Diseño KL

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—Cuatro años atrás—

La familia convivía alrededor del lago cerca de las montañas. Un paisaje perfecto y el clima adecuado para nadar. Eran de esos días en el que los rayos del sol iluminaban al pueblo, pues Eatonville como parte del condado, era un lugar frío. Camila tiene dos años, y está sentada peligrosamente cerca del lago, sus padres están conversando animadamente con los demás, sobre el nuevo trabajo de su padre como profesor en el colegio del pueblo, así que como hace un año, no le prestan atención, no sentían cariño por ella, y a pesar de su corta edad, comprendía perfectamente lo que ocurría a su alrededor, pero amaba los hermosos ojos esmeraldas de su abuela, quien estaba repartiendo la comida. Extiende su pequeña mano al agua, sonriendo sentir lo fría y diferente que es de la tina donde su abuela la baña. Lame el agua y aplaude para seguir jugando, colocando hojas secas sobre el agua para verlas flotar, como el barco que su abuelo tenía en la sala, así que busca una ramita seca y coge otra hoja seca, clavando la ramita en el centro, y así fabricar su primer balsa rustica.

-Aquí estás — Mira a su primo Richard, él solía molestarla siempre, halándole el cabello, pellizcarla o echarle migajas en la cabeza — Mi tía no te quiere — Murmura — Así que no te va a extrañar-

La empuja y el pequeño cuerpo de Camila se hunde. Siente la pérdida de oxígeno y mueve los brazos y piernas desesperadamente, intentando salvarse, pero no consigue hacerlo, a pesar de comprender cosas que los adultos no, hasta los 30 años, su cuerpo es débil, es un bebé. Un bebé que experimenta una terrible sensación, como ahogarse, y entiende que está por morir, ya que nadie se ha percatado de su caída, y mira la sonrisa burlona y maliciosa de Richard. Pero entonces mira una sombra negra nadando hacia ella, está perdiendo el conocimiento así que es posible que sea una alucinación. Aunque pronto descarta esa posibilidad, al sentir las manos de ese extraño y segundos después ya está afuera del agua, y aquella silueta brumosa le aplasta su pequeño pecho hasta que expulsa el agua de sus pulmones, tosiendo extendiendo su manita para tocar la mano de su salvador.

-¡Camila!-

Escucha el grito de su abuela, mira a su dirección, corre hacia ella, y cuando vuelve su vista aquella sombra ya no está. Siente los cálidos brazos de su abuela envolverla, la mujer llora al verla mojada y culpa a todos los presentes, pero sobre todo a sus padres por no cuidarla. Sonríe cerrando los ojos, acurrucándose en el pecho de su abuela, disfrutando del canto, suspirando y en cuanto su madre intenta cogerla, llora estirando sus bracitos hacia su abuela, quien feliz la recibe.

-¿Cómo fue qué salió del lago? — Escucho a su tía Celia, preguntar.

-Camila es especial — Menciona orgullosa su abuela — Pero ustedes no saben apreciarla-

Su abuela se aleja con ella entre sus brazos. Mira hacia sus padres quienes la miran con extrañeza pero no hay amor en sus ojos. Después observa a Richard, él la mira con odio, la envidia y eso la hace feliz, porque él nunca podrá ser mejor, siempre estará a la sombra, es el primo estúpido, así que sólo le sonríe, para volver a acurrucarse a su abuela.

—Época actual—

Con ese recuerdo, mira el cadáver su primo dentro de aquel ataúd. Todos lloran la muerte de un idiota que intentó asesinarla, pero nunca lo dijo pues no le creerían, aún en esta época no quieren aceptar la capacidad intelectual superior que posee. Ella sin embargo es inexpresiva, no llora, o sonríe, sólo se mantiene inerte, sintiendo las caricias de su abuela, en su cabeza. Mira a sus primos, ellos no se ven afectados, pero es claro que les resulta difícil comprender que el imbécil ya no estará. Ladea la cabeza, al notar al extraño de lo que cree fue un sueño, aunque ahora no está del todo segura. A pesar de los llamados de su abuela, se aleja de los llantos, siguiendo la silueta brumosa, hasta salir de la casa por la puerta trasera, el patio de su tía es limpio, siempre lo está, así que no le cuesta nada observar el objeto brillante en el centro. Bajas los escalones caminando hacia éste, y lo que encuentra es una memoria USB dorada, frunce el ceño pues ya casi nadie solía usarla.

Amanecer Del Sol RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora