Ruido. Un reconocible sonido me despertó de mi sueño. El timbre de clase.
-Solo cinco minutitos más- Murmuré y me rogué a mí misma, girando para acomodarme.
-¡Nada de cinco minutos más!-
Alguien me quitó rápidamente las sábanas. Al abrir los ojos, molesta por la luz, me percaté de la expresión de enojo con la que me miraba Tsuchigomori.
-¡¡S-s-s-sensei!!- Grité incorporándome rápidamente.
Él suspiró. – ¿Sabes? Te dejé pasar aquí la noche. No toda la mañana.-
-¿La mañana?-
Me asomé a la ventana. Todos los alumnos estaban en el patio comiendo o jugando. El receso.
-¿Cuánto tiempo llevo dormida?-
-Huh... Tú me dirás- Contestó decepcionado.
-Hmm... Seis, siete, ocho...- Conté con mis dedos.
-No te estaba pidiendo la respuesta- Me paró golpeando su mano contra su cara. – Como sea, deberías arreglarte un poco-
El profesor salió de la habitación algo molesto, dejándome sola de nuevo. Entonces me asomé a la ventana para, en vez de mirar a los felices estudiantes en el patio, observar mi reflejo. Alterada, grité un poco. Tenía el cabello completamente desordenado y enredado. Aunque era algo normal para estar recién despierta.
Intenté alisarlo como pude y salí de la enfermería para terminar de arreglarme en el baño.
-Oye, oye, ¿Lo escuchaste?-
Alto y audible, dos chicas murmuraban en el pasillo.
-Parece que en tercer puesto del baño de chicas hay un fantasma conocido como Hanako-san-
-¿De verdad? Qué miedo-
Me marché de ahí despacio y entré en los aseos. Estaban vacíos, rodeados por un silencio absoluto e iluminados por la brillante y calidad luz del mediodía que entraba por la ventana.
Me acerqué a los lavabos y enjuagué mi rostro. Y una vez me desperté por completo, me acerqué al tercer puesto y llamé tres veces.
-Hanako-san, Hana...-
Un leve jadeo interrumpió mi llamada al fantasma. Alguien tras la puerta respiraba frenéticamente, con miedo.
Me armé de valor para abrir la puerta despacio. Dentro del cubículo del baño, estaba sentado en el excusado, abrazando sus piernas, temblando, ese chico pelinegro. Él, al verme y reconocerme, comenzó a calmarse. Controló su respiración y dejó de temblar. Su rostro, aun con varias vendas, regresó a una expresión relajada, pero insegura.
-Onee-san...-
Le dediqué una sonrisa. – ¿Quieres hablar?-
Le ayudé a ponerse en pie y, sin soltar su mano, lo llevé hasta la azotea. Allí arriba estaba todo solitario. No había ningún estudiante. Hacía un tiempo agradable: Era soleado, con pocas y claras nubes, y una débil brisa movía las hojas de los árboles, produciendo un relajante sonido.
-¡Qué gusto!- Solté al aire.
Amane se separó de mí y se acercó a la valla que delimitaba la azotea. – Si...-
Le miré de perfil. Sus ojos, melancólicos, se fijaron en las nubes y en el horizonte. – ¿Te gusta el cielo?- Pregunté para evitar el silencio.
Él me miró con una débil sonrisa. Una triste. – Sí, especialmente durante las noches oscuras, cuando se pueden ver las estrellas- Mirando al sol, alzó la mano, como si tratase de agarrar algo que no alcanza. – Es como si... Ellas me acompañasen... No se siente tan solitario-
-Amane-kun...-
-Es como tener un amigo- Regresó su mirada a mi persona con una sonrisa algo forzada. – Onee-san... ¿Realmente quieres estar conmigo? Yo... No soy nadie- Habló clavando su mirada en el suelo.
Me acerqué a él, despacio para no asustarle. Entonces, le abracé.
-Onee...-
-Tú eres Amane-kun. Eres un chico amable, educado, muy gentil, y también eres mi amigo. No digas cosas como esa, porque no son verdad-
Noté como sus brazos, tímidos y temblorosos, me abrazaban por la espalda. – Gracias...-
Al pasar unos segundos, la puerta de la azotea se cerró, provocando que el niño entre mis brazos se asustase y se separase nervioso de mí. Yo solo pude reír suavemente ante su comportamiento y, al poco, el comenzó a reír conmigo.
-Ojalá él pudiera sonreír así siempre-
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Sacrifice
Fanfiction"Hanako-kun... Si yo fuese a morir... ¿Vendrías a salvarme?" . . . . - Ninguno de los personajes que aparecen es mío, todos le pertenecen a Aida Iro. - Contiene spoilers del manga. - Esta historia está basada en mis teorías sobre el manga. Se ambie...