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Jaehyun cayó con los dos pies bien puestos en la madera, mientras que Roseanne sintió como sus rodillas se doblaban cayendo y rodando un poco por la cubierta

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Jaehyun cayó con los dos pies bien puestos en la madera, mientras que Roseanne sintió como sus rodillas se doblaban cayendo y rodando un poco por la cubierta. Definitivamente si salía viva de esto tendría que pulir su aterrizaje, pero sería para otra ocasión, ya que casi de inmediato, tomó su espada y comenzó a luchar.

Los gritos llenaron el aire cuando las espadas chocaron entre sí, las balas de cañón impactaban en la madera y volaban entre ellos y las dagas cortaban la carne acompañados de los disparos que rozaban sus cuerpos. Los cuerpos caían uno a uno sobre la cubierta de Las Tres Almas.

Ya había perdido la cuenta de cuantos golpes había recibido y cuantos había hecho, era una fila interminable de cuerpos que caían por la cubierta siendo abrazado por el mar para desaparecer en este. Rosé sentía que su garganta ardía mientras respiraba frenética tratando de llevar todo el aire helado a sus pulmones y tomar las fuerzas suficientes para seguir.

Jaehyun se encontraba ayudando a Donkey, tirando y recibiendo golpes, atravesando cuerpos con su espalda y derramando la sangre mientras veía en sus ojos como su alma abandonaba su cuerpo.

Los superaban en número pero eso no desmotivó a Jaehyun, pese a recibir golpes y cortes en sus brazos, este se mantenía firme, no retrocedía. Y a muy a su pesar, la serpiente terminaba rescatando a Donkey, quien para su sorpresa se mantenía sonriente. Era extraño, muy extraño que pese a estar en una batalla Donkey nunca borraba su sonrisa.
Era bueno utilizando la espada y otras armas a su poder, la agilidad compensaba su pequeño tamaño.
Jaehyun se alejó cayendo directamente a la cubierta pateando casi al instante el cuerpo que sometía a Donkey.

—Esto me trae buenos recuerdos, capitán. —Bromeó mostrando una sonrisa enorme, Jaehyun rodeó los ojos y negó recordando la primera vez que conoció a ese niño escuálido en la bahía del cazador.

—Siempre rescatando tu trasero Donkey. —Este sonrió.

Mientras luchaba, Roseanne observó como Sookyo caminaba hacia ellos asesinando a todo hombre que se cruzaba en su camino siendo ella su único objetivo.
Sus manos se aferraron a la espada con una fuerza descomunal, incluso estas se tornaron blanca debido a la presión que ejercían. Ya no podía huir, ya no lo podía evitar, la única forma de salir con vida de este lugar era asesinándolo.

La sonrisa en su rostro la llenó de ira. Ese hombre había asesinado a su madre sin tener ningún tipo de piedad.

Entonces, lo atacó.

No estaba segura si era lo suficientemente fuerte o ágil para vencerlo, o tan si quiera causarle algún tipo de daño, pero, sin importar qué o cómo, Roseanne lo enfrentó con la misma ferocidad que lo haría Jaehyun.

La velocidad que ella tenía había tomado a Sookyo por sorpresa, tanto así fue que sus pies tambalearon y su cuerpo perdió su centro de gravedad haciendo que este golpeara contra la madera del mástil.

Calypso #1 ››j. jaehyun‹‹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora