Christopher Vélez, cree que lo tiene todo, es rico, guapo, y está felizmente casado.
Pero alguien llegará... Alguien que cambiará el orden de su vida, que lo hará darse cuenta de que es lo que realmente desea...
⚠️Historia adaptada, aunque a partir...
— Aquí esta lo que me pidió señor Vél... Christopher —dijo rápido— ¿Necesita algo más?
— Si, necesito que te quedes hasta las 9:00pm de la noche, para terminar de revisar algunos papeles.
Era de esperarse. Ella me miró sorprendida.
— Amm... Claro, ¿Puedo preguntar porque?
Reí levemente.
— Mi esposa me necesita en casa temprano, y no me puedo negar.
— Oh, esta bien.
— Gracias, ya puedes retirarte— volví a sentarme.
Ella dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la puerta, me acomode mejor en la silla para ver mejor sus piernas y glúteos, se que no debo y se también que si Sunshine me ve, ya estaría enterrado bajo tres metros de tierra, pero... ¡No puedo evitarlo! Mis ojos lo hacen inconscientemente.
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El tiempo pasó más rápido de lo que pensé. Pará cuando termine ya eran las 6:40, así que terminé por apagar la máquina, me levante y estire, tomé mis cosas y salí de la oficina.
— Zabdiel, hoy saldré temprano, Alessia se quedará por mi, quedate con ella por favor, odiaría que se fuera sola tan tarde.
— Esta bien señor Vélez.
— Mañana los recompensaré y llegaré temprano.
Suspiré, comencé a caminar hacia el ascensor, no sin antes darle una mirada a Alessia, para asegurarme que estuviera trabajando, y en efecto, estaba concentrada leyendo unos documentos. Me llevó alrededor de 15 minutos llegar a casa, estacioné mi auto en el garage, y entre. Estaba todo apagado, como pude, llegué a las escaleras. Subí. Había una pequeña luz, la cual provenía de nuestra habitación. Por fin llegué, lo que vi me asombro. Sunshine estaba con una ropa bastante comprometedora. Sonreí.
— Te daré lo que no te di ayer —dijo mientras se quitaba la ropa.
//Alessia Cruz//
¡Genial! Mi primer día, ¡Y ya tengo trabajo extra! ¿No es genial? Nótese mi sarcasmo.
Eran alrededor de las 6:40pm, Christopher salió apresurado de su oficina, vaya se ve que su querida esposa lo trae cortito, una lastima...
En cuanto se fue Fátima salió disparada de su escrito al mio.
— ¿Sabes porque se fue antes? El casi nunca se va antes, a menos que su esposa se lo pida.
— Así es, su esposa se lo pidió —arrugué la nariz.
— ¡Agh! ¡Lo trae como quiere! ¡Hace todo lo que le pida! En mis 27 años ¡Jamás lo he podido hacer!
— Talvez, simplemente la ama demasiado, tanto que no puede evitarlo.
— No se ni que es lo que ve, no te lo niego, es guapa si, pero su carácter de mierda arruina todo, me cae mal, nunca viene a la empresa, bueno solo cuando quiere algo —rueda los ojos.
— Bueno, pues no lo sé, no la conozco, pero ya me cae mal, ¡Por su culpa tengo trabajo extra! ¡En mi primer día!
— Me encantaría quedarme a ayudarte, pero tengo que llegar a mi casa, de hecho ya me voy ¡Cuidate! Nos vemos mañana.
— Adiós, cuidate igual —le dedico una sonrisa.
Las horas pasaron rapido. El edificio comenzó a vaciarse a una velocidad increíble, hasta que solo quedamos Zabdiel y yo.
— ¿Te ayudo? —dijo llegando a mi lado.
— Gracias, pero... ¿No deberías de estar en tu casa ya? — dije curiosa.
— Debería, pero me sentiría extremadamente mal, si te dejo aquí sola, y además quiero ayudarte — sonríe.
Que tierno. Era un gesto muy lindo de su parte.
—Entonces, comencemos.
Y en efecto, comenzamos con el aburrido trabajo.
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Editado ✔️
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