Capítulo 14

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//Alessia Cruz//

Acababa de terminar los papeles que me había dado Christopher, así que ahora iba a entregárselos.
Caminé hasta la puerta. Toqué varias veces pero en ninguna respondió, me preocupé un poco ya que el siempre respondía rápido.
Opte por entrar sin volver a avisar, detecté que estaba acostado en el sillón, durmiendo... ¡Pobre! De seguro estaba muy cansado y se durmió. Caminé hasta su escritorio para dejarle los documentos, estaba dispuesta a irme pero retiré la idea cuando escuché sonidos raros provenientes de la boca de Christopher, se movía inquieto, me acerque, noté que sudaba.
¿Estará teniendo una pesadilla?

— Christopher, chris —dije moviéndolo.

— ¡S... Si! ¡Grita mi nombre Alessia!

Abrí los ojos lo más que pude... ¡¿Acaba de decir que grite su nombre!?

— ¿Se encuentra bien? —dije aún preocupada.

Comenzó a despertar. Me miró algo sorprendido, y luego lo vi... El enorme bulto que tenía en sus pantalones... Regresé mi vista hacia el, me miraba algo apenado.

— Yo... Yo tengo cosas que hacer... Amm... Llámeme si necesita algo —dije lo más rápido que pude.

Salí de ahí, a un paso extremadamente veloz, nerviosa y un poco asustada, en mi cabeza se reproducía una y otra vez el bulto en sus pantalones. Me mordí el labio... Tenía que admitirlo, la tenía grande... ¡Ay! Me di un golpe en la cabeza ¡Como puedo pensar en algo así! Como pude volví a mi escritorio, me senté. Ahora lo comprendo todo... Por eso el "Grita mi nombre", estaba teniendo sueños húmedos... ¡¿Conmigo!?

— ¿Que tienes?

Fátima se acercó a mí escritorio, se veía preocupada, bueno ¿Quién no? Cualquiera que viera mi cara, se daría que algo no está bien conmigo.

— Nada —dije llena de nervios.

— ¿Segura? —dijo levantando la ceja.

— Bueno... Entonces te dejo trabajar.

Suspiré lo más fuerte que pude. Sentí una mirada. Volteé... ¡Mierda! Christopher estaba de brazos cruzados en la puerta. Me puse aún más nerviosa, me miraba fijamente, pareciera que no parpadeara, se acercó hasta mi escritorio, y se agachó hasta quedar a mi altura.

— Entre a mi oficina —susurró.

Los vellos en mi brazo se erizaron, sentí una ganas inmensas de besarlo. Temblando y llena de nervios entre a su oficina.

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La amante ||C.V|| Sin EditarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora