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Roseanne sentía que las manos le ardían mientras sostenían la soga que amarraba una de las velas, esa mañana no había parado de ayudar a la tripulación en tareas que eran meramente de ellos y no de una sorciere, pues sentía que les debía algo, que...

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Roseanne sentía que las manos le ardían mientras sostenían la soga que amarraba una de las velas, esa mañana no había parado de ayudar a la tripulación en tareas que eran meramente de ellos y no de una sorciere, pues sentía que les debía algo, que todo lo que estaba pasando era por su culpa y todas las vidas que el mar se estaba cobrando eran por ella. Lejos de sentir rechazo por los hombres, ellos aceptaron la ayuda, incluso, algunos abusaban de su buen corazón dejando el resto de la tarea y muchas veces estas eran pesadas.

Donkey sostenía el otro extremo de la soga mientras tiraban al mismo tiempo de esta y cada vez que el viento azotaba contra la vela, la soga regresaba quemando las manos de Rosé. John presionó un palillo con sus dientes y negó mientras veía el esfuerzo que estaba haciendo la chica para igualar la fuerza de Donkey.

—Sí, sigues así, tus manos se quemaran. —Le advirtió sentados desde un extremo lo suficientemente cerca como para que Roseanne lo escuchara.

Ella presionó sus dientes y tiró con fuerza de la soga. —Me serviría más tu ayuda que tus advertencias.

—Esa no es mi tarea sorciere... Rosé. —Corrigió de inmediato. A estas alturas la mayoría de la tripulación sabía o bien sospechaban que ella no era una sorciere—. No tengo porque ayudarte en una tarea que no es mía.

—¡Rosé, sostenla mientras la termino de atar! —Ella volvió a presionar sus dientes y se aferró a la soga con tantas fuerza que los músculos de sus brazos comenzaron a quemar. John al ver que caería y soltaría la soga y que posiblemente se quemaría las manos, se acercó.

—Creí que no era tu tarea. —Susurró la castaña aún aferrada a la soga. John sonrió tirando de un extremo mucho más cercano para quitarle el mayor peso a Rosé.

—Y no lo es, pero Jaehyun me matará si ve tus manos quemadas y se entera que no te ayude

Eso la hizo sonrojar y no supo muy bien el por qué.

No estaba segura lo que estaba pasando en su cabeza y lo que sentía su cuerpo cada vez que el nombre de Jaehyun era mencionado o cada vez que este se cruzaba en su camino. Parecía que se emocionaba, su estómago se estrujaba, sus manos sudaban y siempre se formaba una sonrisa en sus labios, sonrisa que trataba de reprimir sin éxito, o cada vez que tocaba su mano sentía como su piel ardía por un contacto mucho más íntimo.

Ya no se quedaba tan seguido en la cubierta por las noches, por supuesto que hablaba con él pero siempre que podía evitaba el contacto visual con él, estaba avergonzada y no sabía por qué. Algo dentro de ella le decía que había hecho algo malo, que lo que sentía era malo.

Esa noche el cielo se encontraba completamente despejado, sin una nube que pudiera tapar la luz que estas irradiaban.

Sus ojos viajaron hasta su madre quien yacía sentada observando las estrellas, según ella siempre hablaban cuando tenían la oportunidad e iluminaba su camino y su fortuna. —Rosé, ven aquí. —Su voz la obligó alzar la cabeza y le sonrió—. ¿Cómo siguen tú quemadura?

Calypso #1 ››j. jaehyun‹‹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora