3- Un Triste Pasado

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Hace 13 años...

La Familia Roronoa, descansaba en su pequeño hogar. Era una familia de cuatro integrantes. Dos jóvenes padres y dos infantes.

Una niña de cabellos (c/c) y ojos (c/o). Tenía 5 años y un varón peliverde con ojos oscúros, casi negros.

La niña era igual que su padre, mientras que el varón era igual que su madre.

Era una noche normal. Como cualquier otra. Hasta que el olor a humo se empezó a expandir por toda la casa.

La infante fue despertada por los llantos de su hermano. El era tres años mayor que ella.

--Zoro... ¿que pasa?-- Dijo, con una voz tierna y estremecedora, aunque admitía que estaba asustada.

--La casa... se está quemando...-- Murmuró el jóven peliverde. Los ojos de la infante se abriéron como platos.

--¿...Que-Quemando...?-- El labio inferior de la niña, comenzó a temblar. Lágrimas recorrían los rostros de ambos críos. --¡Hay que salir!

Eso fué lo unico que logró decir después de tanto silencio. Abrió la puerta y un gran humo, invadió la habitación de los niños, provocando que ellos tosiesen.

--¿Donde esta mami y papi?-- Preguntó el varón, con un hilo de voz.

El fuego se fué expandiendo cada vez más.

Sin saber cómo, ambos se separaron.

Zoro no sabía donde iba, ya que no podía ver demasiado bien, y su sentido de orientación no ayudaba mucho.

La niña se sentía pérdida, en todos los modos. Tenía miedo, sin pensarlo, se sentó y su espalda tocaba la paréd. Rodeó sus piernas con sus brazos y ocultó su rostro del humo, en el hueco que ofrecía su posición. El miedo invadía su cuerpo y éste se negába a seguir.

El peliverde caminaba por los pequeños pasillos que brindaba su casa. No era grande, pero sus pasillos eran largos y hacían que te perdieses. Según el varón. Sin saber cómo, llegó a la salida, donde habían varios bomberos intentando apagar el fuego.

--¡Niño!-- Zoro buscó a (T/N) con la miráda.

--(T/N)...-- Susurró.

--¿Te encuentras bien?-- Decía una enfermera que intentaba conducirle hasta una de las ambulancias.

--¡(T/N)! ¡Mi hermana sigue en la casa! Mis papas también...-- Lo último lo dijo casi en un susurro, ya que había notado dos cuerpos tirados en el suelo de las calles. Eran sus padres, sus cuerpos estaban quemádos. Sus expresiónes, todo era horrible.
--Mami... papi...

El pequeño se púso a llorar, tenía ocho años y entendía perfectamente el cíclo de la vida. Tenía miedo que su hermana llegase al mismo destino.

(T/N) lloraba. No tenía esperanza algúna. Deseaba que todo aquello fuese un sueño. Su cuerpo temblaba. Para su mala suerte, el fuego comenzó a expandirse más y más. Logró quemar sus brazos y piernas. Todo su cuerpo estaba ardiendo.

Sus fuerzas la abandonaron. Sabía que ese sería su fin. Su cuerpo ardía
y

sentía que estaba en el verdadero infierno.

Su cuerpo estaba bañado de quemaduras. Ella no podría más.

--A... Ayú... da....-- Suplicaba la pequeña. Ya no sentía su cuerpo y en unos segundos se desmayó

--¡(T/N)! ¡Mi hermana sigue ahi dentro! ¡Por favor ayúdenla!-- Zoro tenía los ojos rojos. No había parado de llorar.

--Zoro... espéra aqui...-- Decía uno de los medicos que estaban ahí.

El labio inferior del peliverde temblába y empezaba a preocuparse todavía mas por su hermana.

Los ojos del varón se abrieron de par en par al ver a uno de los bomberos cargar a (T/N) en sus brazos.

--¡(T/N)!

Uno de los bomberos tomó la mano de Zoro. --Ven conmigo. Al parecer, no tienes a más familiares, te tendrémos que enviar a un orfanato.

--¡No! ¿¡Y (T/N)!?-- El bombero suspiró.

--Irá al hospital, luego la enviarémos a un orfanato.-- Explicó el bombero ante la mirada del niño.

Zoro seguía preocupado por su hermana, sus padres estaban muertos y ahora tenían que ir a un orfanato.

Pasaron varias semanas. (T/N) había salido del hospital. Parecía más seria y distante. Varias quemaduras adornaban su cuerpo entero.

--¡Un monstruo!-- Gritó una pequeña y señaló a (T/N), ella simplemente bajó la mirada y otra niña llegó con una sonrisa burlona.

--Cuidado, tal vez la fealdad se contágie.-- Burló y la peli-(c/c) mordió su labio inferior con mucha fuerza. Aquellas niñas eran mayor que ella y no podía hacer nada.

Pasaron los años. (T/N) tenía ocho años y Zoro once años.

Ningún padre había querido adoptar a la pequeña. Pues, verla con aquellas quemaduras no ayudaba mucho.

Zoro iba a ser adoptado por un hombre mayor, unos cuarenta o cincuenta años. Tiene un largo cabello negro que estaba atado en una cola de caballo. Tiene muchas arrugas y unas gafas en forma circular.

--Zoro, el es Koushirou y ella es su hija, Kuina.-- Presentó una de las mujeres que trabajaba en el orfanato.

--¡Yo no quiero dejar a (T/N)!-- Exclamó el peliverde. La mujer rodó los ojos. --¡No quiero!

Aún asi, Zoro terminó siendo parte de la familia Shimotsuki. El se negába a aquello. (T/N) seguía sola en el orfanato.

Cuando (T/N) cumplió los 10 años y Zoro 13 años, ambos se escaparon de el lugar donde vivían. La chica del orfanato y el peliverde de aquella casa.

Zoro fué a buscar trabájo, era menor, pero tenía una pequeña esperanza, debía encontrar a su hermana.

La oji-(c/o) corrió por toda la ciudad, debía evitar a los policías o a cualquier otra persona. Era de noche. De repente, la jóven se había golpeado con algo. No, fué con alguien.

--¡Discúlpe!-- Murmuró, intentando esconder su rostro.

--No te preocupes.-- Dijo aquel hombre, riendo. --¿Qué haces aqui tan sola? ¿Y tus padres?

La pequeña se asustó. No sabía si decirle la verdad o no. El era un desconocido. Tragó saliva y murmuró. --Soy... huérfana...

El hombre se sorprendió ante aquellas palabras.

De algúna u otra manera, Zoro consiguió trabajo. Consiguió lo suficiente para comprar comida y saber alimentarse a si mismo.

Edward Newgate, el era el hombre que había decidído adoptar a la pequeña (T/N).

CONTINUARÁ...

Atrapádo en tu Miráda (Ace x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora