Capítulo 17.

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Hoy es viernes, y será el último día que estaré junto a Ariadna, sé que el fin de semana pasa rápido, pero me estoy acostumbrando demasiado a su compañía.

No debería de ser así, me repito una y otra vez mientras veo líneas, círculos, colores y la voz de un tipo que parecía bajado de la misma galaxia.

Muevo mis dedos mientras mi barbilla se mantiene sobre ellos, Ariadna y yo prometimos prestar atención en la clase del maestro Wang, y lo estamos cumpliendo, aunque de vez en cuando mis ojos baja a su rostro, su posición es casi parecida a la mía, esta tan atenta como debía de ser.

El video termina y el maestro se dirige a todos los estudiantes.

—Bueno, chicos, este es el último día que verán estos videos.

—¡Gracias al cielo! —escucho decir atrás de nosotros a una distancia de cuatro mesas.

Giro con una sonrisa y Michell se encuentra con sus pies sobre la mesa, sin compañía de nadie. Me ve y sonríe mientras mastica una goma de mascar, me guiña un ojo y aparta su mirada de mí, para ver al maestro Wang.

—Muy gracioso —dice el maestro —Por eso está en su tercer año y limpiando clases del primero —él no dice nada y aguanta una risa. Sacudo mi cabeza regresando mi vista donde corresponde, Michell es un caso serio. No me ha dicho nada referente al maestro Wang, pero sé que tienen una historia muy oscura entre los dos. Porque es la única clase que limpia. Y por ahí he escuchado que él es uno de los mejores estudiantes de su año.

—Lo siento maestro, usted siga —alienta Michell con un tono de burla.

El maestro deja de verlo y mira para otro lado tratando de no caer en su juego.

—Como decía, iniciaremos un pequeño proyecto de presentaciones, quiero ver el nivel creativo de ustedes, acuérdense que un diseñador gráfico debe de transmitir a través de cada línea que diseña, y de esto se trata esta clase, de saber comunicar con un lenguaje visual —Ariadna me ve emocionada y le sonrío —Bien, tienen a su pareja con que compartirán ideas y se apoyaran mutuamente. Eso sí —advierte —Si bien es cierto que se compartirán ideas y se apoyaran, el proyecto es individual, cada quien defenderá su nota.

—Que mal —escucho decir en la misma dirección de hace unos minutos. Bajo mi rostro y aguanto una sonrisa culposa. Michell es terrible.

—Espero que esta vez salga bien señor Johnson —dice el maestro con unos ojos que si fueran balas, matarían a Michell de un solo disparo.

—¿Johnson? —Ariadna gira su rostro tras esa pregunta y yo la sigo. —¿Tu padre no es dueño de la línea Johnson para bebés? —pregunta un tipo pelinegro con una contextura bastante ruda.

—¿Qué? —Michell hace una mueca y baja los pies.

—Sí —el tipo sigue con la conversación —¿No has escuchado esos champús y jabones para bebés que son de manzanilla, no le irritan la piel y son anti lágrimas? —el maestro Wang aguanta una risa y el resto de estudiantes comienza a entenderle al chico.

Michell se inclina a la mesa y mira al chico casi estrangulándolo.

—Para que sepas, mi padre no tiene nada que ver con nalguitas de bebés y piel irritadita —hace una mueca con sus manos y los demás ríe —¡Idiota!

—¿No? —Pregunta el otro riéndose.

—¡Púdrete Reece!

El maestro Wang hace unas cuantas señas con sus manos para que todos se controlen. Sabía que Michell había recibido su merecido.

—¡A trabajar! —alienta con sus ánimos que lo caracterizan.

—Fue algo gracioso, ¿no lo crees? —Ariadna mantiene una sonrisa en su boca.

Querida Idónea. (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora