The Wolf [Lukadrien] +18

18.-Bombón

∆Una escucha∆

Luka [α]

Gruñí irritado recordando la advertencia que me dió Chloé antes de entrar al hotel de su padre. Pero era injusto, en estos instantes debería estar durmiendo abrazado en los brazos de mi omega oyendo sus constantes latidos en lugar de estar rodando en la cama vacía pensando en cómo estaría.

Extrañaba sentir el tacto de Adrien pero la rubia amenazó que si me atrevía a ir a su habitación iba a cortar a mi tercer pierna, y yo quería tener descendencia con mi rubio así que aquí me encontraba maldiciendo entre dientes. Pero ahora empezaba a cuestionar mis ganas de ir a verlo.

Después de todo la vida se debe vivir al máximo, de algo tengo que morir ¿no?

Igual Bourgeois también era una alfa y no podía entrar a su habitación como quisiera, yo tenía más oportunidad de salir a verlo porque era una especie de pareja para Adrien, mejor lo olvido ni siquiera habíamos decidido exactamente qué éramos. Pero con mayor razón debía ir a preguntarle.

A la mierda las palabras de su mejor amiga, nadie me impide ver a mi precioso Omega.

Me vestí cómodamente y escapé de mi habitación hacia la suya intentando no hacer tanto ruido con mis pisadas, con cuidado toque su puerta y dejé escapar un poco de mis feromonas para que supiera quién era.

Inmediatamente abrieron la puerta y fue recibido por un fuerte abrazo de mi omega, lo oí ronronear contra mi pecho con tan solo escuchar como se ponía cuando se trataba de mi despertó uno de mis instintos más primitivos. Sentí unas inmensas ganas de tomarlo en ese momento así que cerré la puerta.

—Me empecé a preguntar porque te demorabas tanto.—hizo un adorable puchero.—Te extrañe, mi alfa.

Mi corazón latió con fuerza, esas palabras que salieron de sus labios fueron el detonante para besarlo con pasión contra la pared, este acepto gustoso el tacto rodeando con sus brazos mi cuello haciendo más intenso el contacto. Metí mi lengua intentando entrelazarla con la suya saboreando más su boca, él siguió mis pasos y ahora estaba jadeando contra mis labios.

Nos separamos por la falta de aire, un pequeño hilo de saliva unía nuestras bocas, sus feromonas se esparcieron por el cuarto haciendo que mi erección palpitara contra mi pantalón. Mis antepasados deberían avergonzarse de mí por ponerme caliente por solo un beso.

Pero se trataba de mi omega y yo haría cualquier cosa por él.

—Alfa, ¿puedes marcarme?.—preguntó inocente, joder Adrien sabía cómo provocarme y hacer que sintiera ternura por él.—Te quiero a mi lado.

Escuché varios ronroneos por su parte, me di cuenta de algo importante no era Agreste el que hablaba conmigo porque mi adorado omega era demasiado orgulloso para ser tan acaramelado conmigo. Y si lo era a veces tenía que comerse la vergüenza porque lo conocía y no le gustaba verse vulnerable frente a otros, por eso apreciaba cuando me demostraba que me ama.

Se trataba de su omega que pedía que lo mimara después de todo el trauma emocional había sufrido hace un par de horas, eso era algo natural así como que yo cumpliera sus órdenes.

—Adrien, no voy a marcarte porque se que ahora no estás en tus cabales.—escuché un lastimero gemido.—Pero como tu alfa voy a mimar al omega más precioso del mundo.

El sonrió encantado y me dedique a empezar a besarlo en su bonito rostro, cualquiera diría que era el ser más caliente pero en estos instantes quería ser dulce con Adrien.

Hace más de unos meses me sentía frustrado sexualmente después de varios meses sin hacer el frutifantástico con nadie por qué quería solo pertenecer a mi rubio de ojos esmeraldas, y solo nos habíamos rozado.