Secreto

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—03:30 A. M. —

-Tú no estás bien-

-Claro que no lo estoy, te has negado a esta conmigo ahora-

-No me refiero a eso-

-¿Estás viendo mi cuerpo desnudo?, libérame y podrás verme sin usar tu visión-

-Ven conmigo-

-No me iré si prometes dormir-

-Yo no quiero dormir, te quiero a ti ¿sabes qué es lo maravilloso de qué no puedas leer mi mente?, que nunca te enteraste que ya comencé proceso, el feto está hecho-

-¿Qué? ¡Has hecho una locura!-

-Ya no hay marcha atrás mi amor, te dije que lo lograría, no tienes por qué escandalizarte, no has podido verlo ahora porque recién me entere que estoy embarazada, dos semanas de gestación-

Camila se remueve en la cama, está teniendo aparentemente una pesadilla, pero lo siente tan real, como si estuviera presente, sobre todo cuando esas voces le son conocidas, aunque en la semiinconsciencia no pude distinguirlas. Se siente furiosa y triste, más no puede abrir los ojos, y único que ve es lo que parece una burbuja de piel rodeándola, escuchando un palpitar acelerado.

-¿Qué haces? ¡No te acerques!-

-Lo siento, como dijiste hace años a... no tengo otra opción-

-¡No!-

Escucha un grito de dolor y puede sentir en sufrimiento de esta persona, así como después un pinchazo en el pecho, es algo asfixiante, siente que le corta el cuerpo en dos. Es como si llamas estuviesen calcinando su piel y el ácido acabando con sus entrañas, es extremadamente doloroso, no se siente capaz de soportarlo, incluso podría decirse que está muriendo.

-Camila — Escucha una voz que la llama — Camila, por favor despierta — Es una voz que le suplica con temor — ¡Camila!-

Abre los ojos, encontrándose con unos esmeraldas. Lauren está a su lado tocándole los hombros, teniendo un gesto de pánico, y se percata el estado en que se encuentra, su cuerpo tiembla como si estuviese helando, además está empapada de sudor, por lo que comprende la preocupación en ese hermoso rostro. La sensación de antes no ha desaparecido del todo, pero puede ser capaz de nivelar, aunque su respiración está agitada, se las arregla para sonreír y acercar su mano temblante a la suave mejilla de la pelinegra.

-Estoy bien — Siente la garganta seca — No llores por favor — Dice al ver las lágrimas sombreando esos ojos verdes.

-Estabas sufriendo Camila — Lauren se oye asustada — No sabía qué hacer, sólo...-

-Lo siento — Por primera vez Camila se atreve a abrazar a otra persona que no sea su abuela — Probablemente se deba a lo que me ocurrió, todos tenemos nuestras maneras de lidiar con el shock-

-Debí llevarte conmigo — Lauren murmura, aferrándose a la castaña.

-El hubiera no existe Jauregui — Le acaricia el cabello — Y yo jamás me hubiese perdonado que resultarás herida, además, ahora estás aquí conmigo cuidándome-

-Nunca olvidaré que salvaste mi vida — La pelinegra se aparta un poco, para verla — Eres mi héroe, Camila Cabello-

La castaña sonríe como nunca antes, pero inmediatamente pasa a un gesto de confusión al notar que Lauren la observa con demasiada atención, y no puede ser capaz de deducir lo que piensa como en otras personas, la hermosa pelinegra de ojos verdes es un misterio, quizás por eso se siente atraída. Y Lauren siente lo mismo, teniendo tan cerca a Camila, sólo puede pensar en lo hermosa que es, además de resultarle un enigma, como lo es el espacio para los humanos, así que siguiendo su instinto, notando la confusión en esos ojos rojizos, se acerca con lentitud pero antes de que pueda unir sus labios, Camila ladea la cabeza, evitando que el beso ocurra.

Amanecer Del Sol RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora