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Neptuno tenía la reputación de tener un temperamento violento y naturaleza lujuriosa

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Neptuno tenía la reputación de tener un temperamento violento y naturaleza lujuriosa. Las tormentas oceánicas y los terremotos fueron un claro reflejo de su comportamiento. Había dado forma a las costas, había arrancado trozos de montañas para formar los acantilados y había pasado la mano por el litoral para dejar suaves playas y abrigadas bahías en las que los barcos encontraban refugio.

Trasformar a esa bestia en isla había desatado un mal que Neptuno contenía junto a otros seres en lo más profundo de sus aguas, pero jamás había imaginado que el espíritu de aquel monstruo reencarnaría en una bestia y jamás imaginó que los pobladores que escogieron esa isla como su hogar, lo venerarían como a un dios, que sacrificarían a sus mejores hombres y mujeres para saciar la sed de esa bestia que solo despertaba cada veinte años.

Fue una casualidad que la tripulación pasara por el canal justo en el momento en el que la bestia despertó, pero esta no solo despertó de su eterno sueño, rugió hambriento al sentir la presencia de Calypso en el aire, aquel ser de lo más hermoso que lo sedujo antes de que Neptuno lo condenara a un eterno dolor.

Las flechas los cubrieron como las gotas de lluvia. Roseanne corría tras su madre esquivando las flechas que caían y muchas veces se incrustaban en la madera del barco y pocas veces atravesaban los pechos de algunos desafortunados, pero eso, apenas era el comienzo del desastre que se aproximaba.

Roseanne alzó la vista notando como había una personas se columpiaban con cuerdas hasta caer dentro del barco. No le dio tiempo de examinar su extraño aspecto, ella simplemente corrió hacía el camarote como Jaehyun se lo había ordenado y una sangrienta batalla comenzó a desatarse sobre la cubierta del Canto del Mar.

Esas personas gritaban cosas que Roseanne y su madre desconocían, tenían muy poca ropa y había cientos de dibujos verdes en su cuerpo como si esto lo usaran para camuflarse con el ambiente. Eran delgados, un poco altos y un aspecto muy descuidado.

Escuchó los gritos de la tripulación quienes defendían sin miedo el Canto con sus espadas atravesando sus cuerpos con la hoja afilada de esta y las otras personas no retrocedían, no tenían miedo de enfrentar a la tripulación sabiendo que tenían pistolas y espadas.

Cayó al ser empujada accidentalmente por alguien de la tripulación, su madre quien estaba aferrada a ella cayó con la misma intensidad separándolas considerablemente. Rosé gimió adolorida y al levantar su cabeza observó cómo un hombre caían desde el cielo impulsado por una cuerda amarrada a uno de los árboles.

Sintió terror y pánico al verlo sonreír y tomarla del brazo. Forcejó con todas sus fuerzas, tratando de liberarse de su doloroso amarre esquivando de una forma torpe del hombre que trataba de atravesarla con una flecha. Lo golpeó como pudo y salió huyendo antes de escuchar un disparo.

Donkey se acercó hasta ella entregándole un arma.

—¡Corre sorciere, no salgas de tu camarote! —Le gritó empujándola antes de que otro hombre cayera empujando a Donkey alejándolo por completo de la castaña.

Rosé corrió esquivando los golpes y las flechas que caían del cielo. Observó al capitán atravesar con mucha facilidad los cuerpos, esquivar los golpes y tirarlos como basura para que mar hiciera el resto. Sintió pánico, terror, el agua comenzó a mecer el barco de forma violenta.

—¡Donkey, las velas! —Gritó la serpiente con todas sus fuerzas y el chico corrió hasta el mástil para liberar las velas del fragata y que este tomara velocidad.

Jaehyun luchaba por no ser atravesado con alguna de sus armas, era la segunda vez que pasaba eso y miles de recuerdos lo abordaron, con la única diferencia que este ya no tenía miedo y no se atrevería a dejar a ninguno de sus hombres.

Nuevamente ese sonido hueco se escuchó como un eco por las islas. ¿Acaso se trataba de la bestia?

Las aves huyeron despavoridas a la otra isla, todo se volvió rojo, cuando menos se dio cuenta la cubierta del Canto se encontraba rodeada de fuego que consumía los cuerpos sin vida de su tripulación.

El Canto tomó velocidad, Rosé corrió hacía su madre pero ambas fueron tomadas por la espalda por dos grandes hombres. La castaña gritó con fuerza removiéndose entre sus brazos para ser liberada, pataleó, lanzó golpes tan fuertes que sus dedos crujieron.

Logró arañar el rostro de aquel hombre y sin pensarlo empujó su cuerpo hasta que este cayera al agua.

—¡Rosé! —Gritó su madre—. ¡Corre hija!

Tomó el arma que Donkey le había dado y comenzó a disparar. Jaehyun la observó de reojo y por mero instinto se acercó a ella con intenciones de protegerla, nuevamente otro hombre la cargó hasta la orilla, a ella y a su madre como si estas no pesaran absolutamente nada. Jaehyun no dudó ni un segundo para disparar y que la bala atravesara el cuerpo del hombre que traía a la madre de Rosé.

Corrió por la cubierta con intenciones de tomar la mano de la castaña antes de que esta fuera arrojada del barco y llevada a la orilla para cruzar la jungla.

Estiró su mano y solo sintió el suave roce de sus dedos antes de que se la llevaran.

—¡No, Rosé!

—¡Jaehyun!

La escuchó gritar a tal grado que sus cuerdas vocales parecían desgarrase. Había caído de forma dolorosa y poco dócil a la tierra. Jaehyun gruñó y golpeó la madera con fuerza viendo como levantaban su cuerpo con rudeza y forcejeaban con ella para adentrarse a la jungla.

—¡Auxilio! —Soltó desesperada tratando de golpear con todas sus fuerzas los cuerpos que sostenían con firmeza sus brazos.

Y así de rápido como todo empezó, todo terminó.

Habían huido del barco de la misma forma que llegaron, a través de cuerdas o arrojándose al mar sin decir o hacer absolutamente nada. El silencio inundó el Canto por escasos segundos.

—Rosé. —Sollozó su madre con desesperación—. ¡Tienen a Rosé!

—Lo sé, lo sé, lo sé. —Repitió sin cansancio mientras caminaba hacia sus hombres.

—¡No lo entiendes! ¡Tienen a mi hija, maldita sea!

—¡Y ya te dije que ya lo sé! —Gritó con la misma intensidad que la sorciere, intimidada, bajó la mirada. Jaehyun suspiró y miró a su tripulación y su único consuelo es que la mayoría seguía con vida y algunos tenían heridas superficiales —. Daños

—Reparables capitán

—La chica. —Vaciló Donkey, no quería verse insistente ni preocupado pero al recibir la mirada desaprobatoria del capitán, bajó la mirada.

—Iré por ella

—Capitán. —Advirtió el condestable un hombre promedio con una historia desagradable, cabello largo y negro que ataba en una coleta.

Jaehyun acomodaba sus armas de manera frenética sobre su cuerpo asegurándose de que nada se saliera de su lugar.

—El contramaestre murió Jonh, felicidades, estas ascendido.

—No puede adentrarse solo a la isla

Jaehyun tragó duro observando en silencio al hombre frente a él. No le importó decir o hacer nada, se acercó hasta la orilla de la cubierta y apoyándose de una cuerda trepó. Él era el único hombre que podía cruzar esa isla.

—Lleva el barco hasta el final del canal, te veré allá, crucen en silencio y ataquen al menos que sea necesario. Nos vemos en un día y medio

Y sin nada más que decir, Jaehyun searrojó al mar.

Calypso #1 ››j. jaehyun‹‹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora