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𝑬𝒍 𝒓𝒆𝒚 𝒚 𝒔𝒖𝒔 𝒉𝒐𝒎𝒃𝒓𝒆𝒔 𝒓𝒐𝒃𝒂𝒓𝒐𝒏 𝒂 𝒍𝒂 𝒓𝒆𝒊𝒏𝒂 𝒅𝒆 𝒔𝒖 𝒄𝒂𝒎𝒂 𝒀 𝒍𝒂 𝒂𝒕𝒂𝒓𝒐𝒏 𝒂 𝒔𝒖 𝒈𝒂𝒍𝒆ó𝒏
𝒀𝒐 𝒔é 𝒒𝒖𝒆 𝒎𝒊 𝒉𝒐𝒈𝒂𝒓 𝒗𝒂 𝒂 𝒔𝒆𝒓 𝒆𝒍 𝒎𝒂𝒓
𝒅𝒐𝒏𝒅𝒆 é𝒍 𝒆𝒔𝒕é 𝒚𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒐𝒚
𝑰𝒄𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒃𝒂𝒏𝒅𝒆𝒓𝒂 𝒂𝒍𝒕𝒐
𝑨𝒉𝒐𝒓𝒂 𝒂𝒍𝒈𝒖𝒏𝒐𝒔 𝒉𝒂𝒏 𝒎𝒖𝒆𝒓𝒕𝒐 𝒚 𝒂𝒍𝒈𝒖𝒏𝒐𝒔 𝒆𝒔𝒕á𝒏 𝒗𝒊𝒗𝒐𝒔 𝒚 𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒏𝒂𝒗𝒆𝒈𝒂𝒏 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝒎𝒂𝒓
𝒄𝒐𝒏 𝒍𝒂𝒔 𝒍𝒍𝒂𝒗𝒆𝒔 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒋𝒂𝒖𝒍𝒂
𝒚 𝒆𝒍 𝒅𝒊𝒂𝒃𝒍𝒐 𝒂 𝒑𝒂𝒈𝒂𝒓

𝑬𝒍 𝒓𝒆𝒚 𝒚 𝒔𝒖𝒔 𝒉𝒐𝒎𝒃𝒓𝒆𝒔 𝒓𝒐𝒃𝒂𝒓𝒐𝒏 𝒂 𝒍𝒂 𝒓𝒆𝒊𝒏𝒂 𝒅𝒆 𝒔𝒖 𝒄𝒂𝒎𝒂 𝒀 𝒍𝒂 𝒂𝒕𝒂𝒓𝒐𝒏 𝒂 𝒔𝒖 𝒈𝒂𝒍𝒆ó𝒏𝒀𝒐 𝒔é 𝒒𝒖𝒆 𝒎𝒊 𝒉𝒐𝒈𝒂𝒓 𝒗𝒂 𝒂 𝒔𝒆𝒓 𝒆𝒍 𝒎𝒂𝒓𝒅𝒐𝒏𝒅𝒆 é𝒍 𝒆𝒔𝒕é 𝒚𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒐𝒚𝑰𝒄𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒃𝒂𝒏�...

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Las leyendas contaban sobre grandes barcos navegando por el poderoso mar, consumiendo todo a su paso como una plaga, creciendo sin control, arrasando sin piedad, pero sólo uno era dueño de este.
Un gran fragata de velas negras llamado Las Tres Almas, consumía todo a su paso, barco, hombre, oro, islas. Todo el mundo le temía al capitán y a su tripulación que atravesaba tu cuerpo con su afilada espada llevándose al mismo tiempo tu alma condenándote a una vida eterna en el abismo.
Dicen que navega como un fantasma en una densa neblina protegida por los Dioses, invocando a los monstruos marinos para devorar tus restos sin vida y llevarte al averno para desaparecer.

Un sonoro "Ohhh" salió de la boca de los niños más como un suspiro lleno de emoción mirando con encanto y cierto entusiasmo a la castaña quien yacía sentada en la arena.

— Deberías dejar de asustar a los niños con leyendas tontas. —Su voz la hizo sonreír, o al menos eso trató de expresar con la mueca que sus labios mostraban

—Teniente June, por algo son leyendas

—Jovencitos váyanse hacer sus deberes, estudiar y crecer para ser hombres de bien para servir al rey—El mayor miró al grupo de niños y extendió su mano señalando el puerto.

—Señor June, son niños. —Reclamó la castaña con un poco de juego en su voz mientras estos se alejaban susurrando cosas que ella no podía escuchar con claridad.

—No deberías contarles esas cosas. —Reprendió a la menor con severidad pero de inmediato fue remplazada por una sonrisa al ver ese peculiar brillo en ella.

—Solo cuento lo que los hombres hablan en el  bar, nada más

—Pues no deberías creer en ebrios Roseanne— Susurró tomando su mano con cierto mimo.

—Está bien hombre del rey, te haré caso—Sonrió contagiando la misma sonrisa al hombre quien se encontraba frente a ella—.Vuelva a su deber.

Este la miró y acarició su rostro como si se tratara de una pieza de porcelana, delicada y hermosa, con la cual tenías que tener mucho cuidado de no romper, acto que la castaña aceptó gustosa, este asintió tomando su espada y caminó nuevamente al puerto.

Calypso #1 ››j. jaehyun‹‹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora