𝐂𝐀𝐋𝐘𝐏𝐒𝐎 | Las leyendas son ciertas, los monstruos existen, los mitos se vuelven realidad, los secretos destruyen el alma y la pasión incendian el corazón.
☄️JaehyunxRosé
FINALIZADA
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Roseanne había caído al suelo, las astillas se incrustaron en sus manos provocando pequeñas y muy molestas heridas en estas. El barco se mecía debido al clima de ese día, las nubes se encontraban grises y la gélida brisa solo la hacía estremecer.
Se balanceó tratando de acercarse nuevamente a su madre, el estómago se le revolvía, podía sentir su desayuno subir por su esófago; en cualquier momento iba a vomitar.
—Por todos los dioses Rosé —Se acercó su madre con preocupación luego de ver a la castaña recostada unos segundos sobre un pedazo de madera—. Estas pálida, y muy fría. —Rosé trató de reincorporarse pero mundo le dio vueltas.
—No tengo un estómago fuerte —Admitió avergonzada, lo menos que quería en ese momento era que algún miembro de la tripulación la viera en ese estado tan débil, no quería ser su burla por el resto del viaje.
—Ya pasará— Acarició su melena castaña y de una bolsa saco tiras de carne seca—. Ten, cómelos para que tu estómago se asiente
—¿Es necesario hacer todo esto? —Su madre suspiró—. Digo, tener que hacerle de comer a todos esos hombres ¿por qué?
—Chaerin hizo un trato y nosotros tenemos que cumplirlo
—¿Y ellos? ¿Acaso ellos también lo cumplen? —Atacó molesta por la situación en la que se encontraban, Rosé ni siquiera tenía idea de por qué estaban huyendo con esos piratas.
Desde que era una niña, su majestad se encargó de sembrar el miedo en todos los pobladores cuando se trataba de piratas, cuando Rosé llegó a ir la capital donde se encontraba a escasos metros el palacios, pudo presenciar la pena de muerte impuesta por el rey. La orca.
Tenía que admitirlo, sintió repulsión por las personas que gritaban para presenciar ese acto tan atroz, si bien, no era una sorciere pura, tenía cierto respeto por la vida ya que los dioses la celaban, aún podía recordar esos ojos, el hombre que tenía una cuerda alrededor de su cuello se encontraba tranquilo, no estaba asustado, no temblaban, no sollozaba, su boca se movía como si estuviese tarareando una canción, Rosé escucha el ritmo como un susurro pero la letra no era proclamada.
Sin corazón para seguir mirando, la castaña desvió su cabeza al suelo y supo que el pirata había caído cuando el furor de las personas extasiadas por el acto perforaban sus tímpanos, pero... habiendo ese tipo de castigo ¿por qué seguía habiendo tantos piratas? ¿Acaso el oro era demasiado? ¿La aventura?
—Ellos lo cumplen, aún desconozco el trato que la serpiente hizo con Chaerin, pero desde hace años se ha cumplido Rosé
—Pero ellos no nos protegerán, puedo caer al mar y ellos no me salvarían
—Rosé, ellos no son caballeros, el capitán no es el teniente June, quien sin pensarlo se arrojaría a las peligrosas fauces del mar para salvarte —Sus mejillas ardieron con solo imaginar esa escena, con solo recordar esos ojos y esa sonrisa tan encantadora que le robaba el aliento—. Aquí en el mar se vale por una ley que ese chico no te contó. Aquí te vales por ti mismo si quieres sobrevivir
