•°•° TREINTA Y DOS °•°•

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Cerró un momento sus ojos, suspiró y los abrió de golpe, motivado y con la adrenalina en sus venas, tomó carrera y saltó, que a la hora de tocar suelo dio una voltereta y levantarse rápidamente mientras acomodaba sus ropas y armadura. Ante este movimiento, llamó la atención de algunos de los zombies y del...¿mago? El cual lanzaba extraños seres alados con espadas y sin dudarlo mucho fue directo a ellos sacando con prisa de su inventario su espada, atacando a los mobs que venian hacia él, las 'ánimas' -recordó el nombre de aquellos bichos- empezaron a ir en grupo para atacarlo, pero Vegetta se cubría con su escudo y saltaba con espada en mano para tratar de alcanzarlas, pues a parte de volar, se movían rápido y no teniendo éxito; además de recibir unos pequeños cortes en su muñeca. Retrocedió hasta toparse con una roca, una idea se cruzó por su cabeza, volvio al ataque de zombies recibiendo alguno que otro rasguño pero acabando con ellos. Tomó impulso con la roca para acabar con aquellos raros seres; el mago y el se observaron fijamente.

—¿Por qué lo haces? ¿Por qué atacas Karmaland? –preguntó el ojimorado atento a cualquier movimiento del contrario, le parecía raro que fuera el único mago, ni si quiera venian con los demás saqueadores y vindicadores. No obtuvo respuesta, hasta que se fijó en sus ojos, se veían raros, por un momento vió como se ponían totalmente rojos para luego desaparecer.

—Los están controlando... –dijo bajito cuando vió que su oponente se acercaba dispuesto a pelear. Empuñó su espada cuando esta le fue arrebata de sus manos cayendo a un lado lejos de su alcance, ahora es cuando odiaba no acordarse de ningun hechizo o encantamiento. Al parecer la pelea seria a la antigua, con puños.

El hombrico de túnica con detalles dorados, hizo que del suelo unos...¿ganchos? ¿Trampas para osos? Lo que sea que fueran -eran peligrosos pues un zombie que se cruzó terminó en pedacitos- que por poco atrapa su pierna, esquivó con agilidad el ataque para luego lanzarle un tortazo en la cara, este retrocedió, tambien diapuesto pegarse de ostias. Pero lo que el contrario no contó fue que con cada paso que daban o esquivaban los ataques, el ojimorado se acerba hacia su espada caida, que cuando se la topó en el suelo, la levanto con su pie para nuevamente estar armado.

—Jaque Mate –dijo para sonreir victorioso de que su jugada funcionara. A punto de acabar con su enemigo, oyó un grito que reconoció al instante junto a las grocerías que soltaba.

—¡Fuera hijos de puta! ¡Ahrg! –la flecha de un arquero le habia rozado su brazo, haciendo un leve corte que empezaba a sangrar, el esqueleto volvió a apuntarle dispuesto a disparar nuevamente, esta vez en direccion a su rostro– ¡Me cago en mi puñet-! –no terminó de soltar su improperio pues la flecha nunca llegó, delante suya estaba aquel que le habia robado su corazón, aquel al que habia llorado su "muerte", cubríendolo con su escudo.

—Esa boquita...Doblis –le regañó para voltear a verlo con una sonrisa un tanto nerviosa para extenderle la mano, Rubius le miró para responder

—Gracias...de Luque –dijo forzando una sonrisa, el ambiente entre aquellos dos seguia siendo incómodo pero aun así aceptó la mano del ojimorado para levantarse. La breve charla se vio interrumpida.

—¡Calvo tóxico, Triple siete! No os quedia allí parados –exclamó Auron mientras apuñalaba a un zombie, Luzu estaba en las misma, pero dirigió su mirada al pelinegro, movió sus labios sin llegar a salir ningun sonido: "arreglen sus cosas mientras tanto" fue lo que dijo, sí, sabía leer los labios, una tactica de sigilo que Merlon les habia enseñado.

—Oye Rub, yo...

—Samuel –empezó el de orbes esmeralda, mientras se posicionaba en ataque al ver que los enemigos volvia, Vegetta imito su accion mientras escuchaba atentamente a lo que el oso le dijra– no se por qué hiciste, nos preocupaste a todos... a mí sobretodo, ¡creí que te habia perdido para siempre! ¡Eras y sigues suendo mi todo! ¡¿Sabes las noches que lloré tu muerte?! –le gritó mientras descargaba su rabia en los zombies y las escalofriantes arañas de color blanco y ojos carmín que venían– ¡Todos estuvinos destrozados y s-solo...! ¡Esta estúpida piedra fue lo único que me quedaba de ti y...! –Rubius seguían con ojos cristalizados al recordar aquello, sacó la piedra de su bolsillo, la observó con cierto recelo y cuando estaba a punto de tirarla al suelo fue interrumpido.

—¡NO! –gritó deteniendo la acción del oji avellana, arrebatándose al instante. Las lágrimas caían suaves por sus pómulos, de sus peculiares ojos morados se veía la preocupación y el miedo

<<Todo por una simple y estúpida piedra>> pensó el de cabello cenizo

Por su lado, Vegetta de solo imaginarse por lo que tuvo que pasar su pareja, le dolía, y no solo eso, tambien de que él estuvo a punto de romper el objeto más valioso que tenía -además de su anillo de compromiso- y lo único que le quedaba como recuerdo de...

—C-creí que se había r-roto -habló con la voz entrecortadan, Raul y Borja habian visto lo de la pareja asi que para no interrumpir mucho el momento, los estaban cubriendo, mientras acariciaba la gema, para luego suspirar– d-era de mi... m-madre –se acercó a Ruben, para limpiarle las lágrimas al igual que las propias– era un collar, siempre lo usaba, decia que le recordaba a mi, me lo entregó a-antes de morir

—Pero... ¿p-por qué...?

Suspiró para calmar su respiración —Necesito que todos estéis para deciros la verdad

—Vale...

—Doblas –lo llamó para tomar sus mejillas con sus manos y que lo observara– lo siento... –dijo y ambas frentes chocaron, las manoa del ojimorado ae mantuvieeon donde eataban y las del contraeio se aceecaron a la cintura del ojimorado oeeo sin llegar realmente a tocarlo... uno de ellos esperando el siguiente movimiento del otro, pero al no obtener respuesta, tomó iniciativa, acercando sus rostros de forma tranquila, a punto de unirse en un beso

—No... –habló Rubius sobre los labios de contrario y separarse lentamente de su amado, quien entendió y solo suspiró, dandole una sonrisa triste

—Entiendo... en el fondo sabia que no sería así... sé que me sigues odiando y m-me duele solo pensarlo pero supomgo que lo meresco...

—... –el de máscara de oso lo pensó para luego responder– dame tiempo ¿si? Solo, no más Secretos entre nosotros

Dudó un poco, la espina seguía ahí, impidiendole contar todo, pero por su osito, lo haría —Está bien, no hay tiempo para secretos... quiero que confies en mi, como yo lo hago en tí

Sonrió como respuesta —Por cierto-

—¡Dejense de cursilerías y ayudenme! –intervino Willy, quien estaba tirado en el suelo forcegeando con una araña, la espada y escudo del ojiverde se habian ido a Whisconsing, estaba desarmado.
No habia rastro de Staxx, <<¿Donde se habia metido este chico?>> De seguro estaba por ahi y lo vió luchando junto a su mano derecha, ¿por qué...? Prefirio no darle más vueltas al asunto, ya hablarian de ese detalle.
Vegetta estab por ir a ayudar a su mejor amigo cuando una mano entrelazó la suya haciendo que se detuviera

—Rubius...

—Ya te perdoné Vegetitta, solo dame un poco de tiempo para procesar todo –e sonrieron sinceros y juntos fueron al rescate del albino.

La pareja 2 de IQ estaba de vuelta y no pensaban volver a separarse, "la unión hace la fuerza" pero ¿qué pasaría si uno de ellos se debe ir? ¿Permanecerán unidos o volverán a separarse?

Secrets [Premios Karmaland 2020]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora