Christopher Vélez, cree que lo tiene todo, es rico, guapo, y está felizmente casado.
Pero alguien llegará... Alguien que cambiará el orden de su vida, que lo hará darse cuenta de que es lo que realmente desea...
⚠️Historia adaptada, aunque a partir...
—Es difícil desprenderse —acarició mi espalda— se que lo superarás.
—Muy difícil —respondí viendo sus ojos— y se que sí, lo superaré y seguiré adelante contigo.
Los siguiente minutos, la pasamos en silencio, disfrutando del otro abrazados.
—¿Qué hora es?
—Tal vez cómo las dos de la tarde —respondí sin importancia.
Pero para Christopher fue todo lo contrario, pues se alejo de mi y me miró espantado.
—¡Mierda! —se pegó en la frente.
—¿Pasa algo? —pregunté confundida.
—¡Los chicos! —me respondió preocupado.
—¿Los chicos?
—Llegarán a la casa, vamos —me jaló.
Lo detuve.
—¡Mi ropa! —me solté y corrí hacia mi habitación.
—¡Lleva traje de baño! —gritó.
Opté por hacer una pequeña maleta, donde comencé a meter unas cuantas prendas de ropa.
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—Me iré a cambiar —lo besé cortamente.
—Bien, iré a prender el asador.
Asentí para luego girar hacia las escaleras, pero un agarre en mi cintura me detuvo. Unos labios tocaron mi mejilla.
—Te adoro hermosa.
—Yo te adoro y te quiero aún más.
Lo besé con fuerza y el reforzó su agarre en mi cintura. Nos separamos por falta de aire, con una última sonrisa subí las escaleras. Entre a la habitación de Chris, y comencé a ponerme mi traje de baño y para cubrir la parte de abajo me puse un mini short. Escuché unas risas en la parte de abajo, supuse que era Christopher con sus amigos. Salí de la habitación y caminé hasta bajar, vi a los amigos de Christopher, no conocía a ninguno... Habían cuatro chicos, vi con más claridad las caras, solo conocía a uno, era rizado, ¿José? Creo que así se llamaba.
Chris me vio, sonrió ampliamente y me recorrió de arriba a abajo.
—Chicos, ella es Alessia Cruz.
Los chicos voltearon.
—¿Ella es la chica que te hace perder la cabeza?
Me ruboricé.
—Si —contestó viéndome con una enorme sonrisa.
«¿Es posible ponerme más roja?»
—¡Por fin te libraste de Sunshine! —dijo feliz uno de ellos— ya te estabas tardando.
Reí levemente, esto sería divertido.
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