22- Algo más

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"Te amo, Ace."

Ace no podía evitar dejar de pensar en aquella palabras.

Le hubiese gustado haber pasado la noche con (T/N). Aunque prefirió pasar la noche con Marco.

El moreno se había convertido en el novio de la peli-(c/c). Ya habían pasado unas semánas desde aquella noche.

Sabo entró a su habitación.

--Te nóto algo pensativo, ¿te ha pasado algo?-- Musitó el rubio.

El pecoso se giró, observándo el rostro confundido de su hermano. Mientras que Ace le mirába con una sonrisa traviesa.

--Si.-- Respondió. --Adivína lo que pasó.

--¿Que pasó?-- Preguntó Sabo, aún confundido por la actitud del moreno.

--(T/N) y yo somos novios.-- Respondió orgulloso. Estaba tan aliviado de haberlo soltado.

Se sentía contento de haber encontrado a una chica, y no era una cualquiera. Era una honesta, una chica que ocultába algo tan doloroso detrás de su sonrisa.

Sabo sonrió de oreja a oreja, feliz por su hermano.

--¿En serio?

El pecoso asintió. Quería decirle como había sido todo.

Pero sabía que no podía.

La oji-(c/o) le había contado todo. Su pasado, el incendio, sus quemaduras y todas las conversaciónes con Zoro.

Ace se alegrába de la confianza que tenía (T/N) hacía el.

Varios días después...

La peli-(c/c) ya le había contado todo a Zoro.

El peliverde se había sorprendido al saber que la oji-(c/o) le había contado todo al moreno. TODO.

Pero por otro lado, le alegrába ver como (T/N) gozába de felicidad al hablar sobre el pecoso. Se notába que estaba enamorada, y Zoro no podía evitar sentir algo de celos, aunque tenía que controlarse.

Le gustába ver a su hermana tan feliz.

--¿Que harás?-- Preguntó el peliverde.

--Quiero pasar una linda tarde con mi hermano mayor.-- Musitó ella, con un rostro dulce.

La peli-(c/c) había cambiado mucho, aunque había algo que no cambió. La oji-(c/o) aún tenía el mismo miedo.

Y puede que ella amáse a Ace, pero aún tenía miedo. Miedo a que la rechazásen.

Aunque el moreno ya sabía su secreto, (T/N) seguía ocultándo sus quemaduras de el. Aunque ellos estuviésen juntos, ella seguía avergonzándose de sus quemaduras.

Y Zoro sabía como parar aquello.

--¿Mañana en la tarde estarás en casa?-- Preguntó el peliverde.

--Si, ¿por qué?-- Murmuró la peli-(c/c), algo confundida.

Zoro no contestó y se limitó a sonreír ladinamente, confundiéndo más a la oji-(c/o).

Pasáron varias horas. Como de costumbre, el peliverde se fué a trabajar.

(T/N) descubrió que Zoro trabajába como guardia en la noche en un hospital.

Atrapádo en tu Miráda (Ace x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora