Episodio 3.

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"Adiós, ojos marrones

adiós, por ahora

adiós, rayo de Sol

cuídate"

Avril Lavigne - Goodbye


Regresar a clases no fue tan glorioso como había imaginado. Para empezar, mis padres solo habían solicitado el intercambio, Even y yo debíamos ir el primer día y hacer todo el papeleo, por una parte, fue bueno porque ese día no tuve que asistir a clases, pero, por otro lado, estar sentado afuera de la oficina directiva la mayor parte del día no fue muy divertido que digamos.

Even entraría primero, ya que el director así lo había pedido. Entonces, en este preciso momento me encontraba sentado frente a la dirección. El folder color paja con todos mis documentos descansaba en el asiento de al lado. BaekHyun se había asegurado de que todo estuviera ahí, desde mi carta de nacimiento hasta las boletas con mis calificaciones.

Suspire por milésima vez, esperando a que mi hermana saliera pronto de la dirección y pudiera entrar yo, ella llevaba adentro más de media hora, así que supuse que yo también estaría la misma cantidad de tiempo adentro.

Me recosté en el respaldo de la silla y cerré los ojos, luego me levante para estirar las piernas, si seguía sentado me dolería el trasero y se me acalambrarían los pies, y sentir aquella clase de molestias era demasiado incómodo para mí.

Di un pequeño recorrido al pasillo, examinando el lugar con los ojos, había una gran vitrina con varios trofeos, medallas y certificados, de campeonatos de futbol, del equipo de porristas y justo arriba unas viejas fotografías de los que formaron parte de los equipos ya mencionados en, tal vez, la primera o segunda generación.

Aquella área de la escuela contaba con varias sub-oficinas, entre ellas se encontraban la del consejero estudiantil, la enfermería y una sala pequeña en donde la puerta decía con letras blancas "gimnasia", supongo que debía ser el lugar donde guardaban todo el material de esa clase.

De vuelta mi lugar, la puerta de la dirección seguía cerrada, Even seguía adentro y yo comenzaba a desesperarme. ¿BaekHyun y ChanYeol no pudieron hacer esto? Ah, no, ellos querían que comenzáramos a ser independientes.

Me senté en la silla, aceptando el hecho de que todavía debería esperar un poco más para poder entrar.

Me distraje escuchando las diferentes conversaciones y sonidos del lugar, el tipeo de la computadora de la secretaria, el clic cloc del reloj de manecillas en la pared, el sonido de los tacones y zapatos de las personas que pasaban a mi lado repiqueteando en el suelo enmoquetado. Escuche a la secretaria hacer una llamada con alguna persona importante para rectificar su asistencia a cierto evento escolar. Escuchaba a los maestros hablando en alguna parte del área, a los alumnos de primer año entrando a preguntar por cierta materia o profesor, y a los de los demás grados yendo a la enfermería y algunos cuantos al consejero.

Estuve así quince minutos, solo disfrutando de los diferentes sonidos con los ojos cerrados. Hasta que algo, extrañamente, me hizo prestar atención a una conversación entre la secretaria y un chico, aun con los ojos cerrados preste atención.

—¿Trajiste lo que faltaba del pago? —esa era la voz de la secretaria.

—N-no. Lo siento, lo olvide—la voz del chico sonaba suave, un poco nervioso, una pequeña risa de la secretaria le siguió.

—No te preocupes, llamaré a tus padres para notificarlo.

—N-no se moleste, mañana traeré el dinero.

Un Idiota Suicida | Libro III | BaeEunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora