—... y mientras veía aquellas luces comencé a escuchar unos murmullos incomprensibles —le dijo Ramsés a Loren a través de una llamada justo al medio día.
—¡Qué loco! —exclamó ella totalmente impactada—. ¿Y después de eso qué pasó?
—No sabría cómo explicarlo con claridad, pero recobré la conciencia mientras mis compañeros me auxiliaban asustados —dijo Ramsés tratando de darle una explicación lógica de lo que había ocurrido—. Fue una sensación muy extraña ver todo aquello, era como si una película estuviera sucediendo en mi cabeza.
—Poco a poco tu cerebro está consiguiendo esos recuerdos, en unos meses todo volverá a ser normal, ya lo veo —dijo tras una risa un tanto alocada.
—Tu plan está funcionando, me siento capaz de recordar todo.
—¿Y ahora qué es lo siguiente?, ya visitaste la universidad, así que no creo que te falten muchos lugares, ¿no? —preguntó Loren mientras aún acostada en su cama jugaba con su cabello.
—Estaba pensando ir a echarle una ojeada al lugar del accidente...
—¿Al lugar del accidente? —exclamó más que preguntar Loren interrumpiendo bruscamente a Ramsés—. ¿Estás seguro? No creo que sea una buena idea, no sabemos qué podría suceder si vas a ese lugar.
—Pero tengo que hacerlo —aseveró Ramsés un poco molesto.
—No tienes que hacer nada... solo tienes que descansar hasta que podamos ayudarte —dijo Loren tratando de así detener el impulso de Ramsés.
—¿Por qué todos me tratan como si fuera de cristal...? —dejó escapar Ramsés de sus labios, tales palabras habían sido tan sutiles como el soplar de la primera brisa matinal.
—Lo siento, Ramsés... —respondió Loren rápidamente al entender la manera tan sobreprotectora en la que había dicho aquello.
—Ya no importa, solo era una idea. No es como si pudiera hacerlo —dijo mientras suspiraba.
—No sabes cuánto quisiera estar allí para ayudarte con todo esto...
—Deja de preocuparte por mí, deberías preocuparte por tus estudios y subir tu promedio —dijo haciendo alusión a sus malas calificaciones—. Yo puedo con esto, tranquila.
—¡Oye! Mis calificaciones no son tan malas, ¿quién te dijo eso?, seguramente fue mi madre... ¿verdad? —soltó mientras era carcomida por la vergüenza.
—Si respondiera esa pregunta... tendría que matarte —dijo Ramsés actuando de manera fría.
—Solo inténtalo —le respondió Loren actuando de la misma manera—. Por cierto, antes de que se me olvide, dentro de cuatro meses, Godestep vendrá a Buenos Aires en una gira por Latinoamérica.
—¿Y entonces...? —murmuró Ramsés sin tener idea de qué hablaba ella.
—Ay, verdad. Lo siento, a veces se me olvida todo esto —dijo un tanto desanimada—. Godestep era tu banda de música favorita, comenzarán aquí en Argentina y terminarán en su México en el festival de música electrónica «Musapalooza».
—¿Godestep?, la escucharé —se dijo a sí mismo en voz alta.
—Lo importante es que quiero que vengas, iremos juntos a verlos —afirmó fervientemente.
En eso Ramsés pudo escuchar como su madre lo llamaba para el almuerzo, así que sin más que acotar a la conversación se despidió de ella. Mientras los Sosa tenían un almuerzo familiar poco común por la presencia de su padre, Ramsés tuvo la iniciativa de comenzar una conversación para romper el silencio típico de aquel momento.
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Sinfonía a la Locura
Teen FictionLa vida puede ser muy diferente a partir de un mal día. Todos los ingredientes están en la mesa; un joven con ganas de vivir, un trauma de la infancia, un accidente automovilístico y una enfermedad que le destroza la percepción de la realidad. ¿Qué...