Capitulo 11: Small
[ Narra Aitana Ocaña ]Me caí en la cama con mi mano sobre mi estómago. Estaba llena y cansada, «¿quien hubiera adivinado que las vacaciones pueden ser tan cansado?». Fuimos a la playa y caminamos por la zona. Y ahora, cuando finalmente volvimos a nuestras habitaciones, solo quería acostarme un poco antes de tener que irnos de nuevo. Ana estaba en su cama con el teléfono en la mano, levantando la mirada de vez y cuando a Mimi, quien probo ropas para esta noche.
— Te emborracharemos esta noche. — aviso Mimi con emoción. — Puedes emborracharte tanto como quieras, no me involucres en eso. — la dije seria, estar borracha no era lo mío. Podría entender porque la gente a veces sintieron la necesitad de olvidarse de todo y simplemente dejarse ir. Pero yo necesitaba el control, no quería que la gente navegue al volante de mi propia vida. — Vas a estar borracha y vas a bailar con muchos chicos guapos, y lo vemos a poner en tu historia de Instagram para poner a Miguel celoso. — dijo eso y no podría que no echarle una mirada de asesina y reír.
— ¿Qué es exactamente lo que voy a ganar? solo probará que tenía razón cuando dijo que no quiere que venga aquí. — Mimi resoplo y rodó los ojos porque sabia que tenía razón. — Bueno entonces no lo pones en tu historia, hazlo por ti misma. — dijo, mientras miro en el espejo como la quedaba la falda. — Déjate de intentar arruinarla, por favor. — dijo Ana y cogió un vestido de la cama, probándola.
— ¿Ana? — pregunte, dudando si realmente preguntarla o que mejor dejarlo para mi misma. — Dime. — dijo, fijando ahora ella también en el espejo la ropa que probaba. — ¿Tu y Luis..? — anime preguntar, pero respondió antas que termine la frese. — No. — dijo bien y claro, mirándome por el reflejo. — Ni te pregunte. — empece decir pero otra vez ella me corto. — ¿Si me acuesta con Cepeda? No, y nunca lo haré. — dijo seria, la rubia se sentó en la cama como si de repente quería concentrarse mas en la convección. —¿Y cómo sigues siendo amigos? — pregunte, se frunció el ceño y giro para mirarme.
— El hecho de que no hayamos tenido sexo, en realidad nos ayuda a seguir siendo solo amigos. — dijo, enfatizando la palabra 'solo'. Me mordí el labio inferior confundida, note como la expresión en su cara se cambio de una vez. — Espere. — abro la boca en grande a la vez que sus ojos. — Tu y Cepeda ayer... — empezó decir. — ¿Que? ¡No! — levante la voz un poco, comprendiendo que es lo que cruzaba en su mente. — Roi y Ricky estaban en la habitación. — dije con asco. — ¿Y si no estuvieron en la habitación? — pregunto Ana con las cejas elevadas. — ¡No! Por dios puede ser mi padre. — dije, aun con la misma cara de asco. Ana cogió una almohada de la cama y la tiro en mi cara.
— ¡Tenemos el mismo edad! — dijo molesta. — Y no puedo ser tu madre. — me echo una mirada seria y los tres nos reímos. — Es cierto que eres un poco mayor. — dije en un susurro. Mimi río divertida hasta que la cara seria de Ana la forzó a borrarla. — Tu quítete la sonrisa, eres solo dos años mas joven, no te flipas. — dijo Ana. — Bueno, bueno, perdón. — dijo riendo, mientras levanto las mano en el aire, renunciando. — ¿Aitana puedes levantar y buscar algo para poner? Tenemos que ir pronto. — dijo Mimi y se levanto de la cama. — Elige para mí lo que quieras. — dije sin importar mucho.
— Te vas a arrepentir de eso. — me aviso Ana y tenía razón; Mimi me forzó a poner un sujetador negro con un top de tela transparente y una falda corta de jeans. Y yo no tenía las fuerzas para discutir con ella. Me puse un poco de maquillaje y me dejé el pelo suelto. Mimi y Ana fueron impresionantes y en una hora estábamos todos listos. Los chicos ya estaban esperando en el vestíbulo cuando bajamos para ir a la fiesta. Luis pon fin dejo la camiseta en el amarillo y se puso una camisa de color azul claro y unos pentatlones negros. — Que guapos. — dijo emocionada Ana, lo que pensé en mi mente.
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Por El Otro Lado De La Pared | Aiteda
RomanceMiré por la ventana, observando cómo las gotas de lluvia caían sobre el cristal, bajando y desapareciendo, dejando un rastro de evidencia de que estaban allí. Me hizo recordar del aquel día cuando llegué a la ciudad. De aquel paredes donde aprendí...