Diario de Lena Luthor

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­—National City—

Ya que no tenía lugar a dónde ir realmente esta Navidad, Camila decidió hacer un viaje al único lugar del país que le daría las respuestas perfectas, aunque sí bien, National City era una especie de óbice para la sociedad, pues a pesar de dos siglos nadie puede olvidar que le dio asilo al incapturable e inigualable KillerSun, evidentemente tenía una fama no óptima para vivir, sin embargo aquellos que permanecen ahí, han logrado sobrellevar la carga, podría decirse que eran más fuertes juntos. Fue difícil salir de la Universidad sin ser detectada, ya que solamente los Luthor tienen acceso al sistema de seguridad principal, le llevó horas poder descifrar los cuarenta códigos pero no hay obstáculo para ella. Ahora caminaba por las calles de la ciudad, llevando una sudadera violeta con capucha cubriéndose el rostro, pantalones ajustados y unos zapatos deportivos cómodos. Gracias a que porta sus gafas especiales puede seguir el trayecto hacia la antigua Universidad, sabe que está en ruinas pero tiene la certeza de encontrar alguna especie de pista, necesita que así sea.

Los androides policiacos custodian el perímetro, por fortuna al ya descifrar los códigos de los Luthor, puede controlar cualquier sistema de seguridad, incluyendo el policial. Tiene las manos metidas en el bolsillo de su sudadera donde oculta un control remoto pequeño, oprime el botón azul y de inmediato los androides se apagan los suficientes segundos para pasar desapercibida, y cuando estos se activan, ya se encuentra cerca la entrada principal del antiguo edificio de dormitorios. Descubre su rostro y ajusta sus gafas para una visión nocturna, caminando a través de los escombros. Puede divisar la antigua puerta del ascensor, doblada a la mitad por causa de una gran pared que le cayó encima. Claramente ya no existe manera de subir por esa vía, sin embargo las escaleras aunque poco seguras, siguen teniendo la simetría adecuada en cierto punto para subir.

-Habitación 3X-

Murmura recordando el foro abandonado que hace mucho había logrado encontrar, en este se describía perfectamente la apariencia de KillerSun, es decir el disfraz que usaba para cubrir su identidad, así como la habitación que ocupaba en aquella institución. Comienza a subir las escaleras lentamente, no tiene prisa, de hecho aprecia cada instante en este lugar. Después de catorce minutos llega al tercer piso, pero, no hay habitación 3X, es decir, no estaba físicamente, sólo un enorme hueco. Acercándose al borde mira hacia abajo y observa los escombros dentro de una especie sótano, ladea la cabeza sonriendo y salta sin dudarlo, aterrizando sobre un pedazo de pared, gracias a las suelas de sus zapatos, puede resistir la presión al caer de grandes alturas.

-No me sorprende que haya hecho todo esto para protegerse-

Nuevamente salta, pero esta vez dentro del sótano y gracias a la visión nocturna de sus gafas, puede esquivar varillas sueltas y cables de luz, todo está en mal estado, a excepción de un archivero rojo en la esquina, libre de toda el agua residual y suciedad, como si de alguna manera estuviese protegido, posiblemente por lo que oculta. Saca el par de guantes que trae en el bolsillo trasero de su pantalón y colocándolos en sus manos, intenta abrir el cajón, el único que tiene llave, pero tiene un escáner biométrico. Exhala colocándose de cuclillas, abriendo la cara de su reloj.

-Libélulas activadas-

Aguarda cinco minutos hasta que escucha el zumbido provocado por las alas de sus insectos robots, y cien libélulas de color rojo desciende a sus hombros, esperando por una nueva orden, Camila sonríe sintiéndose nuevamente observada, sabe que él está ahí, probablemente oculto entre las sombras, así siempre ha sido desde que casi muere ahogada en el algo siendo una bebé de dos años.

-Activen escáner térmico-

Las libélulas forman un ojo el cual activa el escáner, las imágenes son enviadas a las gafas de Camila, y detecta todas las muestras de calor por más antiguas que sean. Entonces ve huellas similares alrededor del cajón, y coloca del dedo índice en la más repetida, las libélulas se apartan y coloca el dedo sobre el escáner biométrico, escuchando el sonido característico de un cerrojo abierto, pues el cajón se abre por sí solo, mostrando un cuaderno de mediano tamaño, con la cubierta de piel negra, era como los primeros libros que fueron creados. Lo coge y retrocede seguida pos las libélulas hasta encontrar un espacio limpio, justo en el centro del sótano. Sentada con las piernas cruzadas, abre el cuaderno y en la primera página hay un dibujo de KillerSun donde puede ver la mandíbula y labios de éste.

Amanecer Del Sol RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora