—Una semana después —
Camila está en constante alerta desde el momento en que aquel ser desapareció del último cilindro, y sabe que debe estar planeado algo aunque no sabe si en su contra o la humanidad, así que decidida a tener planes de contingencia no ha salido de su laboratorio, además ha concluido su gran experimento. Pero está cansada, desde el día en que su cabeza dolió inesperadamente, siente una extraña sensación en su interior, como si una corriente eléctrica recorriese su cuerpo, y de alguna manera siente que necesita salir, pero no tiene sentido, así que su nuevo proyecto es hacer las debidas pruebas en su cuerpo, no puede desconcentrarse.
Cansada se quita las gafas tallándose el puente de la nariz, suspirando y dejando caer la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados, escucha el crujir de su columna vertebral, y considera seriamente en ir fabricar un robot para que le de masajes. Abre los ojos y frunce el ceño al notar algo diferente, sus ojos, cada vez que se quita las gafas la visibilidad se reduce a un 80% pero ahora no es así. Endereza la espalda mirando cada objeto, arquea las cejas asombrada en el momento que mantiene la vista en las hojas al en la mesa ubicada a metro y medio de ella, ya que puede leer claramente, como sí las tuviese en sus manos.
Ella siempre ha tenido problemas de la vista, sabe que se debe al color de sus ojos, eso le explicó el oculista después de hacer los exámenes, informándole que era un caso único y extraño, ya que al parecer en el proceso de gestación los cromosomas tuvieron ciertas mutaciones, sí, en definitiva era peculiar, y el oculista no tuvo una respuesta concisa, es como si fuese una especie de humano diferente, aunque suena irreal, ya que duda que su madre haya alterado el funcionamiento del feto durante el embarazo. Decide hacer una prueba, así que se coloca las gafas y su vista vuelve a la normalidad cuando las usa, y al quitárselas entonces la visión mejora considerablemente.
-¿Qué significa esto? — Cuestiona confundida — Mi vista no puede mejorar de un día a otro-
Niega acomodándose el cabello hacia atrás, se siente abrumada al no tener respuesta, y observa la camilla especial donde tuvo a innumerables experimentos, pensando en que podría ser uno ahora, probablemente la Kryptonita como le llamo Lena de Tierra 38, haya alterado el funcionamiento de su cuerpo, aunque ciertamente lo duda pues fue cuidadosa. Exhala quitándose la bata blanca dejándola en la silla y decide salir del laboratorio, y al ingresar los códigos de seguridad da la vuelta chocando contra alguien, y entonces se encuentra con un par de ojos verdes.
-¿Jauregui? — Ladea la cabeza y la pelinegra sonríe.
-Hola Camila — Se veía feliz — Me otorgaste el permiso de acudir a tu laboratorio, y ya que no te he visto en esta semana, decidí hacer una visita-
-Entiendo — Ajusta sus gafas — Ahora voy de salida y...-
-¿A dónde irás?-
-No lo sé — Hace mueca — Simplemente decidí salir-
-Entonces... ¿vendrías conmigo? — Pregunta nerviosa, se nota por como juega con sus manos.
-Depende del lugar al que te dirijas-
-El observatorio Luthor, tengo que hacer algunas pruebas y ya que eres una mujer de ciencia como yo, podría interesarte-
-Los únicos con el permiso de acudir a ese lugar son...-
-Los astronautas — Responde con una amplia sonrisa de orgullo — Aunque soy una postulante-
-Eso es increíble — Y lo es para la castaña — En esta época no elijen a cualquier humano para viajar por el espacio, eso explica que dejaras tu país-
-Sí, por el momento debo permanecer en la Universidad, después partiré a Houston-
-Iré contigo, yo no tengo los atributos para el espacio pero eso no significa que no me atraiga-
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Amanecer Del Sol Rojo
Mystery / Thriller¿Recuerdas aquella historia del asesino más temido y enigmático de National City? Su nombre, KillerSun, quien arrebató tantas vidas sin pagar por ello con las leyes del hombre, pues el universo se encargó de colocar el castigo apropiado, quitándole...