Un Idiota Suicida | Libro III | BaeEun

Episodio 27.

"¿Quién soy yo para ti?"

Ben Howard - Promises

ChuEun's POV

El que Pierre viniera hasta Corea para, según él, declararme sus sentimientos y no dejarme ir jamás, solo sirvió para desestabilizar toda mi vida. Mis sentimientos, mi rutina, todo, absolutamente todo, cambio.

Mi amistad con él ya no era la misma, tal vez porque no éramos tan amigos como lo creíamos ser, o tal vez fue esa declaración, pero yo ya no me sentía cómodo a su lado. Me sentía forzado a tener que sonreírle o reírme de algo que dijera.

Me encontré a mí mismo evitándolo todo el tiempo. Escondiéndome en los baños, detrás de los casilleros, detrás de una pared, un árbol o lo que fuera con tal de no tenerlo cerca. Después de su declaración él y yo peleamos sobre el tema.

Donde yo le reclame el no haberme dicho nada antes si tanto me estimaba o el haber venido aquí sin avisar. Me molesté con él y fue una de las razones por las que mantuve mi distancia, no quería acabar peleando de nuevo.

Luego de eso, cuando estuve más calmado y pude estar junto a él sin querer golpearlo o algo por el estilo, él comenzó a comportarse extraño, más cariñoso de lo normal, más afectivo. Me pedía salir por las tardes, o que fuera a visitarlo al apartamento donde se está quedando con Chanelle y Abadie. Ellos estaban quedándose con un pariente que Pierre aseguraba no estaba en casa durante el día.

Para mí eso no solo fue extraño, comenzó a ser molesto. Me quitaba el tiempo, no me gustaba lo que hacía y de nuevo me veía a mí mismo escondiéndome de él.

Aunque aún había momentos en los que era agradable estar con él. Dejando de lado y olvidándome por un rato del hecho de que él sentía algo por mí, pasaba ratos agradables con él ya fuera durante el horario de clases o las dos únicas veces que acepte salir con él por la tarde.

Pero luego recordaba todo lo que acontecía alrededor de nosotros y salía huyendo. Disimuladamente, me excusaba porque había surgido una urgencia, o que de repente había recordado un trabajo que tenía que hacer, entonces iba a esconderme en los baños de la escuela, o a meterme debajo de las cobijas de mi cama para golpearme mentalmente porque ya no sabía qué hacer.

Por un lado, estaba Bae, el día que iba a confesar lo que sentía por él, Pierre llego y no pude hacerlo. Y por el otro, Pierre ocupaba todo mi tiempo en contra de mi voluntad, ya fuera que se pegaba a mi durante mucho tiempo, o que cuando no me encontraba con él, me encontraba pensando en lo que haría a continuación, o cómo demonios haría para salir de este enredo.

Porque eso era, en mi cabeza. Un enredo. Un enredo en el cual no podía confesar mis sentimientos a la persona que quiero, porque tengo miedo de lo que una tercera persona pueda hacerle, donde no puedo confesar mis sentimientos a la persona que quiero, porque antes de eso debo quitarme a cierta persona de encima.

Ese viernes decidí no entrar a la mayoría de las clases, mi cabeza era una maraña de pensamientos, y no quería tener que frustrarme haciendo operaciones matemáticas, aprendiendo palabras en inglés o recordando fechas importantes en la historia del país.

También quería estar alejado de todo el mundo. Quería estar lejos de Pierre porque su comportamiento comenzaba a ser bastante irritante, quería estar alejado de Bae porque no quería decirle alguna estupidez.

Las dos primeras horas las pase en paz y tranquilidad en el salón donde Bae y yo pasamos la mayoría de nuestros descansos, Pierre no sabe de ese lugar, por lo que no me encontraría en un rato. Para el primer descanso me fui a sentar junto a los chicos. Nuestro grupo de amigos se hizo más grande con la llegada de los tres franceses.