Llevo unos cuantos minutos atrasados de la primera hora de clases. Abro la puerta y el profesor saca unos cuantos folletos de su maletín para empezar con el vídeo de hoy. Sube su mirada con los papeles, me ve, y sonríe, es un ser muy amable.
—Adelante, pasa, llegas justo a tiempo —dice dando la media vuelta para dirigirse a todos los estudiantes. Agradezco a Dios que no solo estoy estudiando la carrera que me gusta, sino que también, todos los docentes que me han tocado son muy amables.
Camino dejando que la puerta se cierre sola.
Ariadna me hace de seña con una mano alzada que ya está lista en lugar de siempre.
Llego, coloco mi mochila y me siento.
Por unos segundos veo al maestro explicando lo que veremos y luego volteo hacia Ariadna.
—Hola —digo algo cansado.
Tuve que correr todo el pasillo para no llegar después de la explicación del docente.
Ella aparta su mirada de enfrente y me ve.
—Hola —sonríe —¿Todo bien? —pregunta.
Despeino mi cabello y dejo caer mi cabeza sobre la mesa.
—Una noche muy loca, pero creo que todo bien —ella me mira con sus ojos marrones oscuros con un toque de preocupación. Sube una de sus manos y trata de acariciar mi cabello, pero la retira antes de hacerlo.
—Lo siento —dice bajando su mirada, ella sabía que yo sabía su intención.
Subo mi cabeza y la sostengo con una de mis manos, mientras no despego mi mirada de ella y sonrío.
—No puedo aceptar ese lo siento, no has hecho nada malo —ella sube su mirada de regreso, y se topa con mi rostro bastante cerca, casi invadiendo su espacio.
—Es que sabes —dice susurrando para que no se dieran cuenta que estamos perdiendo un tiempo valioso de la clase —No sé lo que me pasa a veces, solo veo a un chico tierno, y ya le quiero tocar el cabello —hundo mi ceño y sonrío —No es que haya visto muchos chicos tiernos a decir verdad, tampoco es que haya tenido contacto con alguien del sexo opuesto todos los días, es más, todas mis hermanas son mujeres, y están un poco locas, la cuestión es que es primera vez que trato de hacer ese gesto tan atrevido, y me desconozco, ay no lo sé —deja caer su hombros y suspira —Perdón —dice en un tono triste.
Abro un poco mi boca sin dejar de sonreír, Ariadna me sorprende cada que vez que la tengo cerca. No puedo dejar de prestar atención a cada gesto que hace, a cada acción tan tierna y poco convencional que sale de su pequeño cuerpo.
—Nunca has tenido novio, ¿verdad? —ella abre sus ojos y muerde su labio inferior.
—No —dice con sus mejillas rojas. Sube sus manos para pegarlas a la cara y yo sonrío más.
—Hey, mírame —digo tratando de susurra lo más que puedo, el video está a un volumen bastante alto, y todos los estudiantes tratan de estar atentos, todos, menos nosotros. Ella atiende a mi llamado y despega sus manos —No debes de avergonzarte por los gestos amables que sientes, si lo sientes, hazlo, no sabes cuánto darían muchas chicas por ser así de dulces como tú —ella sonríe tímidamente —Entiendo que no hayas tenido novio, y que te sientas avergonzada por contármelo, pero es genial de que seas honesta y no trates de fingir lo que no eres.
—¿Lo crees? —pregunta moviendo con nerviosismos su boca. Parecen unos pucheros de una niña avergonzada.
Me siento tan vulnerable, mi corazón se siente tan vulnerable cuando estoy cerca de ella y cada gesto espontaneo que hace.
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Querida Idónea. (Borrador)
SpiritualAndrés, aparentemente lo tenía todo en la vida, hasta que un día se dió cuenta que nada de lo que tenía, lo llenaba. Su busqueda y relación con Dios le enseñaran que si bien es cierto, los caminos del señor no son fáciles, traen recompensas eternas...