Secrets [Premios Karmaland 2020]

•°•° VEINTIDOS °•°•

Regresaba de Moroland en barco por el puente de hielo, por más extraño que suene, Elizabeth era la Reina de aquel lugar en ausencia de sus primo, manejar dos poblados era dificil, pero hacía lo mejor que podia para mantener a ambos pueblos en paz y tranquilidad. Mientras iba a toda velocidad hacia Wakanda divisó una luces, para ser mas exactos, unos forasteros con antorchas que se dirigían a las murallas del oasis. Con sutileza y rapidez bajo de la casa en el arbol, no solian venir turistas muy seguido, mucho menos en tan poco tiempo; pues Staxx se había ido hace unas 5h mas o menos.

El sonido de la campana tocada por algun aldeano, le aviso que ya estaban cerca de llegar. James y Paulina, sus mejores amigos la llamaron desde lo alto de la muralla.

—¿Cuantos son? –preguntó directa

—Unos ocho, sí ocho, todos son chicos...creo -dijo el más alto

—Estan armados y con espadas de diamante encantadas -siguio la chica de a su lado

—¿Me prestan los binoculares?

—¡Claro!

—Gracias

Una vez los tomó, su vista se fijó en los extraños, no reconoció a ninguno hasta que vio una figura conocida, un chico en tanga y con casco de strome trooper, lo que le llamó la atención fue el tatuaje en su brazo. Si los demás jóvenes venían con Alex, significaban que no eran ninguna amenaza.

—No se preocupen, conosco a uno de ellos, pero manténgase atentos –les dijo. Con Frank fue lo mismo, solo que este no se había percatado que habían vigilado sus movimientos por si algo que perjudicará a Wakanda, pero como no hizo nada lo dejaron en paz. Ahora que lo recuerda este le mencionó que lo conocía...no estaba muy segura si decircelo, no le había dicho que lo contará pero tampoco le pidió que no lo hiciera...

Lo pensaría después, por ahora le encargaba a sus amigos y otros pueblerinos que le ayudarán para preparar una bienvenida para el "viejo" conocido y sus compañeros.

(...)

FLASHBACKS

Después de acomodar los objetos y hortalizas que había recogidoanteriormente en los cofres, decidió dar una caminata por el pueblo, para ver algunos comercios y comprar algún que otro bloque que le sirviera para seguir la construcción de la muralla. Sí, una muralla, no tan grande y alta como la de su hogar en el desierto que construyeron con Vegetta, pero lo suficientemente resistente para que ningún monstruo apareciera por ahí y los molestará dentro del terreno.

Elyas y Arsilex estaban viendo los planos, mientras Henry practicaba contra Jesús, podía escuchar el sonido de las espadas de Iron chocando entre sí, el tomate sonrió, con el tiempo habían mejorado bastante, al igual que sus conocimientos en ingeniería y combate, "pasito a pasito se hace muchito", pensó. Todos estaban muy orgullosos de sus progresos.

Después de buscar por todo el pueblo, terminó comprando unos champiñones(setas/hongos) para alguna ensalada y quien sabe podrían cocinar una rica pizza, y unas bayas para hacer una tarta de postre, de solo pensarlo le entró hambre. Sin embargo, un pequeño y travieso zorrito no pensaba lo mismo, apenas el humano se distrajo tomó la bolsa con las bayas y salio corriendo en dirección al bosque.

—¡¡HEY!! ¡Vuelve aquí!

Así empezó una pequeña persecución, alejándose un poco de su actual vivienda, por suerte Lo acorrala y le quitó la bolsa, el animal sólo le gruñó en desacuerdo, el de ropajes rojos terminó accediendo y le di un par, el zorro agradeció en silencio retirándose a su madriguera.

Ya estaba a punto de retirarse, el día había pasado rápido. Pero el movimiento de unos arbustos y ramas crujir lo alertaron, escuchó unos pasos arrastrándose y alguien que se quejaba de dolor. Con espada en mano y atento a cualquier movimiento. A lo lejos divisó una inconfundible cabellera azabache peinada en punta, le llamó la atención la peculiar ropa que llevaba, parecía de...¿una fiesta de disfraces? Bastante inusual y hasta tenebrosa. Avanzó rápido y alli estaba el ojimorado, tenía varias marcas en el rostro y cicatrices por los brazos, su atuendo estaba practicamente destrozado y andaba con dificultad. De la impresión soltó las bolsas de la compra.