La amante ||C.V|| Sin Editar

Capítulo 106

//Christopher Vélez//

—¿Sunshine? ¿Qué haces aquí? —pregunto confundido.

—¿Cómo que a que vine? Vine a ver a mi esposo —contesta con simpleza.

—Sun...

—Nos vemos mañana señor Vélez, señorita Fuentes, buenas noches —Alessia interrumpe.

Sin poder contestarle, ella se va.

—¿Nos vamos?

—Sunshine, te recuerdo que tu y yo no somos nada, así que por favor dejame en paz.

—¿De verdad le vas a seguir siendo fiel? Christopher ella te engañó, y tu ¿Tienes el descaro de todavía seguirle siendo fiel y encima seguir pensando que es tu novia?

—Te recuerdo que tu también me engañaste.

—Si, pero te recuerdo que TU también lo hiciste —enfatiza.

—¡Maldita sea! ¡Callate ya! ¡Me haya engañado o no, no es tu problema!

La dejo con la palabra en la boca y salgo de allí. Me subo a mi auto y manejo hasta llegar, Nadia no está, estoy solo, completamente solo. Sunshine se encargó de abrirme la herida, estoy destrozado, ¿Por qué me va tan mal en el amor? Mis dos relaciones han resultado en engaños por parte de ellas, ¿Tan poco las satisfago?
Camino hacia el minibar y sacó dos botellas de whisky, con algo me tengo que desahogar...

//Alessia Cruz//

Salgo enojada de la oficina, debí suponerlo, Sunshine iría corriendo a sus brazos a consolarlo y a recuperar lo que yo le quité, no debió de haber pasado mucho tiempo para que Christopher volviera a caer en sus brazos.
Me subo a mi auto, por unos segundos debato si es buena idea o no ir a la casa de Christopher.
Tomo la primera opción, quizá me encuentre con una escena desagrable, pero al menos podré decirle a Christopher como sucedieron las cosas porque no me iré de allí hasta conseguir que me escuche.

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Estaciono frente a la puerta, aseguro mi auto y bajo hasta la puerta. Abro la puerta con la copia de las llaves que aún tengo en mi poder.
La escena ante mis ojos es totalmente horrible.
Christopher esta en el piso, con al menos 5 botellas de whisky a su alrededor, esta completamente ebrio y a nada de perder la consciencia.
Aviento mis cosas hacia algún lado de la sala y corro hacia el.

—¡Chris! ¿Por qué lo hiciste? ¡¿Qué te pasa!?

—¿Ale? —hipo— ¿Am-or? ¿E-re-s t-u? —hipo.

—Soy yo —contesto con total preocupación.

—Dame un beso —logra decir arrastrando las palabras.

—No Chris, apestas a alcohol.

—Es por qué no soy Joel, ¿Verdad?

- No Chris, no es por eso.

—¿Qué tiene el que yo no? ¿Por qué me engañaste?

—Yo... —me interrumpe.

—¿Tan poca cosa soy?

—No Chris, tu no... —de nuevo me interrumpe.

Me hala hasta que quedó sentaba sobre el, o más bien sobre su miembro. Sus ojos han adoptado un color más oscuro, de hecho ahora no parece que se haya bebido más de cinco botellas de alcohol.

—Dejame decirte algo Alessia, el único que te hace sentír mujer soy yo, no importa con cuantos estés, siempre seré mejor que todas esas porquerías juntas y te lo voy a demostrar.

Se levanta del piso, conmigo en brazos y nos sube hasta la habitación.
De una patada abre la puerta, me acerca hasta la cama y me avienta para luego subirse sobre mi.

—Te voy a dejar tan marcada, como un lobo a su mate,como un perro marcando su territorio para que a Joel y todos los que quieran acercarse a ti, sepan que eres mía, solo mía, de Christopher Vélez, porque tu —me señala— amor mio, eres mía, Alessia Vélez, recuerdalo bien.

Gimo ante tales palabras, el hecho de que me declare como suya, me hace calentarme hasta más no poder.
Como nunca, disfruto de sus caricias, de sus besos con sabor a whisky, me embriago totalmente de Christopher Vélez, porque así como el dijo que soy solamente suya, el es mío, completamente mío.
Cambio de posición, ahora soy yo quien está encima. Beso, mordisqueo y chupo todo lo que esta a mi alcance.

Así pasa la noche, nos entregamos mutuamente como jamas lo habíamos hecho, y aunque se que esta borracho...

¿Quién soy yo para negarle sus deseos?

Lo deseo tanto y me es inevitable no entregarme a él, porque como él dijo ambos somos exclusivamente del otro, sin importar con quién estemos.

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