al imaginarse la cara que debió tener el de ojos esmeralda al leer el mensaje que enviaron. El más bajo había llegado a la casa del mayor para acompañarlo, allí se les ocurrió molestar un poco al de ojos rasgados. Después de calmarse fueron directamente a la casa de la afectado, donde pudieron ver a un Willy de brazos cruzados apoyado en la cerca con cara de pocos amigos. La broma definitivamente había válido la pena, pensaron ambos chicos.