Alguna vez se nos dijo que los sentimientos puros y sinceros son los que nos alejan de caer en la oscuridad, aquellos en los que nos mostramos vulnerables e indefensos, estos nos acompañan en nuestra lucha constante por conseguir la felicidad.
También se nos dijo que esos sentimientos se convertirían en una estrella, la cual siempre nos guiaría. Para Ramsés todo esto no significaba más palabrería barata, un cúmulo de mentiras que terminaron destruyendo su vida. Cuando pensó que había encontrado algo a lo que aferrarse, esto terminó desvaneciéndose frente a sus ojos.
El día había amanecido nublado —mal presagio para salir a la calle—, no había precipitado en toda la semana, pero el cielo dejaba poco a la imaginación con unas nubes oscurecidas. Ramsés se encontraba en el centro de la ciudad tratando de despejar su mente, sus amigos le habían convencido para que saliera de casa, así podría pensar y quizás ver la vida de una manera distinta.
Mientras caminaba mirando hacia el suelo con los auriculares puestos, por mera casualidad vio con el rabillo del ojo algo moverse en el callejón que estaba a su lado izquierdo.
Al detenerse y voltear lentamente hacia aquel lugar, se consiguió al pequeño cachorro Golden Retriever intentando alcanzar un insecto, la medio sonrisa que le brotó en el rostro le hizo decir en voz baja: «Con que allí estabas». El pequeño cachorro no se inmutó ni un poco mientras Ramsés se acercaba a él con cuidado.
El joven pensó que ya le tenía, pero unos pocos metros antes de llegar hasta él vio como alguien desde un punto muerto le tomaba por el pellejo y se lo llevaba. Al presenciar tal hecho, el joven salió corriendo tras aquella persona al mismo tiempo que gritaba a todo pulmón: «¡Oye!, suelta al cachorro. ¡Hey!».
Al llegar a una esquina del mismo callejón, pudo ver mediante su sombra como tomaba otro de los callejones aledaños.
Ramsés estaba realmente preocupado por el cachorro, el pánico que estaba sintiendo en ese momento le parecía familiar, era como si ya lo hubiese sentido antes. El joven siguió persiguiendo a aquella persona por más de dos calles. Sin embargo, al doblar en la esquina se detuvo en seco. Esa calle, él ya había estado allí.
Cuando volteó el rostro pudo admirar un pequeño edificio, aquel no tenía más de cinco pisos y se encontraba debajo de un elevado. Varios sentimientos chocaron dentro de él, no sabía ni cómo reaccionar a tal vista, ya que aquella estructura se encontraba totalmente destruida y abandonada, parecía que no había entrado nadie en aquel lugar desde hacía años. Cuando una pequeña lágrima quiso bajar por la mejilla del joven Ramsés, este la borró de inmediato para seguir persiguiendo al que había agarrado al cachorro.
Al seguir por aquel callejón logró ver a lo lejos al cachorro solo en el suelo, Ramsés realmente se extrañó al ver que aquella persona había decidido dejarlo allí tirado sin más. Pero cuando intentó acercarse al pequeño, un cuerpo cayó desplomado de lo más alto de los edificios entre el cachorro y él. La primera reacción de Ramsés fue alejarse asustado, aquello había sonado como si un peso muerto hubiese chocado contra el piso. De un segundo a otro notó que sus manos habían comenzado a temblar, su cuerpo le estaba pidiendo a gritos que se marchara de allí, pero Ramsés se mantuvo firme.
Cuando se acercó al cuerpo para ver qué había sucedido, este por fuerza propia levantó la cabeza, su sonrisa desquiciada contrastaba con su rostro destrozado por el golpe. Ramsés sintió las ganas de correr como nunca las había sentido en su vida, pero solo trago saliva y dijo sentándose a un lado del cuerpo con la mirada perdida: «Tú eres Viernes, ¿no?».
Con solo escuchar esto su rostro cambió por completo, tanto que solo bajó la mirada y se mantuvo en silencio.
—Ya sé que eres parte de mi... ¿sabes?, me canses de todo esto —dijo Ramsés respirando hondo—. ¿Qué es lo que quieres?, ¿por qué me perseguías desde niño?
ESTÁS LEYENDO
Sinfonía a la Locura
Teen FictionLa vida puede ser muy diferente a partir de un mal día. Todos los ingredientes están en la mesa; un joven con ganas de vivir, un trauma de la infancia, un accidente automovilístico y una enfermedad que le destroza la percepción de la realidad. ¿Qué...