Calypso #1 ››j. jaehyun‹‹

05

Roseanne se despertó esa mañana con la mente y el alma tranquila.

El fuego se había extinguido por completo. La luz del sol se volvió a filtrar atravesando el agua de la cascada e iluminó la cueva nuevamente. Todo se encontraba en completa calma, incluso, la castaña tomó la oportunidad de ver el rostro tranquilo del capitán mientras este dormía tan apaciguado como la de un cachorro pequeño.

Su ceño relajado, sus parpados ligeramente entreabiertos y su respiración tranquila que movía su pecho con lentitud. La ropa a su alrededor había servido para cubrirlos un momento del frío, el cual solo pasó a segundo plano al estar cubiertos por el calor del uno por el otro.

Rosé se quería quedar en ese momento toda la vida, pero solo se encontraba sumergida en un bello sueño. Jaehyun se removió y sus brazos se abrazaron aún más al estrecho y femenino cuerpo de Rosé obligándola a que su cabeza quedara recostada momentáneamente sobre su pecho y escuchara el latido de su corazón.

Pero ese encanto terminó cuando Jaehyun despertó. Sus musculosos brazos se estiraron liberando de la agradable presión el cuerpo de la castaña. Talló sus ojos con ligera fuerza y lo primero que vieron fue el rostro de Roseanne. Al verla, no pudo evitar sonreír, era sorprendente como su cuerpo reaccionaba cuando esta no se encontraba cerca de él, era como una extraña necesidad, por lo que en un rápido movimiento la volvió a estrechar a su cuerpo para permanecer escasos segundos juntos.

Le gustaba sentir la calidez del cuerpo de Rosé contra el suyo como si se tratase de una taza de té caliente en la mañana. Yacía mucho tiempo que no se sentía tan tranquilo en los brazos de una mujer, la última vez habían sido los brazos de su madre cuando era apenas un niño.

Jaehyun jugó un poco con su cabello castaño mientras veía su bonito rostro y se deleitaba con su preciosa figura que su mano recorría con familiaridad.

—Me gustaría que hubiera sido en otro lugar. —La atención de Rosé se enfocó en Jaehyun mientras este jugaba con los mechones de su cabello—. Ya sabes, con toda esa mierda romántica

—¿Hacerlo bajo la luz del fuego y tras una cascada no fue romántico?

—Bueno si, pero eso no quita el hecho de que lo hicimos en el lugar donde tu padre vivió. —Y quizás murió pero ese dato no iba a ser revelado, no quería arruinar el placentero momento.

—Mi padre. —Susurró. Se sentía extraña, esas palabras las consideraba ajenas, pareciera que jamás las había pronunciado en su vida—. Es tan raro.

Jaehyun se sentó al mismo tiempo que Rosé, su desnudez había pasado a segundo plano, ella no se sintió avergonzada sabiendo que el capitán ya había tenido el tiempo suficiente de observarla con detenimiento la noche anterior.

Los ojos del capitán partieron hacía los pedazos de papel en el suelo y volvió su mirada a Rosé

—¿Quieres llevarte algunos? —Ella negó.